Girl or Boy

Capítulo III

Mientras los días avanzaban, más cómoda empezaba a sentirme al transitar mi día a día como Gabriel Russo. Aparte de vestirme como varón, y pretender serlo, muy pocas cosas se habían alterado de mi rutina diaria. Sí, seguía siendo incómodo hacer recados o compras con mis papás y no permitir que alguno me rodeara con sus brazos en un abrazo o me dedicara alguno de sus apodos tiernos en público, pero de a poco nos íbamos habituando a esta nueva normalidad.

En la escuela pasaba lo mismo. Los rumores de que tenía algo sin definir con Tamara funcionaba como escudo para que nadie preguntara por qué me mantenía a su alrededor, de Irina o sus grupos de amigas en clases o en los tiempos libres. Cada tanto pasaba el rato con algunos de mis compañeros de curso, pero de la misma manera en que lo hacía siendo Maya, así que tampoco podía decir que algo de eso había cambiado drásticamente mi vida.

Lo que sí alteró la química de mi cerebro y me sorprendió fue cuando mis padres decidieron mencionar a mis padres biológicos durante el desayuno.

—¿Todo bien, bonita? —Asentí con la cabeza mientras masticaba un poco de tostada.

—Sí, ¿ustedes todo bien? —Respondí después de tragar. —No les pude preguntar anoche qué tal su día.

Papá Simon asintió levemente mientras le dirigía una mirada significativa a papá Luca, quien cerró su laptop y apuró su café para sentarse más cerca de mí.

»—¿Pasó algo?

—No, no. —Papá Simon se movió incómodo en su silla y acomodó el reloj en su muñeca para ver la hora. —Queremos hablar con vos de algo, pero primero nos gustaría asegurarnos que todos estamos en la misma página.

Papá Luca tomó mi mano y la apretó con afecto, mirando a papá Simon a través de la mesa.

—¿Te acordás de la conversación que tuvimos cuando nos preguntaste por qué no pensamos en volver a adoptar? —Asentí, esa había sido una pregunta curiosa que les había hecho cuando tenía 12 años, con la intención de que entendieran que el mensaje subliminal era: "Quiero un hermanito o hermanita".

—Bueno, creemos que es el momento para que hablemos porqué pudimos adoptarte a vos y no a otro niño.

—Está bien... —Intercalé mi mirada entre ambos y terminé por suspirar.— No sé a qué puede deberse este repentino interés por contarme esta historia, pero si sienten que es algo que necesitan decir o que es importante que lo hablemos, háganlo.

—En esa ocasión, dada tu edad y que fue una pregunta directa, respondimos que te adoptamos porque eras la hija biológica de unos amigos, quienes no eran lo emocional y financieramente maduros para responsabilizarse por una bebé.

—En otras palabras, fui un bebé sorpresa y ninguno me quería tener.

—No, ellos sí querían. —Papá Simon miró fijo a papá Luca y éste se corrigió—: En parte. Tu mamá sí te quería tener, quería criarte, quería ser tu mamá. Tu papá biológico... —suspiró.

—El donador de esperma, querrás decir. —Apreté los labios para no reírme, pero papá Simón tenía un punto. —Luca, amor, estás haciendo la introducción muy larga. —Papá Simon fijó su mirada en la mía y extendió su mano sobre la mesa para tomar mi mano libre. —A lo que tu papá quiere llegar es que nosotros, como pareja, en ese momento tomamos una decisión. Tu mamá era muy amiga de ambos, lo sigue siendo de cierta manera, le guardamos mucho afecto y le estamos muy agradecidos por confiar en nosotros y permitirnos ser tus papás; pero uno no entrega a su bebé para que sus amigos la críen sin que haya consecuencias, ¿verdad? —Volví a asentir, sin saber a dónde querían llegar.

»—La estoy haciendo larga yo también. —Tomó una bocanada de aire y continuó.— La situación es la siguiente: tu mamá biológica nos pidió ayuda cuando estaba embarazada de vos, nosotros hicimos lo que pudimos con la situación y cuando naciste llegamos a una clase de acuerdo. Luca iba a aparecer en tu acta de nacimiento, como tu papá biológico, para que nadie en un futuro nos negara, o a él en todo caso, sus derechos paternos, siendo que tu mamá te entregó a nosotros voluntariamente.

—Que lo digan de esa forma: "entregar de forma voluntaria" no me gusta. Suena mal. Es embellecer el hecho de que decidió no criarme. Eso no implica que no haya una clase de abandono en todo esto. —Aparté mis manos de las suyas, necesitando poner alguna distancia.

Dolor pasó por la mirada de ambos por mis palabras, pero ninguno intentó acercarse después de mi retirada.

—Sabemos que fue una mala elección de palabras... sólo que ninguno sabe de qué otra manera presentar el tema.

—¿E ir al grano no es estrategia suficiente? Hasta ahora no mencionaron nada que no supiera o no haya intuido: papá biológico inservible, mamá biológica asustada del carajo y amigos gays que decidieron salvar a la huerfanita. ¡Yey!

—Maya. —Había reproche en su voz.

—Lo que dije es verdad también. ¿A qué viene esta conversación, de todos modos? Se me hace tarde para ir al colegio, el papá de Irina nos lleva hoy.

—Queríamos que habláramos sobre la parte que no sabés.

—¿Qué sería? Le están poniendo mucho suspenso. —Me levanté y me crucé de brazos, expectante, después de tomar mi mochila.

—Tu mamá accedió a que estuviera mi nombre en tu acta de nacimiento si nos manteníamos en contacto y ella sabía de vos —papá Luca terminó por tomar la mano de papá Simon y entrelazaron sus dedos—. Fue una especie de adopción abierta, sin papeles vinculantes o trámites, dado que era ilegal adoptarte. A donde queremos llegar es que ella siempre estuvo, de alguna manera, atenta a vos, a cómo crecías, las cosas que hacías, lo que te gustaba y ahora... —Suspiró.— La cosa es...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.