¿ganar o besar?

Capítulo 9




Me asomé a la puerta del patio, observando solo por unos momentos. Ya no estaba hablando por teléfono, ahora estaba sentado con el ordenador. Me daba la espalda y solo le podía ver los hombros y el pelo.

Antes de dirigirme hacia él miré el sitio en el que estaba. Tenía una piscina en un lado del patio mientras que el otro estaba ocupado por una mesa junto a unos sillas, dónde él estaba sentado. Al lado de la piscina había una hamaca y un poco más lejos una barbacoa. Era el sitio perfecto para tomar el sol y relajarse por el día mientras que por la noche montar una buena cena

Me acerqué despacio, poco a poco, intentando no hacer ruido. Volvió a sonar un ruido desde la calle y paré, tensa, no quería arruinar la sorpresa pero Lucas ni se inmutó, seguía a lo suyo. Al acercarme me pude relajar un poco, llevaba los auriculares. 

Los últimos metros los recorrí con tranquilidad hasta que me situé detrás de él. Estaba viendo unos documentos, suponía de la empresa. 

Decidí no esperar más y me lancé hacia él. Le rodeé el cuello con los brazos y apoyé mi pecho en la silla mientras dejaba caer la cabeza en su hombro. Por un momento creí que lo mataba. Saltó de una forma increíble, casi acabamos los dos en el suelo. Los auriculares no tuvieron tanta suerte. No lo había visto moverse con tanta urgencia nunca. 

- Tienes que dejar de hacer eso... - Cuando puso los ojos en mi calló de golpe. 

Sus ojos se abrieron todo lo que podía y todas sus emociones se reflejaban en ellos: sorpresa, incredulidad y, por último, felicidad. 

Tardó un poco en creérselo y darse cuenta de que era real, estaba allí, pero una vez llegó a la conclusión no tardó en moverse. Se tiró a abrazarme y a levantarme, dándome vueltas, sin acordarse de la silla que había en medio. Nos tropezamos los dos y caímos al suelo. 

A ninguno de los dos nos importó.

- Voy a matar a alguien. - Podía sentir su respiración en mi pelo y como escondía su cabeza en mi cuello. Se quedó ahí durante unos minutos mientras respiraba y dejaba besos en mi piel, intentando calmar su corazón que latía desbocado. 

Mientras se tranquilizaba me dediqué a pasar las manos por su espalda y pelo y a mirar el patio para calmarme yo también. 

- ¿Cómo has conseguido esto? ¿Te han traído?- Su voz salió en un susurro, entrecortada.

Seguía sin saber dónde estaba. Se pensaba que alguien me había llevado. 

Eso me hizo reírme.

- Sería mejor preguntar que haces tú aquí, ¿porque no me has avisado?

Levantó un poco la cara para mirarme, desconcertado. 

- ¿Avisado?

- ¿Sabes dónde estás?

Negó un poco con la cabeza.

- Me dormí antes de llegar. No sé dónde estamos. 

Me reí con ganas mientras se le ponían rojas las mejillas.

- Anda, calla y responde. - No me dejó ni intentarlo.

En ese momento giró hacia un lado y me llevó con él, quedándome encima, con las dos piernas alrededor de su cintura. Apoyé las manos en su pecho mientras Lucas llevaba las suyas a mi mejilla para acercarme a él. Juntó nuestros labios en un beso, el primero en dos meses, desde que nos separamos al principio de verano.

Empezó lento y con delicadeza, como buscando acostumbrarse otra vez el uno al otro. La pasión fue en aumento, sus manos cogieron mis muslos y apretaron mientras me acercaba más a él. Aguantamos hasta que no tuve mas remedio que separarme un momento a respirar pero a Lucas no le importó. Siguió besando mi cuello mientras que enredaba sus dedos en su pelo. Dejé salir un suspiro mientras me recuperaba y lo separaba un poco de mí mientras que él intentaba seguirme.

Al mirarlo a los ojos no había ni rastro de verde, la pupila ocupaba todo el ojo y su respiración salía forzada.

- Aquí no.

Le costó orientarse y recordar donde estábamos. Poco a poco, mientras seguía pasando las manos por su pelo, sus ojos recuperaron un poco de su color original, sin llegar a su estado anterior.

- Tienes razón. - Dejó caer la cabeza con fuerza en el césped.  - Entretenme un poco, porfa.

Intentaba centrarse un poco.

- Estamos en mi pueblo. - No había casi distancia entre nosotros y mientras hablaba me recolocó, intentando liberar un poco de la presión de sus pantalones. - Parece que Julia nos la ha liado a todos. 

Mientras hablaba había  cerrado los ojos. Los abrió para poner su brazo detrás de su cabeza, como si de una almohada se tratara.

- ¿Ni Leo lo sabía? - Apoyó su otra mano en mi espalda por debajo de la camiseta. 

- No sé, la verdad. No parecía sorprendido de verme esta mañana pero no creo que supiera el plan de Julia. - Me reí, recordando dónde lo había dejado. - Creo que me va a matar cuando me vea.

Enarcó las cejas. 

- ¿Qué has hecho? - Una de las comisuras de su boca se levantó ligeramente, esbozando una ligera sonrisa.

- Yo nada. Mi abuela se lo ha llevado a un sitio, ¿cuál? Tengo mis dudas. 

Noté las vibraciones de su pecho al reírse mientras me apoyaba un poco en él y cerraba los ojos. 

- Eso me gustaría verlo. - Volví a mirarlo. - Tú abuela o mi primo. ¿Quién saldrá vivo?

Negué con la cabeza mientras me levantaba y le ofrecí la mano. 

- Vamos va. A ver si han acabado de descargar y os presento a la gente de aquí. Así descubrimos que ha pasado.



 

Al salir nos encontramos con Julia y los dos chicos descargando. 

- ¿Dónde están todos los demás? - le pregunté en voz baja a Lucas.

- Hemos llegado nosotros antes con las cosas, llegarán a lo largo del día. - Se acercó a Julia y le cogió unas cajas de las manos antes de meterlas dentro. 

Julia se acercó a mí. 

- ¿Qué tal el reencuentro? - Noté como mis mejillas se calentaban, me estaba poniendo roja. Su mirada se dirigió hacia ellas y se rió ligeramente.- Veo que muy bien. 



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En el texto hay: verano, baile, amor

Editado: 21.09.2024

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