Games || 2#

Chapter 37

~ N A R R A D O R ~

 

Había llegado el mediodía en Londres y estaba lloviendo. Alex tenía muchas cosas que hacer y se había mantenido metido en su oficina todo el día, no estaba para nadie y no quería ser molestado por nadie, eso lo notó Robbie que por varios días había intentado hablar con el hombre sobre sus sentimientos. Había dicho las fotos de Navidad y por eso estaba dispuesta a conseguir toda la atención del hombre. No le importaba en lo más mínimo que el hombre parecía llevar una relación amorosa, ella sabía que lo que necesitaba el hombre era una mujer cerca, una mujer, no una niña como lo era Mía. Al menos bajo su perspectiva así llevaba a la joven. Quien había viajado horas para ver a su novio.

 

—Señorita, acá no pueden entrar animales, por favor necesito que se retire —Robbie había visto al animal y corrió hacía la mujer con una maleta junto a un perro. Estaban prohibido los animales y no podía permitir que nadie incumpliera las reglas. Cuando estuvo cerca de ella notó que su rostro se hizo conocido, pero no sabía con exactitud quien era—. Necesito que se retire o llamaré a seguridad —Mantuvo postura firme mientras le hablaba. La miró de arriba abajo tratando recordar donde la había visto—, por favor.

 

—Él es un animal de compañía, él no es una mascota nada más… Y no estoy acá para ver la galería, estoy buscando a Alexander Kirkman, podría llevarme a donde está el —Mía había hablado con amabilidad y con una sonrisa, pero Robbie seguía con la misma expresión de soberbia y fría.

 

—¿Y quién es usted? —Preguntó la mayor cruzando sus brazos en su pecho.

 

—Dígale que es Angel Hillman… —La joven no entendía quién era, no sabía quién estaba buscando a su jefe, entrecerró los ojos y se quedó un momento pensando, hasta que se sintió iluminada. Era la supuesta novia de Alex, por fin la había reconocido. Evidentemente que no la dejaría entrar a la oficina. Tanto como porque no quería y porque Alex estaba trabajando.

 

—El señor Kirkman no se encuentra, puede esperarlo afuera si así lo prefiere, pero no creo que regrese hoy… —Mintió la mayor, antes de darle la espalda a Mía, si veía otra vez a la chica dentro con el perro, llamaría a seguridad.

 

Por suerte Mía no se había desanimado por lo que la mujer había hecho hace momentos, estaba segura de que pronto vería a su novio y era lo único que le importaba ahora. Sabía que no podía hacer mucho, la noche llegó, Robbie había hecho todo lo que pudo para evitar que Alex saliera de la galería y se encontrara con la niñita. Cuando ya no la vio más en el jardín se quedó tan tranquila.

 

—Alex —La mujer detuvo a Alex cuando vio que ya se estaba yendo, le tomó de la mano y le sonrió—, me gustaría invitarte a cenar…

 

—Robbie, estoy muy cansado y necesito dormir algo —Alex no quería ni siquiera, solo quería llegar a su casa, cambiarse de ropa, hablar con su novia y luego dormir, estaba realmente quemado de ese día y ya no quería saber de nadie más—, en otro momento prometo que te acompañaré —Él no era tonto, sabía que a pesar de que ya había sido claro con la mujer, ella seguía sintiendo cosas por él. El inglés había puesto sus límites y ya tenía pareja, así que no entendía que más tenía que hacer con la mujer.

 

—No, Alex no me estás entendiendo… —Robbie se había dado cuenta de que la chiquilla de la mañana estaba esperando por el hombre afuera, así que debía haber algo para alejarla—. Yo quiero que tengamos una cita, mira, durante mucho tiempo te he querido y me gustaría que comenzaras a verme como mujer —Él era un caballero y no podía hacerla sentir mal, antes de responderle algo, lo tomó del cuello y lo besó. No por más de un par de segundos, antes de que el hombre la tomará de los hombros y la separara de él.

 

Antes de que otra vez pudiera hablar y reprenderla por lo que acaba de hacer, escuchó su nombre en un grito a unos metros de ellos. Ambos llevaron su vista hacía ese lugar, Alex no tardó en correr a los brazos de su novia, quien lo había sorprendido. Pero ella no lo recibió con un fuerte abrazo sino con una mirada amarga, ya que había visto lo que pasó hace unos escasos segundos.

 

—¡Mi amor! ¿Pero qué haces acá? —Él no le había tomado importancia al beso que se había dado con Robbie hace unos momentos, pero su chica no podía dejar de pensar en lo que vio y, además, en la sonrisa que tenía Robbie en su rostro ahora mismo—. ¿Lo viste? —Mía solo asintió lentamente al borde de las lágrimas. Ahora Alex estaba realmente abrumado y enojado con Robbie—. Robbie me besó sin aviso, sin mi permiso… —Aunque ella quisiera estar enojada, no podía, sabía que la mujer estaba a unos metros de ellos estaba consciente de lo que estaba haciendo. Con la misma sonrisa burlona se alejó de ellos dejándolos pelear.

 

—¿Ella no sabía de mí? —Preguntó Mía con la voz sobre un hilo.

 

—Por supuesto que sí, todos en mi trabajo saben que yo estoy en una relación, todos… Hasta ella me felicitó cuando regresé a Londres, ahora hace esto… No la entiendo —Alex acarició los hombros de su novia, quien estaba tensa. La lluvia la había mojado un poco más y se sentía incomoda.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.