Dos

ADAM ROTH.
 

— Adam. —Sidney me detiene del brazo antes de que logré entrar al cine.

— ¿Si?

Me suelta el brazo.

— ¿Por que te vestiste así?

No pensé que me preguntaría.

— ¿No te gusta?

— Me gusta más como sos siempre.

Pasa al lado mío.

— ¿Venís?

Salgo de mi trance y la sigo adentro del cine.

Sidney se acerca a comprar unos dulces para comer durante la película.

Que aún no se que vamos a ver, ya que según Sidney es sorpresa.

Luego de un rato llega a mi lado con un montón de dulces.

— Listo, vamos.

La detengo.

— ¿Que vamos a ver?

— Titanic.

¿Titanic?

No pensé que recordaría que esa es mi película favorita.

Sin más que agregar entramos a la sala.


















 

(…)
 

Nos sentamos ni muy lejos ni muy cerca de la pantalla.

La película ya empezó.

Me entretengo viéndola que no me di cuenta cuando Sidney apoyo su cabeza en mi hombro.

Miro hacia su mano y sin pensarlo la entrelazó con la mia.

Por suerte no la quita me deja que se la agarre.

Cómo se puede amar y odiar a una persona al mismo tiempo.

Porque así es como me siento respecto a Sidney.

Dejo de mirar nuestras manos y vuelvo mi vista a la película.

Esta cita no está llendo tan mal como pensé.


















 

(…)
 

Sidney me dejó en mi casa.

Ahora estamos ambos en el pórtico de mi casa sin saber que decir.

— ¿Cómo la pasaste?

Levantó mi mirada del suelo.

— Mejor de lo que esperaba.

— ¿Eso quiere decir que puede haber una segunda cita?

Sonrio.

— Si habrá una segunda cita.

— Genial. —Me sonrie.

Se acerca más a mi.

¿Me va a besar?

No la pregunta correcta sería, ¿Por qué quiero que me bese?

Estamos a pocos centímetros del otro.

Pero cuando estoy por dar ese último paso para besarla el grito de alguien nos hace separar.

Nos giramos y vemos a mi Madre mirarnos comuna enorme sonrisa.

Mierda.

Ahora me va a hablar sobre mi relación con Sidney.

— Yo… Me tengo que ir.

Me giro hacia Sidney.

— Claro te veo mañana.

— Si, hasta mañana.

Se da la vuelta y sube a su auto para ponerlo en marcha e irse.

— Sabía que terminarían juntos.

Ignoró a mi Madre y subo a mí cuarto.

Cuando pienso que ya me libre de ella entra a mi habitación y se sienta a mi lado.

— ¿Y…?

— ¿Y… que?

— ¿Ya son novios?

Me atragantó con mi saliva.

— Claro que no.

— Que lastima me gusta Sidney para vos.

A mí también Madre, a mi tambien.

— Podés retirarte Mamá, estoy un poco cansado.

— Claro cariño, que duermas bien.

Me besa la frente y sale de mi cuarto.

Suspiró.

Me recuerdo boca arriba y repaso el casi beso de hace rato con Sidney.

Mierda Mamá porque tuviste que interrumpir.

Estuve tan cerca de probar sus labios otra vez.