Fuimos Canciones 1

Capítulo 6


A la mañana siguiente, cuando sentí la alarma y abrí un ojo para localizar de dónde provenía el sonido y hacer que parará, me estaba taladrando la cabeza. La claridad era insoportable y Sue seguía durmiendo a mi lado y decidí que ninguna iría a la escuela, un día no nos haría daño, así que le envié un correo a la secretaria del director con nuestra justificación que no era otra que ... Sue había decidido cocinar y habíamos terminado mal del estómago... Era creíble y eso era lo más importante.

Seguí durmiendo junto a Sue hasta aproximadamente las 3:00 pm que volvió a sonar mi móvil, pero esta vez era una llamada.

^^ Llamada Entrante ^^

<<Mamá>>

—Mara cariño ¿Qué tal todo por casa? ¿Estás comiendo bien? —preguntaba mi madre bombardeando a preguntas—. Cuando llame a Julia en la mañana me dijo que seguías durmiendo ¿No fuiste a la escuela? ¿Estás bien?...

—Mamá, para, quieres —dije por qué si seguía así haría que mi cabeza explotará—. Estoy bien, todo está bien. No fui hoy a la escuela, Sue se quedó ayer en casa, decidimos cocinar y ya sabes las bombas que creamos en la cocina.

—Cariño, te siente bien. ¿Cómo pasaron la noche?

—Bien mamá —procedí a argumentar mi historia—. Sue sigue durmiendo, nos acostamos tarde en cuando nos sentimos mejor.

—Definitivamente, son un desastre para cocinar algo comestible y que no acabe con ustedes pegada a un retrete después.

—¿Qué tal se la están pasando? — pregunté desviando de tema.

—Es precioso cariño y la playa te va a encantar —pero lo próximo que dijo llamo mi atención—. Verás te llamaba para decirte que dejes las maletas listas hoy, Alex viene mañana para pasarse el finde con sus padres y después de tu prueba pasará por ti para traerte —en serio tenía que irme con ese.

—Mamá, no estoy segura de... —intenté poner una excusa para no ir, pero me interrumpió.

—No hay excusa que valga Amara, mañana vienes y punto —deje el tema ahí, no tenía cabeza para pensar cómo salirme con la mía.

—Ok mamá, solo mándeme luego la hora a la que pasará por mí.

—Claro cariño, no te arrepentirás de venir, lo vas a disfrutar —dijo tratando de trasmitir su emoción—. Papá, te manda un beso, cuídate, te amamos.

Luego de eso colgó y observé como Sue empezaba a despertarse, y se quejaba por la claridad. El estómago me rugió y no era para menos, no había comido nada desde ayer a la hora de la cena.

—¿Tienes hambre?

—¿Qué pregunta es esa, Mara? —dijo gruñendo contra la almohada—. Claro que tengo hambre.

—Bajaré a buscar lo que nos haya dejado Julia y subo en cinco —dije antes de salir del cuarto, pero regrese—. Así que levántate, alístate para comer para luego ponernos a estudiar.

La escuché refunfuñar, yo tampoco quería estudiar hoy, pero esta era las consecuencias de nuestros actos. Prepare una bandeja rápido con comida para las dos, serví dos jugos y busque unas pastillas para el malestar.

Subí las escaleras y Sue estaba terminando de arreglarse. Merendamos, tomamos la pastilla y pusimos manos a la obra. Después de tres horas, me empezaron a dar vueltas algunas cosas y levanté la vista de mis apuntes.

—¿Recuerdas cómo llegamos aquí? —pregunté— tengo algunas lagunas.

—Normal, menudo pedo nos pillamos —dijo recalcando lo obvio—. Recuerdo que casi tienes un ataque de pánico que por suerte solo quedó en que te paralizaste.

—Recuerdo algo de eso —fue culpa de la puta pistola—. ¿Alguien se dio cuenta?

—No, solo Josuan se preocupó, pero supiste persuadir lo —eso me dejó más tranquila— y respecto a cómo llegamos aquí. A mí me trajo Josuan en el auto y tú viniste con un chico misterioso en una moto.

Mi cara tenía que ser todo un poema. No recordaba eso, o sí, pero era muy confuso todo en mi mente, las imágenes estaban desordenadas.

Hice la maleta con ayuda de Sue antes de marcharse a su casa. 
Trate de dormir, pero mi mente estaba más interesada en recordar quién era el chico, pero lo que recordé fue que mañana tendría que irme con el Jardinero de viaje.

*Día siguiente*

El examen me había salido de maravilla para haber solo estudiado el día antes con resaca. Había llegado a mi casa, acomodado la maleta al lado de la puerta y me había ido a tomar un baño y unos minutos después sentí el claxon de un auto, no podía ser que este idiota ya hubiera llegado, aún faltaba media hora para que tuviera que llegar. Luego sentí el timbre de casa y bajé las escaleras lo más rápido que pude porque estaba empapada y envuelta en el albornoz.

—¿No sabes lo que es la puntualidad?

—No —dije cruzándome de brazos—. ¿Acaso tú sí? Porque todavía no son las cuatro.

—No me agradan las personas impuntuales.

—No pretendo agradarle.

—Perfecto —dijo mientras sacaba su móvil del bolsillo de su chaqueta—. Tienes diez minutos para estar lista, de lo contrario me voy sin ti.

—Le dijiste a mi madre que a las cuatro pasarías por mí y a esa hora es a la que pienso estar lista, no antes —dije a la mar de tranquila e invitándolo a pasar—. Ponte cómodo tengo una ducha que terminar.

Me retiré a mi cuarto a terminar de arreglarme. Que se creía el idiota ese, que podía venir a mi casa y dar órdenes, Ja estaba muy equivocado.

Cuando terminé de vestirme y vi la hora ya eran las cuatro, y me quedé mirando el móvil. Pude haber bajado para llevar la fiesta en paz, pero decidí esperar unos minutos para dejarle claro que no podía darme órdenes.

Cuando el reloj marco las 4:15, bajé las escaleras y vi como Alex iba directo a la puerta.

—Ya estoy lista —anuncie con una sonrisa en mis labios para luego ser reemplazada por un puchero—. ¿Pensabas irte sin mí?

—Has estado a esto —vi como hacía el gesto con su mano—, de quedarte. Sé perfectamente qué te has demorado para joder.

Llevábamos media hora de viaje y cuando me quise dar cuenta estábamos en un barrio que no llevaba a nuestro destino y lo supo en cuanto vi a mi acompañante apagando el coche.




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