Fútbol. Identidad Cultural en Colombia. Selección de Francisco Maturana y Hernán Darío “Bolillo” Gómez.

“Se juega  como se vive”

Francisco Maturana

Domingo  5 de septiembre de 1993, una tarde con mucha ilusión e incertidumbre al mismo tiempo, eran los matices que describían a una nación que anhelaba que la selección Colombia hiciera una gran presentación en  el mítico estadio Monumental de Núñez, Antonio Vespucio Liberti en Buenos Aires, Argentina, que le permitiera clasificar  al Mundial de  Estados Unidos  1994.  

Este gran episodio de la historia del fútbol colombiano, es la más clara muestra que en este país la verdadera identidad la genera el deporte de mayor convocatoria de masas en el mundo, el  fútbol.

Lo anterior, lo podemos sustentar en Colombia porque en nuestro país pueden existir diferencias en las ideologías y pensamientos políticos, de igual manera  grandes brechas socio económicas entre la población, pero si hay algo que como por arte de magia tiene el poder de unir a todo un país es el fútbol. Y este vínculo especial, se nutre de los sentimientos más profundos y transparentes, mostrando que no hay ninguna preferencia  racial, económica, política o  social. 

Desde el punto de vista futbolístico, la selección Colombia que mostró su identidad dentro del  terreno de juego fue la dirigida por Francisco Maturana, al representar  la gran condición técnica del fútbol en Colombia y en Sudamérica. Pero si queremos buscar un ícono individual dentro de la cancha y fuera de ésta, aparece el sensacional y descomplicado Carlos “Pibe” Valderrama; que así como para responder a las preguntas de los periodistas, tenía la misma simplicidad para poner un pelota de gol  a sus compañeros. 

A propósito de la representación de los grandes referentes de aquella Selección Colombia, en la realidad social de nuestro país, esto opina el investigador y el periodista deportivo barranquillero, Gabriel Jesurum. “El Pibe Valderrama, siempre ha sido el auténtico colombiano que habla con claridad, que su traje pintoresco y su lenguaje corporal, le comunica a los demás su frescura tropical.  René Higuita, es aquel gamín que en medio de las dificultades se la rebuscaba para sacar a relucir esa locura y genialidad típica del antioqueño influyente y metelón.  Y Faustino Asprilla, es aquel integrante de grupo que demuestra el ingenio y el talento en un par de pincelazos de arte, pero que al siguiente día su ausencia se hacía notar  por el facilismo y la comodidad propia de un vago”. 

A continuación vamos aportar, la opinión de nuestro querido amigo y profesional en las ciencias de la comunicación, con múltiples estudios en dicha área; Mauricio Hoyos Echeverri, con relación a  la  pregunta: El triunfo 5-0 de Colombia sobre Argentina, el 5 de septiembre de 1993,  fue el episodio que consagró la identidad del fútbol colombiano a nivel mundial? . Esta fue su respuesta.  “Indudablemente. No sólo porque se dio en el escenario  y ante el rival perfecto sino porque lo abultado del resultado generó ganar con creces una batalla de siete años que tenía muchos detractores. En ese partido se vió todo lo que pregonaba Maturana: la estética por encima de la táctica, lo colectivo por encima de las individualidades; y el fútbol físico y el fair play. Pero paradójicamente, se vió mucho de lo que le faltaba según los críticos: una mezcla de jugadores de diferentes regiones y diferentes equipos y no la base de Atlético Nacional y un fútbol más efectivo en el arco contrario y no tanto ‘toque-toque”. 

Hernán Peláez, periodista deportivo, en su libro “El Milagro del Fútbol Colombiano,  afirmó lo siguiente acerca de la selección colombiana de fútbol  dirigida por Francisco Maturana, con la asistencia técnica de Hernán Darío Gómez. “Era el cierre, el final transitorio de una historia que nos tiene en los Estados Unidos 94, como protagonistas. Ya no será la selección que cumplirá un papel aceptable. Es una formación protagonista….por eso la historia de este cinco a cero, es el comienzo del fin de una era, que debe cerrarse con broche de oro en julio de 1994”[1]

Pero al decir que el fútbol en Colombia  representa la identidad de esta nación, es importante decir que el fútbol no es solo un partido  dentro de un terreno de juego con 22 jugadores, es un entorno donde se refleja un fenómeno socio-cultural que se ve representado por los jugadores, técnicos, hinchas, empresarios, medios publicitarios y medios de comunicación que domingo a domingo o cuando haya fútbol nos muestran a los gomosos de este deporte una pasión indescriptible.

Uno de los grandes escritores que ha tenido Suramérica, el argentino Jorge Luis Borges habló de este deporte. Una de las grandes particularidades que tienen el fútbol, es que las personas que son apáticas o indiferentes a este deporte terminan hablando de éste.  En un artículo titulado “Borges y el Fútbol”, se reproducen citas de este autor en diferentes medios. Una de sus polémicas frases fue: “Jamás he visto en mi vida un partido. Primero porque soy casi ciego, segundo porque es parte del tedio, y además porque la gente que asiste a esos partidos no va por el fútbol en sí mismo, como deporte, sino exclusivamente para ver ganar a su equipo”[2]