Baekhyun
La vi caminar con el celular en sus manos mirando a todos lados, probablemente buscándome, se veía preciosa y feliz, casi como siempre, no quise levantar mi mano para que me encontrara ya que entre más tiempo la miraba más me convencía de lo perdidamente enamorado que estaba de Chanyeol.
Después de un par minutos Taeyeon me ubicó, sus ojos se abrieron como platos y una enorme sonrisa adornó su rostro, corrió hacia mí envolviendo mi cuerpo entre sus brazos, respiré su perfume de marca y sólo pude recargar mi quijada en su hombro, ni siquiera logré abrazarla de vuelta.
—Te extrañé demasiado, amor —susurró en mi oído, sentí que el corazón se me partía en dos, estaba a poco de lastimarla.
—Yo... —pensé en las cosas que habían pasado con Chan desde que ella se fue y caí en la cuenta de que realmente no la había extrañado, ni siquiera la había echado de menos, era como si en mi mundo perfecto existiéramos solo Chanyeol y yo, ni siquiera la ausencia de mi madre me afectaba estando con él—. También lo hice.
Al soltarme plantó un beso en mis labios, beso que apenas tardó un segundo porque la aparté por reflejo, la observé como si hubiera cometido un delito porque mis labios solo eran para Park, confundida me miró y recordé que en el mundo de ella yo seguía siendo su novio.
—¿Estás bien? —preguntó.
—Lo estoy, ¿quieres quedarte o mejor vamos a mi casa y me cuentas que tal te fue? —le brindé una sonrisa forzada.
—Lo segundo me gusta más —asentí y la tomé de la mano, iríamos a mi casa y entonces supongo que le diría “eso”.
—Y después de horas, por fin papá consiguió una habitación —ella hablaba y hablaba y hablaba, realmente no le había puesto atención en nada, estábamos en el sillón, la miraba mover los labios pero no la escuchaba, sólo podía pensar en qué manera sería la apropiada para decirle, me estaba preparando mentalmente para hablar.
—Tae, tengo que decirte algo —la interrumpí después de armarme del valor necesario. Su rostro expresaba intriga.
—Oh, entonces dime.
¿Qué le diría? Más bien... ¿Cómo le diría?
—Creo que necesitamos terminar —“Estúpido”. Abrió mucho los ojos y antes de que fuera hablar la interrumpí—. Y si te preguntas si hay alguien más... sí lo hay.
Silencio durante unos minutos que parecieron horas.
—¿Fue mientras yo estaba lejos? —sus ojos comenzaron a aguarse y mierda, odiaba verla llorar. Pensé, lo mío con Chanyeol comenzó mucho antes de conocerla a ella.
—Fue antes de conocerte —murmuré con voz baja. Más puto silencio.
—¿Cómo se llama? ¿La conozco? —Tae comenzaba a llorar mientras soltaba la pregunta que menos quería responder, era el momento.
—Chan —Chanyeol —no quise verla, no quise mirar su expresión, no quería más que salir corriendo a la casa de mi novio, que me abrazara y me besara, sólo lo necesitaba a él.
—Es broma, ¿cierto?
—No —murmuré mirando mis pies.
—¿Te gusta Chanyeol?
El tono de su voz fue demasiado para mí, lo decía con incredulidad y sorpresa.
—Es que... No sólo me gusta, es mi n-novio —“Channie no puedo con esto” pensé.
—¿Eres un puto gay?
—¡No! —y entonces quise no haber cometido el error de ver sus ojos porque su mirada no emanaba más que asco y odio. Pareció ignorar mi respuesta porque comenzó hablar.
—¿Tienes idea de lo asqueroso que es eso? —comencé a llorar, mierda, no—. ¿Sabes lo anormal que es? Baekhyun, que asco.
“Tu amas a Chanyeol, eso es lo importante”
—No, Tae... nos amamos... lo amo —hablé con mi voz temblorosa. Hizo mueca de desagrado que me dolió más de lo que debía.
—¡Por Dios! ¡Escúchate! ¿No te das asco? —en ese momento comenzaba a sentirme como la mierda y sí, tal vez ya me estaba dando asco—. Baekhyun, ustedes son hombres, eso es antinatural, ¿entiendes? —tomó mi cara entre sus manos limpiando las lágrimas de mis mejillas.
—Pero lo amo, Tae; lo amo demasiado —lloré aún más fuerte.
—No, mi amor, sólo estás confundido, quédate conmigo, eso es lo correcto, será todo como antes —besó mis labios.
“Sólo Channie debe besarme así”
—Tae... no puedo.
—Verás que sí, recuerda que quien está mal eres tú, no los demás.
Sus palabras terminaron de destrozarme, probablemente ella tenía razón.
—Termina con él, Baek.
“No”
—Pero...
—Es asqueroso lo que hace.
“No lo es... ¿O sí?”