¿ganar o besar?

Capítulo 1





Podríamos decir que ese fue el principio de todo pero no. Tardamos mucho en volver a vernos, sería mejor describirlo como el prefacio de nuestra historia. 

Esa primera vez que nos vimos fue un poco brusca, Lucas y yo nos la pasamos discutiendo. Bueno, algunos dicen que eso ya fue tontear. Ninguno de los dos estuvimos de acuerdo ni lo estaremos. Todos nuestros amigos en común todavía se ríen de ello.

La segunda vez fue un poco más fácil. Había pasado un tiempo desde la última vez que nos habíamos visto y no recordábamos tanto las conversaciones pasadas. Puede decirse que esos momentos fueron nuestro verdadero inicio. 

No sabría decir lo que más me gustó de él. Si lo primero que me llamó la atención fueron esos ojos verdes que casi hablaban por él o la sonrisa que tenía cuando hablaba de lo que le gustaba. También estaba la facilidad con la que podía hacerme sonrojar o ponerme a reír a carcajadas. Todas estas cosas las descubrí en esa segunda vez. Me di la oportunidad de apreciarlas.

Todo eso llevó a un quince de junio, mi cumpleaños. Lucas me hizo prometer que le reservaría ese día y, para el disgusto de mis amigas, lo hice. Fue lo mejor que he hecho en años. 

Me llevó al río donde hicimos un picnic. Trajo la comida que me gustaba y mientras veíamos el atardecer...

Los dos estábamos sentados a la sombra del árbolLucas estaba apoyado en él mientras que me había colocado entre sus piernas, apoyaden su pecho. Con una mano jugaba con las suyas mientras que con la otra sujetaba la bebida. 

Aunque estábamos cerca todavía no habíamos definido nada. Digamos que éramos amigos que de vez en cuando se besaban, pero muy de vez en cuando.

- Leo lleva mucho tiempo intentando que haga una cosa. - Leo era su primo, el dueño del local donde nos conocimos.

- Hmm - sabía que estaba pensando en voz alta. Me había acostumbrado a ello en las últimas veces que nos habíamos visto. 

Según me había dicho había momentos en los que su cabeza estaba muy desordenada, algunos de ellos los solucionaba bailando pero en los ratos en los que estábamos juntos le había dicho que podía hablar conmigo o, por lo menos, pensar en voz alta. Se lo había tomado al pie de la letra y eso me gustaba mucho.

- Asi que dime, ¿lo hago o no?

Eso me hizo reír. Muy clásico de él en dar todos los datos.

- Depende, ¿qué quieres hacer?

Parecía nervioso, sus manos habían empezado a jugar con las mías y podía sentir su corazón en mi espalda, latiendo más rápido de lo normal.

Esos días yo había hablado mucho con Estela de Lucas. Llevábamos tanto tiempo en ese plan de quedar, besarnos y ya que había abandonado toda idea de tener algo más pero me gustaba demasiado como para separarme, había decidido que me quedaría todo lo que pudiera. Por eso lo siguiente que pasó me sorprendió.

Pasé de estar de espaldas a ver su cara delante de mí, en un momento me había cogido y me había dado la vuelta. Me encontré con mis manos apoyadas en el pecho y nuestras caras a centímetros de distancia. 

- He estado pensando...

- Uy, eso es peligroso - Me besó sin dejarme acabar la frase. 

Podía quedarme en años en sus besos. Podía notar como sus manos rodeaban mi cintura y me apretaban contra él. Mis manos se enredaron en su pelo y respondí a su beso. Durante unos minutos no importó nada más hasta que tuvimos que respirar. Sus labios rozaban los míos y pude sentirlos cuando volvió a hablar.

- Sé mi novia.

¿Cómo? 

- Repítelo. - Hablé en apenas un susurro con una sonrisa en mi cara.

No me lo podía creer.

- Llevo muchos días pensando en esto, lo he hablado con Leo tanto que está harto de mí - ante esto nos reímos los dos. - Te quiero y necesito a mi lado así que sal conmigo, por favor. 

Me quedé mirándolo a los ojos durante unos segundos, conteniendo una sonrisa antes de abrazarlo. 

- Has tardado mucho - ante mi respuesta se rió y enarcó las cejas. -Sí, sí, sí.

Eso lo hizo volver a reír y besarme.

Recordaba ese momento como si fuera ayer y realmente había pasado ya casi un año, durante estos meses había sido la persona más feliz del mundo a su lado. Habían habido algunos problemas, ahora ya no tan importantes, que en su momento no cayeron muy bien pero los habíamos superado. Podríamos decir que ahora estábamos en nuestro mejor momento.

- Mamáaaaa, ya tengo la maleta hecha. 

Pero íbamos a pasar un tiempo sin vernos. Este verano mis padres habían decidido que teníamos que pasar el verano con la familia en el pueblo. Realmente, la idea era buena si no fuera porque el pueblo estaba a más de cuatro horas de casa y eso implicaba pasar los dos meses de verano en él.

Había intentado convencerla de que podía quedarme en casa e ir y venir por mi cuenta cuando hiciera falta. Ya tenía 21 y podía cuidarme sola pero no, no había colado, quería que pasara tiempo con mi familia. Aunque implicara pasarme todo el verano en un pueblo de menos de cien personas con solo un bar como entretenimiento.

- No hace falta que grites, Reyna. Estoy detrás de ti. 

Ups. 

Me giré a mirarla. Sí, estaba detrás.

- He quedado con Lucas, tengo que irme. - Le dije mientras corría a coger la chaqueta. Pude escuchar cómo suspiró desde la habitación de al lado.

Esta era mi última oportunidad de quedar con él, mientras que yo me iba al pueblo él tenía que trabajar con la compañía de baile. Durante el año trabajaba en las oficinas de la empresa familiar y los fines de semana y el verano aprovechaba para salir a bailar. Ganaba un poco de dinero y se divertía. 



#6713 en Novela romántica
#820 en Joven Adulto

En el texto hay: verano, baile, amor

Editado: 16.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.