<<Gaelania, existe desde mil,ochocientos, año que fue su fundación, por un par de hechiceras, que años después murieron. Este mundo es muy diferente, sus habitantes, no son personas normales, poseen algunas capacidades que son beneficios para ellos mismos. En Gaelania, todo es color de rosa, ahí no existe, el odio, el rencor, cosas que en nuestro mundo, si. Gaelania es maravilloso, ahí existe castillos, príncipes, y gaelanos, que estarán dispuestos a recibirte con los brazos abiertos. Gaelania, es el mundo perfecto para vivir, en paz, sin ninguna preocupación, en una dimensión fuera de órbita. Hay lugares espléndidos, a los cuales no estamos acostumbrados, Gaelania, es mi sueño. Deseo visitar con todas mis fuerzas, Gaelania. Soy Milena, una chica que ha descubierto, que a parte del planeta tierra, existe otro mundo. Otro mundo, único, que es distinto, tanto en sus habitantes, como en sus acciones. ¿Quién no estaría dispuesta a abandonar un mundo donde lo tratan de imperfecto, defectuoso y gorda? Yo estoy dispuesta hacer todo, porque me he cansado de habitar, la tierra, de que me repelen como si fuera la peor de las pestes, solo soy gorda y tengo granos en el rostro, pero sigo siendo humana, pero tal parece que ellos no lo captan. Pero eso ya está solucionado, nunca más tendré que verles su cochina cara. Gaelania, es el mundo perfecto para mí, y lo voy encontrar. Si encuentras este pequeño libro, es porque es una oportunidad para llegar a este mundo, y te advierto que eres estúpida o estupido si la desaproveches, porque Gaelania, es todo lo que anhelamos, sin problemas de dinero o trabajo, hay reyes, reyes que dan su vida verdaderamente por un gaelano. ¿No te gustaría entrar en un mundo, que parece un cuento de hadas?, porque Gaelania es eso un cuento de hadas, para una princesa. >>
Levantó una ceja incrédula, por lo que acabo de leer.
Dejo a un lado el libro morado, recogiendo mi cabello que esta todo enredado, lo complicado de tener una cabellera colocha. Tenía tres horas leyéndo ese libro, me había cautivado, por ser tan raro, pero sobre todo lo que estaba escrito en él.
Mary, llego a la hora que había previsto, así que a las cinco y media partía de mi trabajo. Estaba agotada pero eso no impidió que la curiosidad le ganará al cansancio, solo puse un pie en mi habitación, y me encerré, me acomode en mi cama y empeze a leer. A medida que leía mi cabeza, trabajaba analizando cada palabra escrita, si en verdad "Gaelania" existía, era maravilloso, nunca imaginé que todas mis ideas de otro mundo, estuvieran por cumplirse, pero primero hay que ver para creer.
Observe la hora en el reloj que estaba colgado en la pared de mi cuarto. Ocho con diez minutos, mi estómago gruño, pidiendo comida. Fue entonces cuando comprendí que no había probado bocado, desde el café de la mañana. Abrí el pomo de la puerta, saliendo de la estancia. Me eché a correr, con apuro. Estaba muy, muy pero muy hambrienta. La luz de la sala,estaba apagada al igual que la de la cocina, casi tropiezo con un cojín. Entre tanta desorden pude llegar al interruptor, la luz me cegó por un instante. Me encamine hacia la cocina, ya después me encargaría de organizar la sala.
Estaba preparándome un sándwich de pollo, cuando escuché murmullos en la puerta de la entrada. Le di una mordida a mi sándwich. Asomé una parte de mi cuerpo, divisando a las recién llegadas; Ximena y Vanesa.
— ¡Si vieras lo que hizo mamá!, ¡ dejo en ridículo a Jordan!, ¡y yo tuve que pasarme toda la noche en el estupido baño, por culpa de ella!, ¡Aisha solo es tú puta sobrina,y yo soy tú hija, pero no tiene derecho a tratarme así en mi propia casa!, ¡no es nuestra culpa que haya quedado huérfana!, ¡o la corres de la casa o me voy yo!, tú decides. — Exclamó Vanesa, alterada. Vestía un crop ton, color crema, demasiado corto. Debajo de sus ojos, se notaban un poco las ojeras, que me imaginó que se hizo anoche. Pero la estúpida sabia usar maquillaje, porque no eran tan evidente.
Deje de comer al escuchar, lo que dijo "huérfana", ya tenía tiempo de no oír esa palabra. No era su culpa, pero tampoco era mia. Preste atención al semblante de Ximena, inspeccionando cuál sería su respuesta. Pero algo me decía que ya debía estar preparando mis maletas.
Ximena, suspiró.
— Hija, ¿cómo podría yo hacerle eso a esa niña?, ¿no vez que no tiene a nadie más?, solo a nosotras, somos su única familia, la dejo quedarse por lástima. Cariño, aunque sea tenle lástima, al menos tú me tienes a mí, ella no. Y debes de quedarte, tal vez ella algún día se casé con algún millonario, y los pueda recompensar lo que se ha comido en estos años.
Vale. ¡Eso sí que no me lo esperaba!
Lástima. ¿En serio?, pues yo no necesito lástima de nadie, me tengo a mi misma.
— Les debo avisar que conmigo no van a sacar ningún centavo, porque esta persona ahorita mismo se larga. — Expuse con seguridad subiendo las escalera y le di el último bocado a mi cena.
Sabía que no tenía a donde ir, pero no había otra opción, prefería estar en un puente o en un basurero, que estar en lugar que me hospedan por lástima. Soy demasiado orgullosa, para permitirme ese tipo de sentimiento.
Vanesa se rió.
— Y...¿a dónde vas a ir?, si se puede saber, digo no tienes padres, ni casa.
Me detuve.
— Y a ti que te importa, puta — Bramé con la sangre hirviendo, dándoles la espalda, no era necesario que mencionara a mis padres.