Epilogo.

Mucho antes de que la tierra fuera creada, muchos miles de años mucho antes de siquiera tomar esa decisión, los pocos espíritus celestiales que vivían dentro de la prexistencia donde el amor, la paz y la felicidad abundaban en todos y todos los lugares del lugar existían tres seres celestiales poderosos dignos de convertirse en Dioses futuros hijos de los primeros seres celestiales en habitar la prexistencia en donde corría sangre "pura y eterna", como muchos solían llamar a aquellos que provenían de esa genealogía.

Sus nombres eran Dallin, Elaine y Zeniff, los tres espíritus que conseguirían la exaltación misma que muchos anhelaban pero solo ellos podían conseguir, algo que era imposible ya que solo dos de ellos, hombre y mujer, podrían recibir esa exaltación cosa que ninguna de los tres estaba dispuesto a que pasara, no después de obtener esos lazos de amistad que eran mucho mas fuerte que la envidia y el poder que podrían obtener en el futuro.

Pero las personas cambian y el corazón es el primero en conseguir ese cambio. Zeniff lo sabia y mas porque era Elaine, la mujer que tomaría la exaltación del los cielos sin problema, era la única mujer que el amaba y la única por la que daría hasta la vida por conseguir la exaltación aunque tuviera que derrotar a quien alguna vez fue su mejor amigo.

La codicia de Elaine fue tan grande como el amor que Zeniff y Dallin sentían por ella que no dudo en susurrar en los oídos de ambos hasta ponerlos en contra, uno del otro, destruyendo la amistad mas pura que alguna vez alguien había podido llegar a experimentar hasta que ambos se enfrentarlo por el poder o mas como ellos lo veían, por el amor que ellos deseaban conseguir.

Un amor que no solo había sido su perdición para uno, pues a causa de ello fue enviado a la tierra una vez en cuando ella fue creada, sino el otro, quien a pesar de que no solo había conseguido todo el poder y a la chica que el amaba, tiempo después se había dado cuenta que en vez de haber ganado todo, lo había perdido todo solo a causa de ella.

A quien solo le importaba el poder, aquel que el tenia.

Y no tenia miedo de absolutamente nadie.

Y estaba dispuesta a terminar con todo aquel que se atreviera a interponerse en su camino hacia el poder.

No le importaba siquiera destruir a toda la humanidad, ni hacer desaparecer al mundo entero, estaba dispuesta a sacrificar a toda alma, criatura viviente que le estorbara en su objetivo.

Que era: La Exaltación.