Fruto del destino

Extra

Cuenta una historia donde la familia Shields desde antes de la creación del cosmos eran una familia con algo diferente, esta historia cuenta que el apellido de esa familia fue enviado al mundo por alguna razón, estos tenían el objetivo del destino. Así como lo oyes, el objetivo del destino.

Te preguntarás, ¿destino?

La familia Shields tiene el don del destino, este es el poder sobrenatural inevitable e ineludible que guía la vida humana y la de cualquier ser a un fin no escogido.

Ellos llegaron a este mundo para que el destino hiciera el bien en un mundo triste y desolador, para decorarlo de felicidad. Para pintarle una fachada.

Para ellos el destino es el número 13, ese número en el amor se asocia a la diosa Freya, una diosa de la mitología nórdica y germánica y que es descrita como la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, ese número que según se cree que da mala suerte para ellos resulta ser todo lo contrario, es un número que destina a personas en el amor. Hace que el amor nazca a partir de él y que la felicidad surja del mismo.

Se cree que los Shields siempre estuvieron relacionados con la brujería, aunque no hay nada confirmado se sabe que toda la familia encontró a su número 13 con el que compartió el resto de sus días, ¿casualidad o destino?

Mi madre Sara me contó esta historia más detalladamente, como si fuese un cuento, ella me contó cómo el destino unía a nuestra familia de alguna manera.

Yo era demasiado pequeña como para darme cuenta del valor que en realidad tenía esa historia, que no era un simple cuento que me contaba cuando no podía dormir. No le daba ni siquiera importancia.

No sabía que ese cuento destinaría mi futuro en el amor.

En aquel momento estaba sentada en la cama de mi hija cuando acabé de contarle la historia de nuestro amor.

—Mamá—me llamó Jane—¿Algún día conoceré a mi número 13? ¿Alguien cómo papá?

Le besé la frente y acaricié su mejilla—Eres una Shields nacida un 13 de octubre. El destino te traerá a alguien tan increíble cómo papá. Es la magia del destino cariño.

—Me encantaría tener una historia como la vuestra—bostezó.

—Algún día cuando seas mayor la tendrás.

Jane cerró los ojos y se quedó dormida. Me levanté a darle un beso a Nick que quedó rendido a la mitad de la historia. Antes de levantar la mirada noté su presencia.

—¿Contándoles historias? —preguntó apoyado en el marco de la puerta.

—Solo les cuento la mejor historia—me acerqué hasta él para rodear mis brazos por su cuello y besarle—Les contaba la nuestra—murmuré—Y la de mi apellido.

—Era nuestro destino permanecer juntos—sonrió —Eras tú siempre—me devolvió el beso.

Y sí, fuimos la peor historia de amor, pero tuvimos el final más bonito.




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