Ganadora De La Apuesta #2

Tres

SIDNEY STEVEN.
 

 


No sé si llamar a Adam o no.

 

Talvez sea demasiado pronto.

 

Pero solo tengo dos meses para terminar la apuesta y cuánto más antes mejor.

 

Miro la pantalla del celular que ahora se encuentra el número de Adam.

 

Sin pensarlo mucho decido llamarlo.

 

Un tono…

 

Dos tonos y contesta.

 

— Hola.

 

— Hola.

 

Guardo silencio unos segundos hasta que tomo el valor de hablar.

 

¿Que mierda me pasa? yo no soy así.

 

— Te estaba llamando para saber cuando podemos quedar.

 

— ¿Quedar?

 

— La cita. —Le recuerdo.

 

No puede ser que se haya olvidado.

 

— Ah, si claro.

 

— ¿Entonces?

 

— Hoy después de clases en el Starbucks que está a la vuelta.

 

Sin poder evitarlo sonrio.

 

— De acuerdo te veo haya.

 

— Chau.

 

— Chau. —Cuelgo.

 

Ya estamos avanzando y pronto ese dinero será mío.


















 

(…)
 



















 

Ya terminó la escuela y ahora estoy llendo hacia el Starbucks, pero no llego al ver a unos chicos golpeando a Adam.

 

— ¡Hey! —Grito para que lo dejen.

 

No se giran a verme solo salen corriendo.

 

Me acerco a él y me agachó para estar a su altura.

 

— ¿Estás bien?

 

No claro que no.

 

Tiene el labio y la ceja partido.

 

Lo ayudo a levantarse.

 

En vez de ir al Starbucks como habíamos quedado lo llevo para mi casa.

 

La cual a esta hora no debe haber nadie.


















 

(…)
 



















 

Lo ayudo a sentarse en el sillón.

 

No lo lleve a su casa por qué conozco a su Mamá y se volvería loca si ve a Adam en este estado.

 

— Ahora vengo.

 

Me levanto y voy hacia el baño para agarrar el botiquín.

 

Una vez que lo encuentro vuelvo con Adam.

 

Me siento a su lado.

 

— Gracias.

 

Alzo una ceja.

 

— ¿Por qué?

 

— Por no dejarme ahí tirado.

 

Cómo puede creer que haría algo así.

 

— Jamás te dejaría.

 

— Ya lo hiciste una vez.

 

Me quedo helada sin saber que decir.

 

Saco el algodón con el alcohol y empiezo a limpiar su herida.

 

Al principio se queja pero luego se acostumbra.

 

Todos en algun momento tenemos que acostumbrarnos a algo.

 

— ¿Cómo te sentís?

 

— Como la mierda. Ya tendría que irme.

 

Trata de levantarse pero no lo dejo.

 

— Tenemos que hablar.

 

— Si es por eso que dije de que ya lo habías hecho, olvídalo, no me des importancia como siempre.

 

Se levantó y se fue sin mas.

 

¿Que fue todo eso?

 

¿Que fue lo que hice para que me trate así?

 

Es como si me tuviera rencor por algo, pero no sé el que.




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