Fruto del destino

Capítulo 39: Final

Connor

Me bajé del taxi corriendo y subí lo más rápido posible hasta el hospital.

Necesitaba verla.

Subí las escaleras muy deprisa. Casi me costaba respirar cuando llegué a la planta y vi el mostrador.

—¿Está Olivia Shields? —pregunté.

En aquel instante oí un sollozo. Cuando giré mi rostro hacia la izquierda la vi.

Estaba en el suelo. Derrumbada. Estaba llorando.

En ese momento no supe qué hacer. Solo sabía que estaba aliviado. La tenía ante mis ojos y dios... fue la mejor sensación del mundo.

Corrí hasta ella y sin tan solo preguntar me tiré a su lado y la comencé a acariciar mientras la consolaba. Era tan frágil en aquel momento.

Y ahí estaba. Una vez más. Rota ante mis brazos.

Te amo Olivia Shields intenté decir. Pero sabía que no era el momento indicado para hacerlo.

Pero ese dolor se había esfumado por completo al verla. Pensé en lo peor y no me imaginaría una vida si ella hubiese muerto.

<<Si no soy quien provoca tu sonrisa, quisiera ser quien te quita la tristeza>>

Olivia

Sentí alivio al verle.

Pero aún dolía.

No sabía cómo superaría una muerte. Dos ya me era imposible.

Sabes ese sentimiento, cuando se va un ser querido sientes que el mundo ya no es igual. No sabes cómo vivirás sin esa persona. Yo lo sentía.

Nick en tan solo un año me trajo mucha felicidad.

Ahora que se había ido para siempre nada sería igual.

Ya no podría ver nuestra película de la misma manera. Ya no podría actuar sin pensar en él. Ya no podría ver el cartel de Hollywood de la misma manera.

Connor vino hacia mí y se sentó a mi lado mientras él también lloraba y me intentaba consolar.

En ese momento quise decir tantas cosas que ni siquiera pude soltar una palabra.

No sabía por dónde empezar.

Solo sabía que Olivia era mi nombre y Dolor era mi apellido.

Sabía que yo era un imán de desgracias.

Estaba tumbada en la cama descansando mientras en la sala de aquel hospital sonaba “Complicated”. Connor estaba a mi lado sentado mientras me hacía compañía.

Él me estaba mirando mientras me hacía caricias en el rostro.

—¿Te he dicho lo preciosa que estás? —dijo.

Yo le miré y agarré su mano mientras me hacía caricias.

—No te vuelvas a ir por favor—sollocé.

En este momento sentía la necesidad de estar acompañada porque me derrumbaría de nuevo.

—No lo haré. Te lo prometo.

—Connor…—le llamé—¿Por qué me regalaste el collar? Sé que fuiste tú.

—Nunca te dejé de amar Olivia.

En aquel momento levantó la manga de su camisa y pude ver un tatuaje de una mariposa que ponía Yellow Butterfly.

—Es precioso. Es…

—La mariposa de tu cuarto—sonrió mientras se le cayó una lágrima y se la limpiaba—Quería tenerte presente de alguna manera. Tenerte en mi piel de por vida.

—¿Por qué me dijiste esas cosas?

—Mi padre—suspiró—Amenazó a tu familia y a ti si no me alejaba. Pero ahora me he enfrentado a él. No volveré a aquel lugar. Jamás regresaré allí.

—Connor...

—Lo siento—comenzó a llorar—Sé que hice las cosas mal... prometí a tu madre que siempre miraría por tu felicidad y creí que apartarte de mí era la mejor opción—sollozó—Pero no lo fue. Acabé destruido por mis propios sentimientos.

No podía creer aquellas palabras tan sinceras que soltaba, sabía que algo le ocurría con su familia, pero nunca me imaginé algo por el estilo.

—Mi mundo se vino abajo aquel día al escucharte decir que solo eran míseras palabras.

—No lo fueron.

Sonreí—¿Qué haces aquí? ¿No se supone que debes estar casándote con Dana?

Comenzó a reírse mientras tenía los ojos aguados—Solo quiero casarme con una persona en este mundo. Y es contigo pequeña—soltó mientras me acariciaba el pelo.

—Te he echado mucho de menos…

—No sabes cuánto—siguió por mí.

Yo le invité a que se acostara conmigo en la cama para estar en sus brazos. Segura. Como antes. Entonces sonreí y miré a Connor muy feliz.

—¿Sabes qué pequeña? Me dijeron que para enamorarte tenía que hacerte sonreír, el problema es que cada vez que sonreías me enamorabas a mí.

—Te has vuelto un cursi—me limpié las lágrimas.

Me besó la frente—Nunca dejé de pensar en ti, lo juro, solo intentaba sobrevivir sin la persona que realmente amaba y créeme fue lo más duro que hice en mi vida.

—Gracias—susurré.

—¿Por qué?

—Por coger un avión y venir hasta aquí. Solo por mí.

—Yo… te llamé. Necesitaba escuchar tu voz. Pero no lo cogiste y mi mundo se vino abajo.

—¿Fuiste tú? —quedé sorprendida—Lo siento. Dejé el móvil en…

—No hace falta que te disculpes pequeña—me interrumpió —Está bien. Estamos juntos ahora, eso es lo que importa.

—Te quiero Connor. Nunca he dejado de hacerlo.

—Yo también te quiero. Te quiero desde el minuto uno desde que te conocí, solo que no supe expresarlo de la mejor manera. Y me odio por todo el daño que te hice. Solo porque era un mísero cobarde.

Me apoyé en su pecho—Un vacío en mi corazón intentó ser llenado de la misma manera en la que tú lo hiciste, pero nunca fue igual. No pude. Desde que te conocí supe que eras diferente.

—Yo volvería a repetir el día en el que te conocí solo para hacer mejor las cosas. Ser mejor para ti. La persona que realmente te mereces.

Todo parecía no haber cambiado. Era gracioso. Después de un año y medio era como si nunca nos hubiésemos separado. Todo iba fantástico incluso más que antes porque por fin entendía a Connor, sé por qué hizo todo y al fin y al cabo lo entendía.

Ninguno de los dos tuvimos culpa de nada. Solo fue mala comunicación y que éramos más críos.

Supongo que sí tenía razón. La gente sí cambia con el tiempo. Aunque depende de la persona y si vale la pena perdonarla.

Estaba muy segura de todo. Sabía que Connor era mi primer amor. Sabía que sería el amor de mi vida. Y sabía con certeza de que valía la pena perdonarle.




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