Sentada en un sillón de playa en el balcón de su casa, con la mirada perdida no se sabe hacia dónde, seguro que recordando algún episodio de alguno de sus hijos, dos lágrimas le caen por la mejilla arrugada, se las seca y se habla así misma “vamos, dramática, que te gusta mucho el drama, y aún tienes que hacer el hervido”
Yo la conocí al mudarme a un edificio de seis alturas, ella vivía en el quinto y yo en el cuarto, caminaba con una garrota que tenía más años que ella.
Al poco tiempo de vivir allí, subió a decirme que le salía agua desde mi piso, llame enseguida al seguro del piso y se lo arreglaron, lo que me extrañó es que me hablaba sin mirarme a los ojos, yo me di cuenta que era una anciana introvertida pero que seguro tenía una vida detrás muy interesante de conocer, como a mí me gusta tanto escuchar a las personas y si son mayores más aún.
Un día me la encontré en la calle llevaba una bolsa y yo la ayudé a llevarla “que educado eres”” no tiene importancia, mujer”” por desgracia en estos tiempos ya se ha perdido la humanidad, los modales y la educación””no tanto creo yo, es verdad que la sociedad ha cambiado pero como en todas las épocas ha cambiado””como se nota que aún eres muy joven””muchas gracias pero ya hace siglos que la juventud la sufrí”
No sé que había en esa anciana que me hacia querer saber más de su vida, así que a los pocos días, bajé con la estúpida excusa de pedirle perejil “Señora Gora soy yo” es que sabía que no abría la puerta a nadie si no lo conocía, esperé un poco y se abrió la puerta “buenas tardes, venía a pedirle un poco de perejil”” si claro, pasa “el piso era el típico de una persona mayor, un perchero en la entrada con un mueblecito , todo con un color indefinido, después el salón con el mueble enorme que pillaba toda una pared, por supuesto pleno de fotografías de todas clases pero predominaban las de niños.
Una mesa camilla redonda con un tapete de plástico a rayas rojas y verdes, un pequeño sofá y donde se podía allí había un tapete más o menos grande de ganchillo hechos todos a mano, se notaba que tenía mucho tiempo para llenar.
Las fotografías me sirvieron para iniciar la conversación “¿Todas esas fotos son de la familia?””Si hijo, todos son familiares””pues si que tiene familia ¿Por qué vive sola?” “huy eso es una larga historia” “yo no tengo prisa, además me gusta que me cuenten historias, me gusta escuchar”” pues qué raro eres hijo, hoy en día nadie quiere escuchar y menos a una anciana” “pero no todos somos iguales””ya lo veo ¿te gusta el café?” “si me gusta pero descafeinado” “yo también lo tomo descafeinado” se quedó un momento mirándome a los ojos, estaba claro que me estudiaba por dentro para saber si yo era buena gente “pues hoy no, pero si quieres mañana a las cinco te espero y tomaremos café, té contaré mi historia, aunque ya te digo que no es precisamente muy alegre”
Esa noche dormí haciéndome yo mismo un montón de películas sobre la vida de esa señora, la verdad es que dormí poco.
A las cuatro y media me desperté de la siesta y me duché, bajé y ella me estaba esperando con el café ya preparado, nos sentemos alrededor de la mesa camilla “bueno, ¿qué quieres saber?””lo que usted me quiera contar””entonces vamos a ver cuánto me aguantas ja,ja,ja” fue la primera vez que la vi sonreír” yo no soy de aquí, como te habrás dado cuenta ya por mi acento, después de la maldita guerra a mi padre lo desterraron fuera del pueblo, cuando salió del campo de concentración nos vinimos toda la familia aquí, o sea mi padre y mi madre ,yo estaba en pañales, porque fui un milagro, los médicos le dijeron a mi madre que no podría tener hijos, los tiempos de postguerra fueron muy malos” “ se quedó como pensativa, como si se hubiera trasladado a aquella época” pero bueno padecimos mucho pero salimos adelante, me puse a trabajar en contra del pensar de mi padre, porque como buen machista no quería que su hija trabajase, mi madre lo convenció de que tenía que trabajar, que los tiempos habían cambiado y todas las chicas trabajaban”
Como la vi un poco cansada “vale, mañana continuamos”” si hijo, que las malditas pastillas ya me están llamando”
Al salir del portal de la finca entraron dos tipos de aspecto mafioso, tipo matones, no me dijeron nada” seguro que cuando tocaba dar buena educación en el colegio, ellos no asistían”
El día siguiente la encontré con cara más triste de lo normal” ¿le ocurre algo?”” no, nada hijo, es que hay días que me vuelven demasiados recuerdos”” ¿quiere que lo dejemos por hoy?””No, así hablo un poco, que desde ayer no he hablado nada””como quiera señora Gloria””no me llames así, ni soy señora ni me dicen Gloria, siempre me han llamado Gorita de pequeña y Gora de mayor”” que curioso ¿Sabe lo que quiere decir su nombre en euskera?” “¿eso qué es?” “nada, no se preocupe”
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Editado: 17.07.2018