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Chapter 24

CAPITULO 24

 

~ N A R R A D O R ~

 

Finalmente, la víspera de Navidad había llegado, faltaban un par de días nada más para Navidad nada más, en Londres las cosas estaban estables, aunque seguían los picos altos y Alex tenía miedo de que sus planes fueran arruinados, por eso 7 días antes de Navidad, viajó a Estados Unidos, el hombre tenía que hacer una cuarentena obligatoria de 7 días. Él viajó justo después de una cena importante con los empleados de la galería y una despedida de su familia ya que regresaría en enero a Londres, se merecía, después de tantos meses hablando con Mía, estar con ella. 

 

La familia Sánchez digamos que estaba bien, las cosas seguían algo tensas, pero nada como hace un par de meses. Aunque a Mía le habría encantado que su madre hablara con ella, aún no había sucedido, pero el día antes de Navidad, Celeste entró a la habitación de su hija, era momento de que tuvieran una conversación, después de semanas pensando en lo que diría estaba lista. 

 

—Creo que lo primero que tengo que hacer es pedirte perdón por todo el daño que ahora sé que te causé, pensé que estaba haciendo mi trabajo como padre y no fue así, estaba equivocada y espero no sea demasiado tarde para que me perdones —Celeste se aguantabas las ganas de llorar, pero debía seguir hablando—, pensé que si te exigía más darías más pero no pensé que no todos podemos trabajar de esa forma... Yo viví así, lo vi de esa forma y pensé que era lo correcto... Hija, prometo escucharte más, prometo hacer un mejor trabajo... —Mía no sabía que hacer o que decir, era la primera vez que escuchaba a su madre decir algo así sin que estuvieran en una crisis, esa había pasado hace un par de meses y, aunque a ella le habría encantado que su madre se acercara a ella un poco antes, la joven entendía que su madre no estaba acostumbrada a eso, era una persona demasiado orgullosa y recta. 

 

—Me llevó tiempo perdonarte madre, pero lo hice mucho tiempo... —Ambas se abrazaron, fue un largo y cálido abrazo, algo que ambas necesitaban desde hace bastante tiempo. Cuando se separaron Celeste tomó la mano de su hija, ahí donde tenía el anillo que meses atrás Alex le había dado. 

 

—Cuéntame sobre él —Mía por fin le habló de Alex a su madre, ella lo había hecho con su padre, pero era algo nuevo hablarle a su madre de a su novio. Como le había conocido, a que se dedicaba él, hasta la edad del hombre, cosa que al principio no le gustaba, pero Mía le dijo algo que cambió un poco su forma de pensar. 

 

—¿Prefieres que salga con un idiota de la universidad? Que sea niño de papis, que no sepan que quieren o como lo quieren... Alex me ha demostrado durante todo este tiempo que él está comprometido conmigo, se toma el tiempo para dedicarme todos los días, me escucha y entiende como soy —Mía era la forma en que lo miraba. Era la primera relación de ella y por supuesto que había cambiado mucho su forma de ver las cosas—. Yo sé que es extraño que estemos a la distancia y tengo en cuenta de que muy posiblemente no serán las cosas como quiero, también sé que tal vez que cuando nos conozcamos las cosas no funcionen, pero él me ha enseñado muchas cosas que agradezco... Es difícil de entender, pero solo te pido que no te pongas terca con esto, es la primera vez que siento algo así y no tengo que haber tenido experiencia previa para saber que esto es algo bueno. 

 

—Lo único que quiero es que no te pase nada —Celeste acarició el cabello de su hija—, y aunque sería lindo tener un nieto, no creo que estés lista para dar un paso como ese así que, por favor, cuando pase, cuídate... —Mía era demasiado vergonzosa para hablar de esos temas, pero entendía que su madre le decía esas cosas como doctora. 

 

Mía había tenido su primera vez con alguien hace años ya, un poco antes de lo que pasó, así que era algo que sabía, tampoco había sido una buena experiencia, pero sabía lo que podía llegar a sentir, ella misma se había dado cuenta de eso muchas veces. Aunque con Alex las conversaciones sexuales habían sido pocas y muy cortas, el hombre era algo reservado y quería ser un caballero con ella, pero muchas veces se sentía con ganas de verla desnuda, pero no le decía nada. Alex sabía que, durante ese viaje, algo pasaría y si no, él la esperaría.

 

—Hemos hablando de muchos temas y los hijos no es algo que nos llame la atención, ni siquiera el matrimonio, no creemos en eso, pero si en algún momento llega a pasar, creo que tendría que pensarlo mucho, por eso sé que primero debo cuidarme... —Dijo la mujer con media sonrisa. Mía sabía que en algún momento sería algo que debían hablar, no es algo que debían dar por sentado. 

 

—Muéstrame una foto de él, quiero verlo —Celeste estaba entusiasmada con ver al novio de su hija, Mía tomó su celular y buscó en su chat algo que él le había mandado hace un par de días. Era un vídeo de él mismo enviándole un beso, junto a un mensaje que decía "Te amo"—, ohh, es bastante guapo... Tiene una linda sonrisa... Me agrada para ti —Bromeó la mayor, al darse que sí se veía algo grande pero no era algo que tuviera que ver negativamente. 

 

Ellas se quedaron hablando un buen rato y luego cada una regresó a lo que estaban haciendo antes de la conversación, un poco más tranquilas de corazón y sin un peso sobre sus hombros, ambas esperaban que aquella tranquilidad estuviera permanentemente, no querían más dramas en casa. Lo que ambas no sabían es que Marcus estaba organizando lo de Alex junto al éste. Él ya había viajado y estaba aún haciendo la cuarentena, pero todas las pruebas salieron bastante bien y justo para el día de Navidad, donde iba a sorprender a su chica. 

 

EME.




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