A la mañana siguiente más tranquilo y aprovechando que era sábado, baje pronto a desayunar y me dispuse a por primera vez desde que estaba allí, salir a dar una vuelta por el centro de la ciudad.
Me descargue un mapa de la ciudad y anote los lugares que quería visitar durante la mañana. En mi residencia, todos se pusieron de acuerdo, para salir esa misma mañana, y hacer una jornada de compras. Yo me negué a ir y opte por un plan en solitario, sin horarios ni preocupaciones.
Varios allí presentes, me insistieron hasta que aparecieron, varios colegiales y me pidieron que me fuese del salón centrar y que me olvidase de participar en alguna actividad colectiva.
Ver las caras de las demás personas y darte cuenta de que el dominio que ejercían sobre ellos era cuanto menos preocupante, o al menos demostraba , que ese grupo reducido de personas tenían el centro bajo su control.
La jornada estuvo muy entretenida visitando calles emblemáticas, visitando la famosa Plaza Mayor, y poniendo mis pies en la losa de Km0.
La ciudad es hermosa y tenía ganas, de repetir la experiencia y visitar muchos más lugares.
De camino a la residencia supe que algo no iba bien.
Entre en el comedor y desde la distancia, vi a mis amigos o las personas con las que más trato tenía. Cogí la comida en mi bandeja y al llegar a la mesa, un chico se puso en medio.
_Aqui no te sientas _
Di un paso atrás y búsque alguna mesa que estuviera vacía. Agarre mi cérular y comencé a recibir mensajes, con advertencias, tales como "o eres como nosotros, o no eres nadie".
Ignore la advertencia , pero si puse en conocimiento del director y del centro, lo que estaba ocurriendome. La respuesta siempre era la misma : No le des importancia y sigue con tus cosas.
Me sentía solo y más aún, después de que varias personas, se alejaran de mí algo doloroso. Los días eran demasiado largos en algunas ocasiones, sin embargo constantemente buscaba actividades para entreterme.
Una tarde el director me sorprendió y me pidió que participará en una especie de torneo de debates. Según el tenía un enorme potencial y además pensaban que, incluso podría ser el líder de ese equipo.
Quede abrumado por la oferta y acepte sin más. Después observe la lista del resto de miembros del equipo y aquí surgió el problema : 2 integrantes del equipo, eran dos personas, el cuál estaba recibiendo advertencias de parte de ellos.
Me dio un escalofrío durante la primera reunión, al ver los rostros de los integrantes con sus miradas hacia a mi.
Los desprecios eran constantes, y las malas formas también. Participe poco en el debate y cedí antes ellos, cuando el líder era yo.
Llegó Halloween y los colegiales prepararon una fiesta, que el centro ayudo a organizar. En ese momento, en las clases hubo un parón y sin pensarlo, saque un billete de AVE y anuncie que no acudiria a la fiesta, algo que a todos les sentó bastante mal, dado que contaban conmigo.
Mi decisión era por necesidad. Necesitaba salir de allí y para no llevar ni dos meses, la incomodidad era tremenda hasta el punto de encerrarme en mi habitación durante varios días y no comer en el comedor.
Estar en casa, con mi madre me abrió los ojos. Le explique lo mal que lo estaba pasando y gracias a su energía, inicie el viaje de regreso a la residencia con más fuerza que nunca.
Llegando a la residencia me detuve y me quedé un momento respondiendo mensajes en la acera. En este momento, unos colegiales salieron a la ventana de varias habitaciones a increparme. Yo lógicamente ignore a estas personas y continue mirando mi telefono, cuando sin previo aviso, una botella de cristal me impacto en el cuerpo. El golpe me tiro al suelo y me produjo un fuerte hematoma en el pecho.
Me acerque a la entrada y el vigilante me presto su ayuda, junto con otros colegiales que estaban en la entrada. El jefe de estudios acudió rápido y me llevó rápido al hospital a que me miraran.
En la sala de la espera, llamé a mi madre llorando y le conté lo ocurrido. Afortunadamente solo fue un fuerte golpe lo que tenía, lo suficiente para estar dolorido durante varios días. Regrese a la residencia donde el director me esperaba para hablar de lo sucedido.
Tenía claro que iba a denunciar, o bien a la persona que me había lanzado la botella o al colegio, por no tomar medidas, pese a coméntales las amenazas y vejaciónes a las que me tenían sometido.
El director se acerco a mi y me comentó que no podía ni sabía quien había sido el causante, porque todos lo negaban y no había cámaras para saber quien había sido.
Me dijo que yo, no era el tipo de persona que el colegio quería y me invito a buscarme una alternativa en los siguientes días. Yo acepte si, pero le deje claro que si no salía el culpable, la denuncia iría a residencia con pruebas, de las amenazas (llamadas grabadas con voces, de personas de la residencia).
El director me pidió que me fuese, y todo quedó en el aire hasta la mañana siguiente.
------------