Capítulo 15

A mis 18 años, ya no era una niña, era una mujer, mayor de edad, la cual debe decidir que estudiar, que será de mi vida.

Mi Ángel 17 años, un adolescente, con una vida por delante, con sueños, metas, anhelos, ilusiones.

 Una tragedia que nos cambia para siempre.

 Una tragedia que nos marca.

 Algo que nunca esperábamos.

 Ángel fue hospitalizado un mes después de haber vencido el cáncer...

Un mes después de haber luchado por un año completo contra una enfermedad que lo atacó no solo una vez sino dos veces, de luchar hasta el cansancio, de ser fuerte y seguir...

 Un día todo cambia y solo Dios sabe el porqué de las cosas.

 El 27 de junio... a su corta edad de 17 años.

 Mi Ángel extendió sus alas y voló... Voló alto... Voló lejos... 

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La vida... Nunca nos paremos a pensar que es la vida, como la vivimos...

No sabemos en qué momento, la vida nos puede dar un golpe tan fuerte que te deja sin aliento.

 Nunca vimos venir lo que se avecina.

 No tomamos conciencia.

 No sabemos en qué momento nuestra vida da un giro de 360 grados.

Nadie nos prepara para una pérdida; luego de haber luchado hasta el cansancio, de haber agotado nuestras fuerzas, de sentir que ya no puedes más.

 La vida nos regala los momentos más maravillosos, hermosos, increíbles...

Pero también nos quita, lo que más amamos, lo que sentimos que nos pertenece, nos quita los para siempre, nos quita los que pasaría, nos quita todo y no podemos hacer nada.