Era una tarde de invierno, salía de un lugar lleno de paredes de vidrio, todo estaba nublado, no podía ver a lo lejos que un bus se acercaba, de pronto, un chillido enorme se escucha, solo recuerdo verme tendida en la acera mirando rostros que no conocía, ¡la mataron! Decían… ¡llamen una ambulancia!..... Fue lo último que pude escuchar.
Desperté de un sueño profundo, postrada en una cama de lo que parecía un hospital, fue entonces cuando sentí todo el cuerpo adolorido, no podía moverme, sentía que no tenía fuerzas, no recordaba que había ocurrido, solo vi a un hombre vestido de blanco pude divisar sus fracciones finas, ojos color miel claros , que me pregunto: ¿Cómo te sientes?.... que pregunta tan absurda pensé, ¿cómo cree que me puedo sentir en estas condiciones, como se sentiría usted?.... pero cuando quise pronunciar palabras me di cuenta que estaba entubada, tranquila me dijo, tu recuperación será lenta….. Si sabía que no podía hablar ¿cómo me pregunta y quiere entablar conversación?...... de pronto irrumpen 2 hombres más y comienzan a inyectarme una sustancia verde, mientras el de bata blanca iba apuntando mis signos vitales. Solo recuerdo haber dormido por unas horas....pero algo había ocurrido, de pronto, estaba despierta sin maquinas conectadas a mi cuerpo, era un lugar oscuro, definitivamente no era el lugar donde había estado hace unas horas, pude sentarme y no sentí dolor alguno, toque mi rostro sintiéndolo diferente, sentía la cara húmeda como si la carne de mi rostro se desprendiera, pero no sentía dolor alguno…… sumergida en el miedo y la desesperación, comencé a gritar…. Pude pararme y tratar de correr, chocando con una pared y cayendo al suelo, es entonces que se encienden las luces, era una especie de cárcel, de pronto entran dos personas en traje blanco como si fueran a fumigar o estuvieran en cuarentena, ¿qué ocurre?, ¿dónde estoy?, preguntaba desesperada, mientras me cogían a la fuerza y me amarraban a la cama con correas de cuero… ¡suéltenme por favor!… gritaba, se escucha un silencio e irrumpe el doctor de hace unas horas diciendo con voz gruesa y ronca; suéltenla, conversare con ella…Yo estaba asustada y confundida no podía entender lo que ocurría.. ¿Porque estaba ahí?, ¿qué me había ocurrido?, el doctor se sentó en la cama, me desabrochó las correas y me dijo; Levántate, ya estas lista, tranquila, si intentas algo volveré a sujetarte…sus palabras tenían un tono paciente y emanaban calma.
Interrumpió antes que empiece hablar: Sé que estas confundida y tienes muchas dudas, mi nombre es Carlos Molina , soy doctor de medicina Genética MIND, hace unos años te dieron por muerta en un accidente, un bus te atropelló, lucharon 25 días para poder salvarte pero los médicos no pudieron y antes de desconectarte negociamos tu cuerpo para estudios genéticos, con la máquina que te mantenía viva estudiamos con inyecciones de un virus llamado CELL para la regeneración de tejidos y vimos que poco a poco fue resultando y tu cuerpo fue curando fracturas y heridas, sin embargo, era más lento con el tejido del cerebro y al regenerarse tu piel iba cambiando, desprendiéndose por una nueva, aun estas en ese proceso, pero recuperaras tu rostro quizá algo distinto, fue la única forma de salvarte, estarás bien en unos días, solo ten paciencia…
Yo estaba congelada, no me salían las palabras, sentía las lágrimas que corrían por mi rostro dañado, no recordaba nada, ni como me llamaba, ni de dónde venía…..solo atine a preguntar; ¿cómo me llamo?,¿ cuantos años tengo?, ¿cuánto tiempo pasó?, ¿Quién soy?.. Mientras que con cada pregunta iba rompiendo en llanto y desesperación…..me tomo de la mano, me jalo a su pecho y me abrazo para tranquilizarme, contestándome; Tu nombre es Elena De la Torre, acompáñame….por alguna extraña razón, me sentía protegida pero confundida a la vez no sabía si él era el enemigo o la persona que me ayudaría, no sabía en qué posición estar, solo sentía un calor reconfortante en Carlos como si de pronto lo conociera de antes….
Llegamos a una habitación con una pantalla inmensa, explicándome como el virus invadía mi metabolismo y regeneraba células muertas, asimismo se iba acoplando el virus Cell a las células de mi organismo, cada momento que pasaba mi piel iba regenerándose y se desprendía la piel muerta y pese a que el virus Cell se acoplaba a mi cuerpo, a las horas desaparecía y nuevamente se comenzaban a degenerar mis células, por ello era dependiente del virus, Carlos me explicaba que habían demorado mucho para poder alcanzar estos efectos en el virus y que poco a poco habían mejorado el tiempo que podía permanecer en el cuerpo, por lo tanto, el usar el virus era como mi nueva esperanza de Vida, dependiente cada 12 horas de una inyección para evitar que algo de mi organismo empiece a degenerarse, sin embargo, aún no sabían si existiría a futuro algún efecto secundario.
En seguida Carlos continuo explicándome, mi anterior vida, Mi nombre era Elena De la Torre García, nacida en Lima – Perú, tenía 27 años, estaba casada con Raúl Puente un gerente de una empresa farmacéutica y tenía 1 hijo de 2 años llamado Ethan, sin embargo, debido algunos problemas económicos había decidido trabajar, ese día salía de una entrevista laboral, cuando me ocurrió el accidente, habían pasado 5 largos años luchando por una nueva oportunidad de vida, mientras para mi familia ya estaba muerta, mis padres ya habían muerto hace un año, Mi esposo se había vuelto a casar tenía un hijo más, y mi hijo ya tenía 7 años viviendo feliz con su nueva familia, como podría arrebatarle todo eso, con qué derecho podría tratar de recuperar algo que perdí hace 5 años si ni siquiera sabía qué pasaría conmigo si el virus funcionaria o que efectos causaría en mí.
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Editado: 08.05.2020