Llegamos nuevamente al centro de Genética MIND, Carlos quitó la venda de mis ojos suavemente diciendo; ¿estas dispuesta a empezar de nuevo? – No tuve que pensar mucho, ya estaba decidida quería empezar con mi mente en blanco a crear una nueva vida, por lo que dije – Sí.
Parecía que Carlos estaba triste y alegre a la vez; “Mañana mismo te enviare a tu nueva vida, enviare a que tengan listo todo para que puedas tener reservas de virus Cell, antes déjame despedirte, por favor cena conmigo” – Me miro de una manera muy tierna, sus ojos reflejaban nostalgia y dolor a la vez y algo dentro de mi sentía ternura, cariño, quizá compasión, no sabía cómo describir aquel sentimiento, solo atine a decir que si….y me retire a mi habitación ante su fija mirada.
Eran alrededor de las 6 de la tarde, me acosté en la cama tratando de pensar en lo que estaba pasando y me quede dormida, eran muchas emociones para un día y me sentía tan cansada.. de repente, no sé si fue un sueño o un recuerdo, pero me veía con unos papeles en una reunión con varias personas, que parecían tenían poder, exponía algo, pero todo se veía muy borroso, solo escuchaba que les decía, ¿cerramos el trato ahora?.... salte de la cama como si se tratase de una pesadilla, eran las 8 de la noche pude ver en un pequeño reloj de la cómoda, en una mesa había un vestido de noche hermoso celeste sin mangas y unos zapatos de tacón del mismo tono, me aliste y fui hasta donde me despedí de Carlos para cenar con él…. Y ahí estaba el, con un smoking negro y una sonrisa encantadora, aunque estaba confundida por todo, algo me atraía hacia él, sentía como si lo conociera en mi vida anterior, su rostro su cuerpo y su porte, todo en el parecía perfecto… se acercó a mí y con una voz muy dulce me dijo; Elena…te ves hermosa no me gusta hacerlo pero tendré que vendarte los ojos otra vez, yo seguía hipnotizada ante su presencia, sentía las mejillas calientes, no me salían las palabras, solo asenté la cabeza afirmando lo dicho.
Llegamos a una casa con un balcón frente a la playa, me sentía extraña tenía la sensación que ya había estado ahí, todo estaba listo, una cena y un buen vino, sentí que era la cena más deliciosa que había probado y la compañía más tierna y extraña a la vez, no pronunciábamos palabra alguna, solo nos mirábamos y veía en sus ojos ese brillo especial, como si trataran de decirme algo y callaran a la vez, de pronto empecé a sentirme mal otra vez el dolor de cabeza y los mareos, se apresuró a tomarme del brazo, ponerme una dosis, cargarme y recostarme en el mueble mientras acariciaba suavemente mi cabeza y bajar suavemente por mis mejillas, como un impulso repentino beso mi frente, al tocar sus labios en mi frente fue como si recordara momentos de mi vida pasada, me vi en abrazos y besos intensos pero no veía el rosto de la persona todo estaba borroso... ¿será acaso Carlos? Me pregunte a mí misma.
Me compuse rápidamente y me levante mientras Carlos veía la playa fijamente, me acerque a él y le pregunte; ¿Me conocías antes de estudiarme?, hubo un momento de silencio y volví a repetir la pregunta Carlos no me miraba estaba con la mirada perdida en la playa – No, me contestó – porque me invitaste a cenar, le replique, volteo a mirarme con sus ojos apagados, su rostro era tenso; “Porque quizá ya no te vuelva a ver, mañana mismo enrumbaras un camino distinto, por mi parte seguiré monitoreándote desde lejos para mejorar cada vez el virus hasta llegar a encontrar la fórmula perfecta, que Dios me perdone pero me jure a mí mismo no parar hasta conseguir lo que busque por tanto tiempo y siento que estoy a punto de encontrarlo y no quiero perderlo, debes saber que una vez que ingreses a ese lugar ya no hay retorno, nadie sale de ahí”- tengo que confesar que me sentía asustada, pero ya no tenía nada que me una a esta tierra, empezaría de nuevo en un mundo diferente, con personas igual que yo, no me sentiría extraña, no dañaría a nadie, solo esperaría saber que pasaría conmigo y el virus en mi cuerpo, sin embargo algo dentro de mí no quería alejarse de Carlos,;¿ “Quieres que me vaya cuanto antes”? pregunte….un silencio se plantó entre los dos, avanzó mirándome a los ojos, hasta que estuvo tan cerca de mí, que sentía su aliento azotar en mi rostro, subí la mirada hasta encontrarme con sus ojos que se quedaron clavados en los míos…. Cuando estuvo tan cerca de mis labios, soltó un suspiro ahogado – No importa lo que yo quiera Elena, no podemos correr el riesgo de que te quedes aquí, no sabemos cómo reaccionaras conforme pasen los días, todas las personas como tu están en ese lugar y solo tengo dos opciones…dejarte ir y mandarte a ese lugar o terminar con todo dejando de inyectarte el virus…por favor Elena, piénsalo bien y por lo que más quieras, elige vivir otra vez….sus últimas palabras tomaron un sentido de pesadez Carlos me miro algo resignado, sentía que quería que me quede pero sabía que no podía hacerlo pues no podía correr el riesgo de saber cómo evolucionaria… entendí entonces que tenía que irme, lejos de todo, lejos de él… Me iré solté con voz quebrada, Carlos acaricio mi mejilla con un rosto de lamento y antes que pudiera besarme, me aleje, cogiendo el pañuelo y empezando a vendarme lo ojos para salir de regreso, estaba totalmente mudo, me cargo para llevarme a su auto, sentía la calidez de su pecho, el sonido su corazón con rapidez y su respiración dificultosa, quería quedarme en sus brazos por más tiempo, me coloco con cuidado y suavidad dentro del auto, el camino había sido silencioso, así que decidí romperlo preguntando; Carlos ¿cómo es ese lugar donde iré? – Es algo complicado de explicarte Elena, pero es como un mundo paralelo al nuestro en otra dimensión, donde encontraras todo para tener una vida relativamente normal, puedes entrar, pero no hay salida para evitar que si alguno quiere escapar fuera de control no pueda infectar el exterior …entendí que era lo más seguro, pero que no volvería a verlo...solo me quedada aceptar mi destino ¿Qué encontraría en ese nuevo mundo?.....
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Editado: 08.05.2020