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Chapter 47

~ N A R R A D O R ~

 

—¡Ha llegado tu día especial! —Celeste había entrado a la habitación de Mía muy temprano por la mañana para felicitar a su pequeña, aun no era momento para levantarse, pero la mujer quería que el día comenzara especial. Además de que tenía una gran sorpresa para la pequeña, Alex había aparecido hace 15 minutos en la sala y estaba hablando con su padre—. Estoy tan orgullosa de ti mi niña hermosa, sé que este paso fue complicado, pero lo lograste.

 

—Gracias mami —Dijo dormitada, no había siquiera abierto sus ojos aun—. ¿Ya es hora?

 

—No pequeña, quédate en cama, aún es temprano, pero no quería aguantarme hasta que tuvieras despierta —Dijo con una gran sonrisa y dejando un par de besos en la frente de la pequeña y retirándose. Mía siguió dormida, la noche anterior no había podido dormir del todo bien gracias a la ansiedad de lo que iba a pasar ese día.

 

Celeste regresó a la cocina para hablar con Alex un rato antes de que el fuera a despertar a Mía en un par de horas.

 

—Me gustaría anunciar un par de cosas, sé qué Mía les contó lo que hablamos, de que ella quiere irse a vivir a Londres, ahora que ya terminó su carrera, ella quiere hacer una vida allá… Aunque yo no quería que ella dejara su vida acá, estoy seguro de que tendremos una buena vida allá, nada le va a faltar y me voy a encargar de que seamos muy felices allá… Además, de que voy a hacer algo que va a cambiar nuestras vidas… —El hombre sacó el anilló que había guardado en su mochila y se los mostró a ambos.

 

Celeste casi grita de la emoción, pero se contuvo para no despertar a Mía y que la joven viera lo que estaba pasando ahí.

 

—¡Ohhh, dios mío! No puede ser —Dijo la mujer dando un par de saltitos en su lugar, le iban a pedir matrimonio a su pequeña niña y no podía contener más su emoción—. ¿Cuándo lo harás?

 

—Esta noche, durante la cena… Pero quiero que estemos solos, así que me la llevaré a los jardines —La celebración la harían en un hotel, sería una gran fiesta para toda su clase. Estaba contento, era lo que debía hacer, se acercaba su aniversario de novios y era el momento perfecto para que la joven al regresar a Londres lo hiciera con intenciones de planear la boda a su lado.

 

Después de preparar un gran desayuno, el mayor fue hasta la habitación de su novia, la encontró babeando en la cama y le causó risa que verla de esa forma. Se recostó a un lado y comenzó a hacerle cariñitos en el cabello, haciendo que la chica se despertara poco a poco. Ella pensó que sería nuevamente su madre, pero cuando abrió los ojos su corazón dio un vuelco.

 

—¡Mi amor! —Saltó a los brazos de su novio al verlo y comenzó darle un montón de besitos en su rostro.

 

—Si así vas a recibirme cada vez que me veas, entonces acepto… —Alex sonrió feliz, tomando con ambos brazos el cuerpo de su chica, pensó que la iría a ver una vez estuviera recibiendo el título, pero no quería aguantar tanto para verla, además de que su vuelo había sido de madrugada. El hombre se acostó con ella, la joven colocó su cabeza sobre el pecho el otro.

—Me alegra tenerte acá…

 

—Tenía que hacerlo mi vida, no podía perderme este momento de tu vida… Quería que estar contigo… —El seguía haciéndole cariño en el cabello—. Ahora debemos bajar para desayunar, es tu día especial y tenemos muchas cosas que hacer.

 

Durante todo el día, Celeste se había llevado a su hija para la peluquería, un spa, todo para consentirla y que estuviera lista para las 2 de la tarde donde tendrían que estar en el auditorio de la universidad para la entrega de diplomas. La familia de Mía estaba viendo todo desde las butacas, la ceremonia había comenzado y estaba todo un poco lento, hasta aburrido, pero cuando comenzaron a entregar los diplomas todos estaba expectantes para cuando dijeran el nombre de Mía.

 

—Blaire Bailey-Grey —Nombraron a la mejor amiga de Mía y la pelirroja subió para recibir su diploma, hasta los padres de la morena, la familia de Blaire estaba llena de hombres y ella había sido la única niña en generaciones, así que se escuchaba a todos los hombres de la chica gritar por la pequeña.

 

Nombraron un par de nombres más hasta que fue el turno de Mía. Celeste, Markus y Alex se levantaron para alentar a la joven. Todos estaban contentos por lo que había logrado la joven en un par de años, se había quemado las pestañas estudiando día y noche, pero lo logró.

 

—Felicidades mi niña, finalmente lo lograste —En la salida, donde todos estaban tomándose fotos entre todos, la pequeña familia estaba saliendo para hacer la última parada ya que irían al hotel donde se cambiarían de ropa y esperarían para que se haga la noche ya que habría una gran fiesta.

 

—Muchas gracias… —Blaire se había acercado a Mía para abrazarla y comenzarse a tomar fotos.




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