Gema Esmeralda

8

La cena estuvo muy tranquila, algo inusual tomando en cuenta lo que pase. Nadie quiere mencionar el tema y en el fondo lo agradezco, no fue nada bonito.

Me pesa mucho el cuerpo, así que, me mandaron a dormir. No puse mucha resistencia, lo cierto es que si lo necesito.

Doy vueltas sobre la cama, pese al cansancio mis ojos no logran sumergirse en el mar del sueño. Me siento incomoda y mi cuerpo con los nervios de punta.

—Carajo— murmuró contra mi almohada. Con algo de lentitud me incorporo sobre el colchón—. Por lo visto hoy tampoco dormiré.

Tomó la decisión de tomar una ducha más profunda; tomo mis cosas y me dirijo al baño en completo silencio. Extraño mi cuarto de Inglaterra, allá si tenía uno propio.

Al llegar aseguro las puertas, arrojo mi ropa a una silla y comienzo a desvestirme ignorando mi reflejo.

La curiosidad gana y termino desnuda frente al espejo. Mis ojos verdes perdieron la luz, mis pómulos se marcan más, y como si fuera posible, mis costillas parecen que romperán mi piel.

Varios moretones adornan mi rostro y mi cuerpo. Al torcer un poco mi cuerpo para ver mi espalda, logró ver dos marcas azules cerca de mis omoplatos.

Con algo de miedo acerco mi huesuda mano a la parte azul. No es un azul normal, es como su fuera la galaxia misma.

Mis ojos se abren tanto que siento que se saldrán de sus órbitas.

—¿Qué es esto?— pregunto para mí misma. Con rapidez tomo mi ropa y comienzo a vestirme, dejando la blusa de lado para dejar mi espalda descubierta—¡Papá!

A los pocos minutos llega corriendo al baño, sin preguntar abre la puerta y yo salto.

—¿Qué pasó?— pregunta mientras acuna mi rostro entre sus manos.

—Tengo...¿Qué es esto?— me doy la espalda y escucho un suspiro tan pensado que mi piel se eriza— ¿Es muy malo?— . No responde—¿Papá?

Sale corriendo del baño, yo me quedo parada en mi lugar. Los nervios tocan cada lugar de mi cuerpo y yo siento que voy a desfallecer.

Las manchas me están asustando demasiado, son tan extrañas que parecen irreales, pero claro, este es un mundo magicooo.

Ya me volví loca.

¿Será un sueño?

Tiene que serlo, si, eso es. Un sueño.

Poco después entra papá con Erina. Ella luce pálida y sus manos tiemblan cuando me da la vuelta.

Al voltear puedo verla con sus manos cubriendo su boca.

—¿Qué te hizo Osvaldo?—pregunta pero yo la veo incrédula—. Hablo de algo extraño.¿Te unto algo en la espalda? ¿Te inyectó algo?

Lo cierto es que no. No me hacía más que tocarme, pero no puedo decirles eso, solo aprieto los labios.

—¡Responde carajo!— una lágrima traicionera rueda por mi mejilla cuando escucho el grito de mi papá.

—Solo me tocaba.

Un silencio tenso se formo en el baño. Erina solo se queda pensativa y a mí papá parece que los nudillos se le saldrán de tanta fuerza.

—¿Cuando el te tocaba sentías que te ardía?

Lo medito por unos segundos, lo cierto es que si me dolia, pero yo lo relacionaba con mi ansiedad.

—¿Qué es lo que tengo?— pregunto en lugar de dar una respuesta.

—Tu escencia quiere salir antes de tiempo—la miro incrédula.

¿Qué es una escencia?

—¿Cómo es eso posible, Erina?— mi papá luce más estresado que antes—. No está conectada a nadie.

—Solo puedes conectarte con alguien de tu familia— responde ella. Lo mira fijamente.

—Es imposible ¡Es imposible!

El se toma del cabello en una forma tan desesperada y tan impropia de el. Las reacciones que están teniendo me causan más temor que las manchas mismas.

—¿Qué es una escencia?— murmuro.

Dos dos suspiran pesado, sus ojos perdidos se conectan con los míos.

—Es lo que conoces como tú alma. Cuando una persona o ser está al borde la muerte, es muy facil que alguien rompa la malla espiritual— Elina toma algo de su bolsillo y me lo extiende—. Te ayudará a cerrar tu barrera.

Con delicadeza tomo el pequeño bulto. Cómo si de un regalo se tratase lo desenvuelvo y descubro un pequeño amuleto. Un collar con una piedra lila.

Cuando mi papá me lo coloca comienza a brillar con demasiada intensidad.

Mis ojos buscan explicaciones, pero los dos me miran con una mirada perdida.

—Ojala y esto te ayude...

Los siguientes minutos son desesperantes, una ola de humo azul y violeta me envuelve. Muchas voces atacan mis pensamientos y mucho frio cala mis huesos.

Todas las voces son distorsionadas, solo una es muy clara.

Arturo ven por mi... Cass no puede más.

No sé que significa, pero es una voz femenina. Llama a mi papá, pero no sé quién es, no reconozco la voz.

Cuando el frío se convierte en calor, y todo el humo se va, decido que es momento de salir del baño.

A la velocidad que mi debilidad me permite llego al cuarto de mi padre. Al entrar el me ve preocupado.

—¿Quién es Cass?

~🌿~

No debí preguntar eso.

La mansión es un caos. Mi papá no deja de balbucear y gritarse con Erina; mi hermano solo me mira con preocupación y me abraza cada dos segundos.

No comprendo que quiso decir con "es como tú alma" ¿Significa que seré un fantasma azul?

Edwin se encerró en su habitación negado a hablar con alguien. Nadie sabe que tiene, pero ahora están más enfocados en la persona llamada "Cass" y en la galaxia que tengo en la espalda.

Desde que el humo y las voces aparecieron no he revisado mi espalda, no sé si ya se desaparecieron o siguen ahí.

Quiero ver.

Aprovechando que todos están estresados y reunidos en el comedor, yo me deslizó hasta el baño. Cuando llegó cierro la puerta con cuidado de no hacer ruido, colocó el seguro y comienzo a quitarme la camisa.

Cómo antes tuerzo mi cuerpo para ver mi espalda, y para mí gran o nada sorpresa las manchas siguen ahí. Son más pequeñas que antes, perdieron intensidad pero siguen ahí.

Doy un pequeño salto en mi lugar y siento que mi cuerpo se tensa al escuchar ruidos fuera de la ventana. Tomó mi camisa y me la pongo de nuevo.




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