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Chapter 42

~ N A R R A D O R ~

 

Hace una hora había comenzado a llegar las personas, Robbie se había encargado de todo mientras que Alex no estaba, no había nada de lo cual preocuparse, más allá de ciertas situaciones que salieran fuera del programa, pero que no solía pasar. La mujer trabajaba muchísimo y le gustaba mucho ese estrés de esos días de evento. Ahora solo quedaba disfrutar de la subasta y esperar que todo se venda de la forma que habían planeado, no tenían mucho más que hacer ahora que esperar que llegara Alex.

 

Para cuando llegó, Robbie pensó que la niña esa se había ido, equivocándose cuando los vio entrar al salón tomados de la mano. Rossarie vio a Alex entrar con una mujer y corrió hacia Robbie para preguntarle qué estaba pasando.

 

—Es su supuesta novia —Respondió Robbie tomando de copa, bastante enojada. La rubia sonrió de lado al ver como se veía la pareja, ella no había mucho interés de estar con Alex por quererlo, sino por molestar a su familia y mejorar su imagen pública ya que Alex era una especie de santo para la prensa, así que hubiera sido bueno para ella mejorar esa vida de niña rica que tenía—. Es una niñata… No la soporto.

 

—No sé ve mala persona, le queda muy bien el vestido —Robbie miró a la mujer y quiso dejarla hablando sola, pero era una de las que había dado una de las obras para subastar y no podía hacerle ese desplante—. ¿Cómo se llama?

 

—¿Estás demente, Galloway? —Atajó con amargura la mujer de cabello negro—. Es la novia de Alexander, el hombre porque estás detrás… —Robbie sabía que Rossarie siempre había sido su competencia, pero como casi nunca los había visto cerca, nunca la tomó como eso—. Es la competencia.

 

—¿Competencia? —La rubia ladeo la cabeza y miró con desdén a la otra—. Disculpa querida, pero nadie es mi competencia, si tú quieres competir con otra mujer por la atención de un hombre es tu asunto, yo compito por mis negocios, por no hombres… Te he preguntado cómo se llama… —La respuesta sagaz de Rossarie hizo que la otra se sintiera mal, pero no olvido el odio que le tenía a la joven.

 

—Se llama Mía Sánchez —Respondió luego de tomar aire y olvidar las ganas que tenía de estrangular a la rubia por su tonta respuesta.

 

—Bonito nombre… —Rossarie no tenía intenciones de nada, pero Robbie sí.

 

Cuando Alexander se había subido al pequeño podio para dar un discurso, Rossarie se acercó a la joven para conocerla, escuchando, así, sus comentarios mal afortunados sobre Robbie. La mujer no pudo evitar reír ante la notable inmadurez de las presentes, pero no podía juzgarlas, era como se sentían al respecto.

 

—Yo nunca confié en ella —Cuando las mujeres regresaron la mirada hacía la rubia, se sintió algo asombrada por las miradas, aun así, sonrió con la dentadura completa—. Ay, perdón, no pude evitar escuchar su conversación, no es como que estén hablando muy bajo… —La mujer dio unos pasitos para acercarse más a ellas—. Rossarie Galloway —Apenas se escuchaba su voz, pero estaba su suficientemente cerca de Mía para que esta le entendiera—. Supongo que tú debes ser la famosa Mía, escuché de ti…

 

—¿Quién te habló de mí?

 

—Robbie —Sonrió.

 

Mía pensó que sería amiga de la mujer y que también tendría que tener cuidado con ella, sintió el estómago revuelto y Angel se había comenzado a alterar, la joven debía ir a un lugar seguro para relajarse, estaba teniendo un ataque de ansiedad ahí mismo y no podía hacer mucho estando rodeada de personas.

 

—Discúlpenme —Aunque no conocía el lugar aun así caminó hasta una habitación que estaba a oscuras, Angel había comenzado a ladrar con fuerza mientras que ella buscaba asiento. En su mente solo estaba que una vez ella se fuera Alex estaría con aquellas mujeres y era muy posible que ellas intentaran conquistarlo, confiaba en su novio, pero no en aquellas mujeres—. Shh, Angel, cálmate —Ya sentada en el piso, a oscuras, comenzó a respirar con más lentitud y buscando la forma de que su cabeza no la dominaran.

 

Las luces se encendieron cegando un poco a la joven quien no se había dado cuenta de donde estaba, pero cuando pudo ver con claridad era como un almacén.

 

—¿Qué estás haciendo acá? —Robbie vio como la joven salió corriendo hacía ese lugar y no pudo evitar seguirla. Menos al ver que se había metido al lugar donde tendrían las cosas que iban a subastar. Mía se quedó en silencio ya que no tenía voz para responderle, estaba en un trance que no le gustaba, hace bastante que no se sentía tan intimidada como ese día—. ¡Te he preguntado algo! ¿Es que aparte de tonta eres sorda? —Angel siguió ladrando.

 

—Shhh, Angel —Intentó nuevamente calmar al animal.

 

—Eres más estúpida de lo que creía… ¿Cómo es posible que Alex se haya enamorado de ti? Eres una estúpida, fea y gorda —Cada palabra hizo que la joven se sintiera peor que antes, no podía respirar bien, no entendía porque le estaba diciendo aquello si ni quiera la conocía.




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