#22: Meissa

¡Despierta, despierta! 

Una voz suave y familiar me repite en varias ocasiones hasta que soy capaz de abrir los ojos con pesades encontrándome dentro del mismo lugar sobre un charco de sangre que parece ser mía y una gran incógnita de conocer el tiempo exacto que había pasado desde la ultima vez que alguien había entrado en este maldito lugar, eran vagos mis recuerdos, así que no podía definir con precisión el tiempo que había estado inconsciente y mucho menos el tiempo que había pasado desde que me habían encerrado en este maldito lugar.

La fuerzas se habían ido por completo de mi cuerpo y a pesar de que aun podría mantener una conexión constante sobre la barrera que por mi poder sabia que estaba lo suficientemente lejos como para pasar desapercibida la poca energía que mi cuerpo a penas era capaz de emanar, no podía hacer  nada mas que concentrarme en mantener aquella protección sobre las personas que amaban y que tanto años me había costado aprender y mucho mas poder realizar.

Ahora que era capaz de recordar todos y cada uno de los momentos de mi vida, podía comprender la gravedad a lo que nos estábamos enfrentado pero sobre todo aquello que podríamos enfrentar en algún futuro próximo, sabia que esto solo era el comienzo del final conocía cada parte del plan desde que tenia uso de razón y era la razón por la que Miguel Arcángel se había encargado de entrenarme tal y como el Creador le había ordenado, me había preparado mucho antes de que la guerra comenzara pero en estos momentos sentía que todo eso se estaba yendo a la mierda y que muy pronto estaría dándole a aquel que había completado su preparación lo único que le llevaría a completar aquello que tanto había anhelado y que solo podría conseguir con mi poder.

—¿No tienes curiosidad por saber quien soy? —La persona adulta pregunta con dulzura antes de agacharse lo suficiente para estar a mi altura —Tus hermanos parecen estarlo, ¿Por qué tu no parece estar igual? —Me pregunta dándole un vistazo a mis hermanos, quienes pertenecen cerca de madre quien acaricia con cariño sus cabellos, antes de regresas su atencion a mi

—Por que no soy como ellos —Las palabras salen junto a las palabras que se repiten en mi cabeza —Y porque se que eres un Arcángel que me preparara para el futuro, ¿no es así? —La sorpresa en su rostro me hace entender que desconocía por completo el poder grande que vivía dentro de mi y la conexión poderosa que tenia no solo con este mundo sino con el celestial también.

—Ya veo a lo que el Señor se refería —Asiente con fascinación, estirando uno de sus brazos en mi dirección que me tomo el tiempo de tomar —Seamos buenos amigos —Me pide sonriéndome como jamás lo había hecho hasta ahora, asintiendo en afirmación.

Se que mi cuerpo esta mal cuando a penas soy capaz de mantenerme de pie.

—¡De nuevo! —Me grita Miguel antes de venir a mi encuentro esquivando sus rápidos movimientos lo mejor que puedo a pesar de estar agitada —¡Concéntrate! —Un golpe sobre mi costilla me hace retroceder un poco antes de dirigir una ole de energía que lo hace retroceder varios metros dándome el suficientemente tiempo para recuperar el aliento antes de ponerme de nuevo en posición —¡Terminemos por hoy! —Me grita cuando no es capaz de levantarse, dirigiéndome hacia el para poder darle una mano.

—Veo que te estas volviendo mas viejo —Me burlo un poco de el, recibiendo un golpecito de su parte antes de verlo sonreír de aquella manera en la que el solo lo hacia.

—Y yo veo que no hay nada de respeto para mi —Asiento con gracias antes de que me acerque a el pasando uno de sus brazos sobre mi cuello de forma cariñosa, atrayéndome a el antes de comenzar a caminar de regreso a casa —Deberías de recordar que sigo siendo tu mayor señorita —Consigue hacerme reír mucho antes de que lo empuje librándome de su intenso y cariñoso abrazo.

—No lo he olvidado —Soy sincera —No puedo recordar si cada vez que te veo te ves mucho mas viejo de lo que recordaba —Suelto antes de correr por mi vida con el cerca de mi, deteniéndome a orillas del bosque muy cerca del bosque —¿Crees que ya estoy preparada para enfrentarme con aquella personas? —Hago una pregunta que me ha estado rondando días e incluso semana, dando por terminado el divertido momento.

—Aun no —Las facciones de Miguel se trasforman en seriedad tal y como lo requería el asunto —No se mucho de la persona que esta detrás de todo esto pero para que el Creador me haya mandado a prepararte para lo que venga en el futuro estoy seguro de que esa persona es mucho mas fuerte de lo que podríamos imaginar —Sus palabras despierta algo nuevo en mi interior, algo aterrador que me hace temblar un poco a la idea —Se que no te gusta todo esto, es mas estoy seguro de que nunca pediste todo esto, pero se que harás todo lo posible por proteger todo aquello que se te dio a proteger, ¿no es así? —Asiento porque es la única forma que tengo para ser sincera respecto a todo lo que parecía conllevar este poder en mi interior —No te rindas, recuerda que eres la única que puede salvar la tierra o destruirla —Las mismas palabras que se me habían encomendado hace mucho vuelven a resonar en mis oídos y con ello un gran peso sobre mis hombros que no estaba segura si seria capaz de llevarlo a cabo.

Mi respiración se hace dificultosa con el paso del tiempo y con ello una pesadez sobre mis parpados que me hace imposible concentrarme en aquel obscuro lugar. Hay un par de ruidos fuera del lugar pero a penas soy capaz de mantenerme despierta, es lo único que puedo hacer.

—¡Una vez mas! —Miguel grita en mi dirección antes de recibir un chorro de agua por mi parte, el cual lo hace sonreír un poco al percatarse el alcance total en que mis poderes se habían incrementado y la facilidad con la que parecía hacerlo —¡Excelente! —Aplaude con orgullo antes de acortar nuestra distancia —¿Cómo es que has podido controlar todos los elementos en tan solo una semana? —Pregunta con sorpresa antes de que me acerque a uno de los arboles en donde saco un par de pergaminos sagrados que extiendo en su dirección y que parece sorprenderlo demasiado al ver de lo que se trata.