—Maldito sol— maldigo en cuanto salgo de casa.
Mi vestido hasta las rodillas es de gran ayuda para el clima, pero pésima para mí casa. Mamá se muere al verme en vestido.
Aún con este calor infernal, el día es hermoso.
Camino hasta llegar a mi cafetería favorita, tomo mi café como de costumbre y tomo asiento en una mesa al fondo.
Disfrutando de mi bebida y de mi paz, un mensaje de mi novio ilumina mi pantalla.
>>Planes para hoy?<<
>>Cena con Maldonado<<
Apago mi teléfono y resoplo. Cómo odio cenar con los amigos de papá.
Todo es tan aburrido que desearía no tener que hacerlo. Las pláticas de como consiguió mantener sus dos empresas me causa dolor de cabeza.
El dice que es necesario que asista porque así aparentamos. Las apariencias son muy importantes en mi hogar, me molesta mucho, pero que puedo hacer.
Mi café se termina y yo me levanto después de pagar. Necesito llegar a casa o mamá se pondrá como loca si no estoy lista para recibir a Maldonado.
Llegó en tiempo record y en cuanto entro a mi casa subo las escaleras a máxima velocidad. En el camino choco con un cuerpo duro, Chris, mi hermano.
—Con más cuidado, pulgosa.
Con diversión le muestro la lengua y sigo mi camino hasta llegar a mi habitación, donde por su puesto ya está mi mamá con la cara más larga de la historia.
—¿Dónde estabas? —Zanja sin saludarme — ya casi es la cena y tú… ¡¿Qué traes puesto?!
Ups
—Solo fui por un café en un vestido hasta las rodillas, mamá— respondo sin importancia
— Ya te dije que los vestidos solo son para zorras, Sofía Gustamante— una palmada en mi hombro fue lo que recibí antes de quedarme sola.
Solo rodee los ojos y comencé a cambiarme de ropa. Mis pantalones y mi blusa de vestir son lindos, pero no es mi estilo.
Al escuchar los gritos de mamá me apresure a bajar, aunque antes de poder llegar a la planta baja escuche una discusión de mis padres.
—¡Estás loca!— gritó mi padre
—¡Es lo mejor, Arturo!
Sin importarme baje, ya estoy acostumbrada a sus peleas. En cuanto me ven guardan silencio.
~🌿~
La cena es tranquila, Maldonado es relajado, aunque me da la impresión de que todo el tiempo esta mirándome.
Después de un rato decido irme a mi habitación, no quiero seguir escuchando sus pláticas del trabajo y de cuánto le gustaría que mi hermano y yo tomemos su lugar algún día.
Ya en la cama tomo mi pijama y comienzo a dormitar.
Entre sueños el ruido de mi puerta es abierta y cerrada con delicadeza. Sin darle mucha importancia sigo durmiendo. Un cuerpo se cuela dentro mis cobijas y se acerca a mi hasta que una mano se cuela por mi sostén, con impresión salgo de mi cama a velocidad récord.
Con la vista aún borrosa, distingo a Maldonado acostado y sonriéndome.
—Hola bonita— saluda. Su voz ronca me estremece—. ¿Por qué tan callada?—Mi cuerpo tiembla y trato de gritar, pero él se levanta rápido y me detiene tapando mi boca.— Callada linda.
Sin saber que hacer forcejeo un poco, no intento gritar de nuevo, me tiene tan agarrada que me paraliza por completo.
De un jalón me regresa a la cama solo para seguir tocando mi cuerpo. Sus manos recorren mis pechos y mis nalgas.
Quiero vomitar, quiero llorar.
—¿Quieres saber porque hago esto?— su voz se tiñe con lujuria y sus manos con desesperación — por qué tu mami me lo pidió
Mi corazón falla, mi respiración de vuelve frenética, y los temblores en mi cuerpo son presentes. Sabía que era tan despreciable, pero no tanto.
Ahogo un grito cuando su mano se cuela por debajo de mis bragas.
Juro que ahora sí forcejeo más fuerte, necesito quitar sus manos de mi intimidad.
Con una fuerza que no se de donde viene, lo empujó logrando que se estrelle con la mesa de vidrio.
Minutos después Chris entra a mi habitación luciendo agitado por la carrera de llegar.
—Sofia— me llama pero sigo sin responder— Hey.
Miro a Maldonado que sigue retorciéndose de dolor, su brazo bañado de sangre está sobre el vidrio más grande. La culpa comienza a aparecer y mis ojos derraman más lágrimas.
—Chris— mi voz sale en un murmullo y mis manos tiemblan cuando lo tomo de la camisa— el me tocó.
Sus ojos cambian a furia pura, sus brazos atrapan mi cuerpo y su respiración se acelera.
—¡Papá! —grita lo más fuerte y crudo que puede—¡Padre!
Maldonado al escuchar esto se levanta como puede y se acerca a la entrada, pero para su mala suerte mi padre llega al mismo tiempo.
Nos mira a los tres expectante. Sus ojos se dirigen a mis mejillas mojadas por las lágrimas. Después las desvía al brazo de Maldonado.
— Fernando, tu hija me agredió— se excusa mientras mi temor ahora se convierte en furia.
Antes de poder gritar lo que me hizo, mi papá me calla.
—¿Qué le hiciste a mi hija?— pregunta con una calma falsa. Maldonado no responde, solo se lleva una mano al pecho—¡Respóndeme carajo!
Todavía nada, solo finge lastima.
Los pasos de mamá se acercan cada vez más. Una ola de desesperación me alcanza. Maldonado dijo que mi mamá sabía, que ella se lo pidió.
—¿Qué pasa?— Dice sin siquiera verme—¡Por dios, Maldonado!— rápido va a auxiliarlo. Papá solo resopla tomándola del brazo para alejarla de él—¿Qué te pasa…?
—¿Sofía, qué te hizo?— con un ligero temblor en mi voz logró hablar.
—Me tocó…
Todo comienza a ser demasiado rápido desde aquí. Papá saca a rastras a su amigo de la casa; mamá grita que lo suelte y yo solo lloro en los brazos de mi hermano.
Maldonado fue prácticamente aventado sobre el pasto del jardín. Mi mamá corre hacia él para auxiliarlo y mi papá observa la escena desde lejos, sabe que algo pasa y mi mamá es incapaz de disimularlo.
—¡Ella me provocó, Arturo! — De una patada lo devuelve al piso— ¿No ves como me agredió?
—¡Deja de mentir! ¡Tu me tocaste y mi madre lo sabía!— mi voz duele, mi garganta me quema. Ahogo un grito cuando mi padre le propina una sonora bofetada a mi ma… a Beatriz.
#2268 en Fantasía
#414 en Magia
#mundoparalelo, #fantasiaoscura, #magia #brujas #romamce #sexo
Editado: 08.08.2025