CAPITULO 7
~ M I A ~
Finalmente, el día de navidad había llegado, no tenía nada más en mi cabeza que estar en tranquilidad en mi habitación los siguientes días, no tendría clases por un par de días más, así que aprovechaba para liberar todo ese estrés que había estado acumulando por días. Mi forma más efectiva para pasar esa sensación era jugar, sabía que muchos otros podrían decir que fumar o drogarse era más efectivo, pero yo nunca había estado interesado en eso. No era mi modo de ver la vida. Además, que teniendo una madre doctora, conocía de muchos casos de chicos que terminaban muy mal gracias a las drogas.
Esos días habían estado intensos, mi madre estaba preocupada por lo que estaba pasando en Asia y que se comenzaba a escuchar poco a poco en Europa, aunque a mí también me preocupaba, no era algo que quería tener en mi cabeza, por más que dijera que no llegaría, podría equivocarme con el augurio que se estaba presentando.
—Mía, necesito que te arregles está noche, es noche buena y vendrán unos amigos a cenar... —No era muy tarde, apenas medio día, pero mi padre estaba preparando la cena, no sabía que vendrían sus amigos a cenar, siempre que venían era razón para estresarme aún más. Ella esperaba que yo los impresionara, pero ese no era mi manera de ser, mi madre no lo entendía. Solo asentí y me metí a duchar.
No odiaba las fiestas, en realidad, era de las festividades que más me gustaban, pero ya nada es como antes, todo cambió. Mis padres les daba miedo hasta dejar mi puerta cerrada, los entendía, pero también necesitaba un poco de privacidad. Quería esforzarme ese día, al menos para sentirme bonita. No por impresionar a los amigos de mis padres sino por mí misma, era algo que no hacía desde hace mucho tiempo.
No tardé mucho en terminar de ducharme y comenzar a arreglar mi cabello. Recordé cuando todo era más tranquilo, cuando no me preocupaba por mi peso o por mi apariencia en general, ahora no era como que estuviera muy preocupada por ella, pero lo hacía porque ya sabía lo que me dirían y si cambiaba, si me esforzaba en mejorar mi apariencia y luego no le gustaba a nadie, eso me haría sentir más miserable, por ende, no les ponía atención a esas cosas.
Puse algo de música para distraer mi cabeza mientras pensaba que ponerme, tenía ropa nueva que mi madre siempre me compraba y que jamás me ponía, salir de mi zona de confort no era algo que me llamara la atención. Pero ese día, me sentía diferente, sabía que podría esforzarme un poco más y esperar algo bueno de los demás. No necesitaba la aprobación de los demás, pero a veces era bonito recibir un par de cumplidos, no me vendrían mal.
—Me gusta como se ve eso —Mi padre abrió la puerta mientras yo me terminaba de maquillar. Se veía radiante y eso siempre me ponía alegre, el hombre se acercó a mí y besó mi frente—. Te ves espectacular, ¿A quién le romperás el corazón hoy? —Bromeó haciéndome sonrojar—. ¿Usarás ese vestido? —Asentí alejando mi labial—. Te verás maravillosa, me dejarás tomarte fotos Mía... Te dejaré para que te termines de vestir —Asentí animada, mis mejillas no solo estaban rojas por el maquillaje, sino que sus palabras me habían venido muy bien, mi padre parecía tener el trabajo de animarme siempre.
A veces podía ser realmente callada, me gustaba escuchar a los demás y saber lo que tenían que decir sobre cualquier tema, y mi padre era alguien que siempre sabía que decir, era muy acertado y sabio, por eso escucharlo me hacía sentir tan cómoda. Tomé mi celular cuando estuve lista y comencé a tomarme un par de fotos... Bueno, unas mil fotos, que al final me terminaron gustando solo un par de ellas, cambié mi foto de perfil en las redes que tenía, cuando lograba sacarme una buena foto había que aprovecharlo. Era algo que siempre me pasaba, cuando tenía la oportunidad de tomarme fotos, lo hacía y eso se volvía parte de las redes sociales que tenía, aunque no las usaba tanto.
—Ya estoy lista —Bajé las escaleras. Mi padre estaba en su celular mirando algunos vídeos y mi madre leyendo una revista, ella siempre se encontraba leyendo alguna revista de medicina o algún libro, no era mucho de usar su celular, no era como mi padre y yo. Ambos me miraron y vi como sus ojos se iluminaron, sabía que les había hecho ilusión no tener que obligarme a vestirme decentemente.
—Te ves hermosa —Las palabras de mi madre simplemente me llenaron, me acerqué para besar su frente. Ahora debíamos esperar a los invitados, aunque me habría gustado quedarme en cama o jugando algo con los chicos, acepté estar toda la noche, al menos una cerveza podría ayudarme a pasar mejor momento.
Así que fui por una la cocina, no era mucho de beber, pero era una ocasión especial, así que quería celebrar, el año se acabaría en un par de días y eso me ponía feliz, no había sido el mejor de mis años, pero, a la vez, era muchísimo mejor que el anterior, por eso esperaba que el siguiente fuera igual o hasta mejor. Quería ver todo de la forma más positiva que pudiera, no siempre se podía decir que sobreviví a un año entero y, además, con la universidad.
—Llegaron... —Avisó mi madre emocionada. Sonreí solo para hacerla sentir apoyada.
Ella sí que era bastante social, más que yo sin duda, eso lo veía cuando estaba rodeada que sus amigos quienes también eran doctores, los hijos de estos tenían más o menos mi edad, odiaba que muchos cuando me veían lo hacían con algo de lastima, pero entendía que después de lo que pasó, cualquiera podría verme esa de forma. Sin embargo, no me gustaba. Mi padre por suerte era como mi madre, ellos se habían conocido gracias a amigos en común que tenían y que aún conservaban así que esos momentos los compartían con amigos de ambos.