Gemidos Nocturnos

Capítulo 2

♥- Laura Dumont -♥

Estaba tan molesta por la petición de mi maldita tía, que mi apetito habia desapareció, esperaba que mis padres ni siquiera consideraran su petición. Lo último que quería en este momento era que esa discapacitada regresara a casa.

Mi dolor de cabeza se trasformó en una fuerte migraña que no desaparecía con tazas de té o medicamentos, como odio las malas noticias.

— ¿Que sucede, hermanita? — lo que falta — Nadie te dijo que arrugar asi la frente solo hará que te salgan arrugas.

— Anthony, por favor — sujeté mi tabique — No estoy de humor para tener que soportarte.

— Al parecer alguien no compro suficientes bolsos esta mañana — que idiota, me gustaría también deshacerme de él — ¿Acaso papito te regaño?

— No, escuche una conversación de nuestro padre — mencione con desdén — No me hizo gracia para nada lo que escuche.

— Si no pasaras todo el dia pegada a la puerta del despacho de nuestro padre, te ahorrarías muchos disgustos — tomo asiento en el sillón individual — ¿Ahora que sucedió?

— Se atrevió a invitar a la tía, Caroline a la fiesta de la familia — solté por fin — Lo unico que me faltaba para terminar el año, tener a esa mujer cerca.

— ¿Fiesta de la familia? — dijo burlándose — No sabía que la fiesta por mi cumpleaños se convertiría en una fiesta familiar.

— Ay, Anthony — me levanté molesta — Eres el único que piensa que la fiesta es para ti, sabes muy bien que es una maldita fiesta para mantener las apariencias, nuestro padre lo necesita para demostrar que somos una familia unida y feliz.

— Utilizar la palabra “familia” se escucha tan raro viniendo de ti, me sorprende que no hubieras tenido un derrame mientras salia de tu boca — termine por arrojarle un almohadón — ¿¡Porque estas molesta conmigo!?

— ¡Estás tan relajado como si nada de esto te importará! — levante la voz perdiendo la poca paciencia — Tenemos que ayudar a nuestro padre, pero te la pasas en tu maldito mundo, dejándome todo a mi — él pareció no importarle solo comenzó a reír — Te aprovechas de todo solo porque soy la mayor.

— No eres la mayor, Laura — di dos pasos hacia atrás cuando escuche eso — Eres la segunda hija, Luc….

— ¡No digas ese nombre! — lo silencie de inmediato — No vuelvas a repetir ese nombre en esta casa, yo soy la hija mayor.

— No, no eres la mayor, Laura — volvió a negar — Te comportas como si lo fueras, pero no es asi.

— Cállate — lleve mi mano a mi pecho — ¡AH! — él se cubrió los oídos — ¡PAPI!

Comencé a gritar para que mi padre viniera de inmediato, pero solo se escucharon unos tacones resonantes acercándose. Mi hermano solo descanso su frente en su mano esperando el regaño de nuestra madre.

— ¡Que esta sucediendo! — me cruce de brazos — ¡¿Se puede saber por qué están gritándose?!

— Anthony esta molestándome — lo acuse sin sentir miedo por tenerlo delante de mi — ¡No pienso tolerar que se me falte al respeto!

— La única que se falta al respeto eres tu, Laura — se levantó para llevar sus manos a sus bolsillos — No veo la hora de cumplir mi mayoría de edad para poder largarme de esta casa, asi mi hermana dejara de tener fuertes jaquecas por mi presencia.

Quería mandarlo al diablo, pero solo hizo una reverencia burlona ante mi madre para retirarse ignorándonos por completo.

— ¡Anthony! ¡Anthony te estoy hablando! — mi madre trato de detenerlo — Anth…. No sé lo que voy a hacer con ese muchacho.

— Si tan solo lo hubieras puesto límites de pequeño no seria un niño consentido y tan mimado — al terminar de decir eso mi madre se me quedo viendo — La única culpable de su actitud eres tu, madre.

— ¿Quien te crees para hablarme de esa forma, Laura? — se acercó a donde me encontraba — No puedes dirigirte a mi como si no fuera tu madre.

— No hay cámaras ni tampoco publico cerca para que finja que me caes bien — puse los ojos en blanco — Pero da igual acabas de arruinar mi dia.

Estaba a punto de subir a mi habitación cuando escuche la voz de mi madre detras de mi.

— A la única que debí ponerle límites eres tú — una sonrisa apareció en mi rostro — Muchas veces he pensado que no pari a una hija, sino a un monstruo.

Con una sonrisa volteé a verla acortando un poco nuestra distancia.

— Deberías estar agradecida por haber tenido a una hija tan perfecta como yo — musite segura de mis palabras — Además el único monstruo que había en esta casa se fue hace mucho tiempo.

— No puedes hablar de esa forma de t…

— ¡No comiences con lo mismo! — levante la voz — Y ahora que estamos hablando en serio necesito que le digas a la idiota de Caroline que no se atreva a poner un pie en la fiesta acompañada de esa cosa.

— Ten mas respeto con mi hermana — me sujeto de la muñeca esperando hacerme daño — No voy a permitir que te dirijas a ella de esa forma.

— Entonces comienza a hacer tu trabajo — respondí — Aun no entiendo por qué mi padre pidió que asistiera, pero estoy segura que la necesita para algo importante.

— Tienes el corazón tan negro como tu padre — me solté de su agarre.

— Y se oscurecerá aun mas cuando mi padre sea el nuevo presidente — mi madre solo comenzó a negar.

Sin más vueltas me dirigí a mi habitación para darme una ducha con algunas sales de baño, esperando que su agradable olor terminaran por quitarme este dolor de cabeza.

♥♥-...-♥♥

Como todas las mañanas tuve que salir a correr unos minutos para mantener mi esbelta figura, y disfrutar claro del paisaje que me brindaba el vecindario, uno de los mejores lugares para vivir en Franca. Me consto mucho convencer a mi padre de comprar una mansión pequeña en este lugar, con argumentos como; que este lugar le daría una imagen mucho mas destacada e imponente.

De regreso a casa logre ver a mi padre parado en el porche con un impresionante traje, solo basto una de sus mirada para avisarme que quería hablar conmigo.




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