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Chapter 32

~ N A R R A T I V O ~

 

Los días en la granja habían sido maravillosos, los días pasan paseando a caballo, jugaron con la nieve, comieron muchísimo, prepararon dulces y no fue hasta que Alex ya tenía que regresar a la ciudad para buscar sus cosas y dejarlas listas para el viaje. Ya era 3 de enero y el hombre tendría que viajar en dos días. La joven no quería tener que separar de su amado en ningún momento ahora que sabían que las horas que les quedaba juntos eran escasas. La familia entera llegó después del mediodía a la casa, ese día todos la pasaron encerrados en sus habitaciones ya que habían sido días demasiado largos y querían descansar un poco antes de que Alex se fuera y tuviera que ponerse a trabajar nuevamente.

 

—No quiero que te vayas —Mía estaba descansando en el pecho de su novio, se habían despertado de una pequeña siesta y estaban hablando de ciertas cosas cuando la joven tocó el tema de la ida de su novio a Londres.

 

—No será por mucho tiempo hermosa, prometo que volveré muy pronto o haremos lo posible para que visites Londres muy pronto, te encantará visitar conmigo mis lugares favoritos de Londres… —Alex sabía que no estarían separados por mucho tiempo, además que ella podría hacer su mayor esfuerzo para viajar pronto, su padre le había dicho que podrían hacer un viaje familiar a Londres una vez que fuera más seguro para todos viajar. No tenían problemas con el dinero, pero la joven tenía otros planes que ahora evitaría comentar.

 

—¿Me lo prometes? —Mía levantó su rostro levemente para ver como Alex tenía los ojos cerrados. Era hermoso.

 

—Por supuesto que sí —Él la abrazó con fuerza, aún les quedaba un par de horas más para estar así. Jamás pensaron que el estar así con una persona podría hacerlo sentir tan bien. Alex no podía esperar el momento para estar juntos en Londres. Era una lástima que el hombre no le gustara América, sino estaría encantado de conocerlo con la mujer, él sabía que podrían viajar más fácilmente en Europa. No tenía nada malo estar ahí, pero ya había viajado con su hermano hace años y de todos los lugares que visitó, ese era su menos favorito.

 

—Debería tener listo para el día del viaje —Anunció Alex removiéndose en la cama.

 

—¿Ya quieres dejarme? —Mía hizo un puchero que le ayudó a conseguir un beso.

 

—No es eso, pero no me gusta estar apresurado haciendo las cosas a último momento, mi hermano es especialista en eso y cuando tengo que hacer algo con él siento que me voy a matarlo —Bromeó el inglés.

 

—Déjame ayudarte entonces —Ambos se levantaron de la cama para ir hasta la habitación donde se había quedado Alex esos días que estuvo en casa. No había mucho que acomodar más que la ropa que ya había usado, debía volverla a meter en la maleta.

 

El resto de tarde estuvieron ambos hablando de cosas triviales mientras que doblaban la ropa, dejaron la ropa que el usaría los siguientes dos días hasta el vuelo. No se sentía un aura de nostalgia, ambos sabían que se volverían a ver muy pronto y que ahora la distancia solo era cuestión de la situación sanitaria por la cual seguían pasando.

 

El siguiente día tampoco fue muy especial, más allá de estar todo el día encerrados en la habitación y comer en familia, Alex se había vuelto uno solo esos días que llegó a las vidas de los Sánchez, ayudaba siempre que podía, tenía una buena conversación que los animaba. El vuelo hacía Londres salía a media tarde y quien lo llevaría era Mía.

 

—Muchas gracias por recibirme estos días acá —Alex se estaba despidiendo de los padres de Mía, estaba dando un pequeño discurso de agradecimiento mientras que la menor sentía que sus manos temblaban, no quería separarse de su novio y sentía ansiedad por dejarlo en el aeropuerto—, realmente me la he pasado increíble con ustedes y espero que se pueda repetir muy pronto, volveré muy muy pronto… Además, que la invitación para que vayan a Londres estará esperándolos, mi madre les encantará conocerlos —Celeste abrazó al hombre, se sentía agradecida por él y esperaba tenerlo mucho más tiempo en la familia. Hacía muy feliz a su hija y eso nunca podría agradecérselo lo suficiente—. Gracias nuevamente.

 

—Ten un buen viaje querido —Markus se despidió del hombre otro abrazo.

 

—Hasta pronto —Finalmente el hombre caminó hasta el auto donde tomó la mano de su novia todo el viaje quien estuvo bastante silenciosa, ella no se sentía cómoda con dejar a su novio tan pronto, la había pasado tan bien esos días y tenía tanto miedo de que las cosas cambiaran una vez el regresara a Londres. El viaje al aeropuerto estuvo pesado ya que había algo de tráfico y sabían que cada vez más se acercaran al lugar estaría peor.

 

En un pequeño atasco el inglés miró fijamente a su novia, esperando que esta le dijera algo ya que solo habían cruzado un par de palabras durante la última hora y ya no le gustaba que estuvieran de esa forma, parecía enojada.




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