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Chapter 31

~ N A R R A T I V O ~

 

Año nuevo había llegado.

La festividad era algo que emocionaba a Mía, era la primera vez que la iba a pasar con Alex y sabía que no era la última, pero estaba ansiosa por saber que pronto Alex tendría que regresarse a Londres, no quería tener que despedirse de su novia.

 

—Mía, debemos estar listos para irnos —Celeste estaba preocupada por llegar tarde a casa de sus amigos donde pasarían la festividad. Siempre hacían esos planes ya que la familia de los Sánchez estaba muy lejos y normalmente no la pasaban con ellos. Ya era normal para Mía esa rutina, aunque este año sería diferente a los otros ya que era la primera vez que la pasaba con su novio.

 

Aún era temprano como para estar listos, pero Celeste no quería perder el tiempo, además de que había probabilidad de tormenta en la noche, así que si no salían temprano y caía una tormenta tendrían problemas. Así que todo debería estar listo. Pasaba el medio día cuando todos estaban preparando todo lo que se llevarían a casa de Susan, ahí nos estarían esperando todos los amigos de mis padres.

 

—Creo que tu madre está un poco estresada —Alex entró a la habitación de Mía mientras esta hacia una pequeña maleta—. Acá te traje mis cosas para que las metas en tu maleta —La joven tenía el cabello húmedo ya que se acababa de duchar, estaba con ropa casual, pero en un momento comenzaría a arreglarse para la noche.

 

—Ella es así, no te preocupes, siempre quiere que estemos listos cuando vamos a casa de Susan, tiene una granja a las afueras de la ciudad, me encanta cuando vamos ya que pasamos con los animales y sabes que amo a los animales —La pequeña se abrazó a su novio con fuerza dejando un momento lo había estado haciendo hace un rato.

 

—Creo que debiste estudiar veterinaria entonces —Alex solo soltaba comentarios, pero realmente lo sentía, tal vez su novia no estaba del todo feliz con ser odontóloga, ya solo le faltaban un año para que se graduara, por suerte no era una carrera tan larga.

 

—Me gusta lo que hago —Sonrió Mía dándole una sonrisa, aunque no era lo que le habría deseado hacer, le gustaba lo que estaba estudiando y sabía que podría lograr más cosas—. Además, nadie dijo que tengo que vivir el resto de mi vida haciendo algo que no amo, podría estudiar algo más después de terminar mi carrera…

 

—Así me gusta —La besó lentamente y luego la abrazó con más fuerza.

 

—Tengo que arreglarme —Ella cortó el abrazo para ir hasta su tocador.

 

—Yo tengo que hacer unas cosas del trabajo, ¿puedo usar su computadora un rato?

 

Ambos se sentían tan cómodos con esa dinámica que tenían de confianza, la joven no tardo más de dos horas en estar lista para el viaje, que sería de una hora y media. Todos llevaban ropa semiformal por el lugar que iban no quería ir “overdress”. Además, que no sería una fiesta como tal, sino una cena y luego verían los fuegos artificiales. Alex había optado por usar una camisa celeste y pantalones blancos combinando a lo que lleva Mía que era casi igual solo que lo que llevaba ella era más femenino y ajustado a su cuerpo.

 

Subieron las maletas a la cajuela y todos subieron a la camioneta juntos. Celeste y Markus iban en frente mientras que Mía, Alex y Angel en la parte de atrás. La joven se había recostado en el hombro de su novio mientras que Angel veía por la ventana.

 

La música era animada, pero nadie decía nada durante todo el viaje, Alex disfrutaba de tomar un par de fotos del camino y de Mía que había cerrado los ojos hace 20 minutos y ahora estaba dormida. No se hizo tan largo ya que no había tráfico y menos cuando se adentraron a la zona rural.

 

—¡Ahí está mi familia favorita! —Susan fue la primera en recibirles cuando estacionaron el carro frente de la casa, parecía que habían llegado un par de los invitados ya que estaban dos autos más.

 

—Hola Susan —Celeste fue la primera en saludar a la mujer y después todos lo hicieron. Cuando llegó el momento de que Alex saludara a la mujer, ella se quedó mirando la ropa que llevaba la pareja.

 

—¡Ay pero que hermosos! Vienen vestidos igual… Que adorables son… Vamos, entren, que está haciendo bastante frío… Ya saben cómo nos organizamos con las habitaciones.

 

Lo primero que hizo la mujer fue llevar a todos a las habitaciones donde dormirían los próximos días, Mía y Alex compartirían una habitación cosa que no les molestaba, era pequeña, pero tenía una cama lo suficiente grande para ambos. No había dado más que esperar a que llegara la noche para la cena y que los demás invitados llegaran a casa, cosa que no estuvo tan alejado de la llegada de los Sánchez.

 

Mía y Alex se habían apoderado de unos de los sillones donde se recostaron mientras ambos jugaban en sus celulares juntos, descubrieron que les encantaba hacer eso ya que los últimos días habían estado haciendo eso por horas hasta que ya se aburrían y se ponían a ver alguna película. Eran adorables tal y como había dicho Susan, quien a escondidas les había tomado una foto y se la envió a Celeste.

 

La cena estuvo tranquila, más allá de un par de miradas envidiosa de Rebecca, pero había sido igual en Navidad así que no les importaba. Para cuando la hora llegó donde iban a brindar y salir a ver los fuegos artificiales, Alex tomó la mano de su novia y la abrazó por la espalda.

 

—Si alguien me hubiera dicho que este año viviría una pandemia y encontraría al amor de vida, le habría dicho que está loco… —Susurró el mayor cerca de la oreja de la otra cosa que la hizo sonrojar muchísimo. Ese viaje había sido más especial de lo que pudo imaginarse el hombre en cualquier otro momento, estaba contento por todo lo que se le había puesto en el medio, lo aceptaba con alegría y no quería cambiar nada—. Te prometo que este año que entra será mejor que el siguiente…




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