Nos disponíamos a ir a tomar algo, cuando mi celular sonó – ¿hola? – Era Lis –amiga, ¿Dónde estás? Necesito verte urgentemente– dijo alarmándome, pues se escuchaba un tanto angustiada – ¿Qué pasa, estas bien? – Pregunte –tienes que venir, te espero en el hotel, pero no te tardes por favor– el tono en que Lis me hablaba realmente me había dejado preocupada y me quede observando el teléfono un momento – ¿todo bien? – Preguntó Aidan –lo siento, tengo que regresar, mi amiga me necesita– respondí –vamos– dijo él, serio y preocupado.
Subimos al auto y nos dirigimos al hotel. Estábamos por llegar cuando el celular de Aidan sonó también –dime– dijo él – ¿llamado a estas horas? ¿Estás seguro? – Preguntó –ok, dame quince minutos y estoy allá – termino y cortó la llamada –es extraño, según Dean, tenemos llamado de último momento, a veces me estresa esto– dijo guardando el teléfono al tiempo que frenaba pues ya habíamos llegado. Bajo del auto, lo rodeo y me ayudo a bajar –entonces, ¿nos vemos mañana? – Preguntó –sin falta– dije sonriendo. Él se acercó a mí en un intento por besarme, y aunque yo moría de ganas de besarlo también, me resistí y gire mi rostro para que solamente besara mi mejilla. Él dejó escapar una leve risa y levantó las cejas –gracias por la compañía– me dijo al oído –gracias a ti– dije y besé su mejilla.
Me tenía sujeta de la mano y yo comencé a alejarme para cruzar la calle, el forcejeaba un poco para no soltarme, pero finalmente me soltó. Cruce la calle y desde la entrada del hotel lo observe abordar el auto y ponerlo en marcha mientras lanzaba un beso al aire. No lo perdí d vista hasta que doblo en la siguiente calle.
Despues de eso, entre a toda prisa pues mi amiga estaba muy exaltada. Cuando llegue a la habitación, ella estaba en la cama dormida – ¿Lis? – Dije al tiempo que me sentaba a la orilla – ¿Lis? – Repetí logrando despertarla –¡Uhhh! ¡Cuánto has tardado! – Exclamó adormilada – solamente veinte minutos desde que me llamaste– dije mientras me dirigía hacia el tocador – ¿y a dónde fuiste? – Se levantó ella de la cama –mmm… por ahí– conteste mientras me recogía el cabello en una cola – ¿por ahí? – Dijo acercándose y mirándome por el espejo sonriendo con complicidad –eh… ¡¿y si mejor me dices a donde fuiste tú?! – Ella se alejó de mí y se sentó en la cama agachando la mirada pero sonriendo – ¿y? – Me acerque cautelosa mente queriendo averiguar algo –conocí a alguien– me dijo recostándose en la cama – ¿en dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? – Me senté sobre la cama también – ¡Hey! ¡Pareces policía! – Me respondió y ambas reímos a carcajadas hasta que la intriga me ganó – ¿y Dean? – Pregunté burlona– ¿Dónde quedo eso de que mañana lo ibas a conquistar y no sé cuántas cosas más? – ambas miramos el espejo y volvimos a reír.
Después de la sesión enérgica de risas nos rodeó el silencio. Hubo un momento en el que yo deseaba contarle lo que había sucedido en mi encuentro con Aidan pero en ese momento su teléfono sonó, y ella sonrió al leerlo.
– ¿Qué misterio te traes? – Dije levantándome para tratar de arrebatarle el celular de las manos – ¡nada! ¡Pronto lo sabrás! – Respondió guardando apresuradamente el teléfono – ¡Hum! – exclame intrigada, me dirigí hacia el teléfono mientras Lis me miraba –mañana saldremos muy temprano– dijo recargándose en la puerta de la entrada – ¿ah sí? ¿A dónde si puedo saber? – Respondí al tiempo que marcaba al servicio a la habitación – ¿quieres un té? – Pregunte –por favor– me respondió caminando hacia el tocador nuevamente –oye… por cierto, estas más arreglada que de costumbre – ¿te parece? – Dijo ella riendo –ok, tuve un encuentro con alguien– me dijo arreglándose el vestido – ¿pero quién es él? – Respondí –créeme que muero de ganas por contarte pero aun no puedo hacerlo, tienes que esperar– se levantó de un salto cuando su teléfono volvió a sonar.
Sin decir nada se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta – ¡el deber me llama! – dijo al tiempo que cerraba la puerta y giñaba un ojo. Yo me quede ahí, parada en medio de la habitación sin poder entender el comportamiento de mi amiga. De pronto, sentía que ella tramaba algo, pero por más que lo intentaba, yo no lograba saber que era.