Golpe de Suerte

Capítulo O1.

Remy

🕧Presente…

Atrapé la pelota de béisbol con mi guante unas treinta veces antes de que papá subiera al auto con una sonrisa orgullosa.

—Es hora de regresar a casa —dijo él mientras se colocaba el cinturón de seguridad, pero parecía tener problemas con este—. Diablos, esto no sujeta bien, debo llevarlo al mecánico. Colócate el cinturón —me dijo, y así lo hice.

—¿El tuyo está roto? —inquirió, echándole un vistazo rápido.

—No, funciona bien.

—De acuerdo —dijo, y acomodó el espejo retrovisor—. Tu entrenador me dijo que te seleccionaron para el juego de apertura en la próxima temporada.

Asentí felizmente, pues había trabajado muy duro para ser el mejor lanzador.

—Él dijo que era su lanzador más veloz.

Papá aplastó mi cabello con su mano y me despeinó todo. Refunfuñé como siempre, pero él seguía teniendo esa sonrisa bobalicona a la que tanto me había acostumbrado el último año.

—Estoy muy orgulloso de ti, hijo.

Escuchar esas palabras me hacía sentir muy feliz.

Hace un par de semanas cumplí siete años, y papá hizo una pequeña fiesta en la que invitó a mis compañeros del equipo de béisbol y algunos chicos de mi escuela.

Era mi primer cumpleaños juntos.

Pero solo Tom y Julián, de mi equipo, llegaron ese día.

Papá estuvo triste todo el día, a pesar de que intentaba ocultármelo, podía verlo en sus ojos.

Él deseaba que mi primer cumpleaños junto a él fuera perfecto, pero seguramente creyó que no lo logró.

🕧Hace un par de meses...

—Lamento que pocas personas vinieran hoy, Remy, seguro no les llegó la invitación —me dijo esa tarde, cuando mis compañeros se fueron a casa.

Sé que él mentía, porque lo vi acercarse ansiosamente hasta cada grupo de padres de mi salón que encontró en mi escuela y los invitó personalmente a mi fiesta.

Papá no era sociable. Lo escuché mencionárselo a nuestra psicóloga una vez.

Nadie nos conocía en nuestra nueva ciudad, quizás había pasado casi un año desde que llegamos, pero no nos habíamos vuelto parte de la comunidad.

—No importa —le dije a papá—. Tom y Julián vinieron y nos divertimos mucho, nunca había tenido un pastel, ni una fiesta como hoy, muchas gracias —le dije, sincero.

Sus ojos brillaron, pero no era de tristeza ni felicidad, era un sentimiento que no sabía cómo explicar en ese momento. Y hasta ahora no lo sé.

Mamá… a ella nunca le caí bien…

Ella solía decir que le arruiné la vida y que ojalá nunca hubiese nacido.

Pero, desde que vivo con mi papá, siento que soy más útil de lo que pensé.

Y, a pesar de que por ahora seamos solo él y yo en una nueva ciudad llena de desconocidos, jamás me había sentido más feliz.

Estoy muy orgulloso de mi papá.

→→→→→→→→→

🕧Presente…

—Hoy cenaremos lasaña —dijo papá mientras conducía por la carretera. Lucía muy alegre.

—¿Pollo o carne?

—Pollo —respondió.

Resoplé.

—¿Por qué? Me gusta más de carne.

—Mi favorita es la de pollo —dijo papá haciendo un mohín—. Además, me sale mejor.

—No es cierto —solté con una sonrisa, mientras miraba el bonito paisaje de la tarde.

—Bueno, señor crítico culinario, quiero ver cómo cocina usted —se quejó con fingido enojo.

Encendí la radio. El viaje sería un poco largo, así que me acomodé en mi asiento, hasta que, de pronto, el sonido de neumáticos chirriantes acabó con nuestra tranquilidad.

Papá se sobresaltó y miró por el retrovisor, confundido.

—¿Qué pasó? —murmuró para sí mismo. Yo miré por el espejo del copiloto y vi lo que él probablemente también había presenciado, por eso extendió un brazo hacia mí, presionándome contra mi asiento.

—¡Sujétate! —gritó.

Un auto se acercaba a toda velocidad, y pronto comenzó a pitar desesperadamente para llamar nuestra atención. Papá intentó apartarse de su camino, pero el auto finalmente golpeó el nuestro por detrás, haciendo que se sacudiera violentamente.

Me impulsé hacia adelante, pero gracias a mi cinturón de seguridad y al brazo de papá, casi no me moví; sin embargo, él no tuvo la misma suerte.

El impacto lo lanzó hacia adelante, su cabeza golpeó el volante y luego quedó inmóvil en el asiento del conductor.

Por un instante, mi corazón pareció detenerse antes de latir con fuerza en mi pecho. Todo lo que pude hacer fue gritar al ver la sangre en su frente y sus ojos cerrados.

—¡Papá! ¡Noooooooooooooo! ¡Papá!

—¡Dios mío, perdóname! ¡Los frenos de mi auto fallaron! ¡¿Estás bien, niño?! —gritó alguien angustiado mientras abría la puerta y me sacaba del auto.

Lancé patadas y golpes a cualquiera que estuviera alejándome de papá, ¿por qué? ¿Por qué nos pasaba esto?

—¡Una ambulancia ya viene en camino! —exclamó el hombre que estaba recibiendo todos mis golpes, hasta que finalmente me soltó y pude correr de vuelta al auto.

—¡Papá, despierta! ¡Despierta, papi!

Pero no recibí una respuesta…

__________________________

¡Hola! Es un verdadero gusto estar de vuelta y volver a verlos por aquí. "Golpe de Suerte" ha regresado y llegó para quedarse.

Les agradezco mucho a todos quienes ya agregaron la historia a sus bibliotecas, así como a los que votaron con su corazón morado y todos aquellos que desee comentar, será un placer para mí leerlos.

Para comenzar les comento que esta historia será una lectura gratuita, así que espero que todos puedan disfrutar de ella. "Golpe de Suerte" no será una historia muy larga, ya que es un complemento para "Golpe de Realidad".




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.