Chapter 46

~ N A R R A D O R ~

La fecha de la graduación se había acercado como Mía sospechaba, demasiado rápido… Ya le había contado a Michael que se iría en un par de semanas. Markus había conseguido a un excelente abogado de migración que le ayudaría con todos los temas de la visa, por eso era algo que la mujer no tenía que preocuparse. Mientras que Alex había tomado un avión para llegar a tiempo a la graduación de su novia, solo que no se quedaría mucho tiempo como le habría gustado ya que tenía cosas que hacer una vez regresara a Londres, con el reemplazo de Robbie había ido un cambio algo interesante de vivir y por interesante se refería a complicado, aunque la mujer era alguien capacitado para el trabajo, siempre los primeros meses de adaptación eran complicados por todo lo que había que hacer. El rubio aun no confiaba plenamente en la mujer, así no quería que nada saliera mal en ausencia.

Parecía ya ser una tradición entre los dos que cada vez que se iban a visitar tenían que sorprenderse, pero esta vez Mía sabía que Alex que iría a verla en su graduación, hace un par de días Henry, el hermano de su novio la había llamado para hablar con ella, había sido una llamada rara, pero bastante graciosa:

—¿Aló? —Mía estaba llenando unos papeles del trabajo antes de cerrar por completo el consultorio. Había tomado su celular sin mirar la pantalla para saber quién llamaba.

—¡Querida, Mía! —Que la persona que estuviera del otro lado de la línea estuviera llamándole de esa forma, la hizo sentir rara. Despegó el celular de su oreja y miró el número que la estaba llamando, era alguien desde New York.

—¿Disculpe? ¿Quién habla? —Preguntó un poco nerviosa por quien podría ser. Ella no conocía a nadie que fuera de New York.

—Tu cuñado —¿Cuñado? ¿Uno de los hermanos de Alex?

—Cierto, Henry, ¿no? —La joven se sintió apenada por no recordar bien su voz.

—Así es querida, ¿cómo estás? Le quité tu celular a mi hermano, no vayas a asustarte… —Ambos se rieron y eso relajó un poco la conversación—. Te llamé porque estoy ahora en América, estamos un poco lejos, pero supe que sería tu graduación, me gustaría darte un regalo…

—Oh, no es necesario que me regales nada… Pero sí, me graduaré en un par de días…

—Igual te mandaré algo con Alex…

—¿Alex vendrá? —Preguntó ella sorprendida ya que su novio no le había dicho nada y seguramente era para mantenerlo como una sorpresa.

Sorpresa que había arruinado Henry contándole, pero tampoco le había molestado que el hombre hiciera eso, era lindo ahora que sabía que su novio estaría uno de los días más importantes para ella, no tenía una familia muy grande y para ella era importante que al menos estuviera su novio con ella, apoyándola como siempre.

—Oops, creo que no sabías… —El hombre soltó una carcajada.

—No, no lo sabía —Admitió la joven con media sonrisa, mientras guardaba las cosas que había terminado.

—Lo siento, arruiné la sorpresa que le iba a dar Alex, no le vayas a decir nada porque me va a querer matar —Aunque la joven quería decir algo, sabía que su novio no tenía relación muy cercana con sus hermanos y que supiera que su hermano mayor había arruinado la sorpresa que tenía a su novia, entonces lo haría enojar, así que debía cuidarlo un poco.

—No lo haré, no te preocupes —Sonrió tomando sus cosas para finalmente salir del trabajo—. Yo me haré la sorprendida cuando el aparezca, no le diré nada —Prometió de pie a un lado de la puerta, Angel estaba a su lado esperando a que abriera la puerta para salir—. Espero que nos podamos ver pronto, sé que pronto iré a Londres, aunque aún no tengo nada seguro —Ella tampoco quería contarle que ya tenía la visa para viajar a Londres y quedarse legalmente.

Era algo que no sabía si Alex había hablado con su familia y no quería arruinar algo más en ese momento, para la joven era un paso importante y no quería tomarlo a la ligera, tendría mucho que hacer una vez ella se mudara a casa del mayor y ya no faltaban tanto tiempo para eso, así que mientras las cosas se hicieran bien, nada malo pasaría.

—Ahora tengo que dejarte, tengo que ir a casa —Anunció Mía abriendo la puerta de su auto había sido lindo la llamada que el hombre le hizo, pero ahora debía manejar a casa para descansar, mañana no trabajaría e iría a ver lo que usaría para el día de la graduación.

—Fue lindo hablar contigo, espero nos veamos pronto y recuerda que te enviaré algo, adiooos —Cortó la llamada sin que ella pudiera negarse al regalo que le estaba ofreciendo, el último que le había dado se enteró que era algo de colección y que valía muchísimo dinero, pero no podía devolverlo, ahora lo tenía como una reliquia en casa.