5. Preguntas

—Eso... fue magia, ¿Te gustaría que te enseñe?

Abrió los ojos sorprendida y luego se inclino hacia adelante y sonrió.

—¿Enserio?

—Si, además, se supone que debo cuidarlos, y si eso incluye enseñar algunas cosas—asintió. Alguien tocó la puerta, dije un adelante y entro Edmund viéndonos con curiosidad, supongo que quería saber de qué hablamos, pero la educación ganó, en cambio dijo.

—La comida está siendo servida, vamos.

—Maihen, ven—dije y ví que salió de atrás del armario.

—¿Ya vamos a comer?—me miró y luego vio al par que me acompañaba, sus tíos, si nos ponemos técnicos.

—De hecho, vamos Maihen, hay que molestar a tu Pa—aparentemente Mai ya se sentía más agusto dentro del castillo, porque tomo la mano de Lucy y salieron corriendo. Suspiré divertido, ladee la cabeza y ambos caminamos hacia el comedor.

—Venga, se que tienes dudas Edmund—y así encendí la curiosidad de un Ravenclaw.

—¿Usas varita o las manos para eso?

—ambas, aunque prefiero usar las manos—asintió fascinado mientras entrabamos al comedor.

No pude evitar reír al ver la escena frente a mis ojos, Maihen estaba haciéndole trenzas a Lucy mientras le hacía un puchero a Peter.

—Perdón, pero—seguí riendo, hasta que me calme.

Nos sentamos y empezamos a comer, Maihen comía con cuidado, supongo que no quiere ensuciar su ropa, no es que lo culpe, la ropa era nueva, lo bueno es que puedo limpiarla con un chasquido.

—¿Y como te has estado sintiendo?—pregunto Peter.

—Creo que bien, quiero decir, de dónde vengo tenía unos problemas, pero Lucy es buena guía—le sonreí a la joven, ella sonrió contenta.

—¿Entrenas, osea, aparte de tu magia?—pregunto Susan con curiosidad, asentí.

Después de todo, no puedes sobrevivir a dos guerras sin tener condición física.

—Pa—voltee a ver a Maihen.—Lo que te pidió la tía Lucy.

—Oh, lo olvidaba—voltee a ver a los hermanos—Lucy desea ser instruida en la magia.

Los tres hermanos parpadearon sorprendidos. Lucy se veía nerviosa, aunque se mantuvo firme ante la idea.

—¿Es verdad Lu?

—Si Peter, quiero hacerlo—ya me siento orgulloso y no he hecho nada.

Luego de discutir ligeros detalles, Maihen dijo que tenía sueño, así que aproveché y lo lleve a dormir, no sin antes notificar que iría a practicar unas cosas. Espero que mi entrenamiento le dé algo más de autoestima a la pequeña.

También tengo que hablar con Susan en algún momento, me recuerda a varias personas, espero poder hacer algo más por ella, no quiero que se traumen más de lo que yo lo hice.

Mire la zona, la cabaña está rodeada de flores rojas, aunque hay un sendero que guiaba a la puerta de la casa, así que lo seguí. La cabaña era de dos pisos, madera gris con toques dorados, también había runas en ella.

Apenas entre, se activaron y el frío apareció.

—Trabajadora.

—Percy Pevensie.

La mire, aunque trae capucha, y solo se veía como una sombra, sabía que debía estar riéndose.