¿ Gorda yo? ¡ Gorda tu abuela!

Prólogo: Conociendo a un idiota.

Lorraine

En este momento me encuentro caminando por las frías calles de Estambul, con la mente puesta en la reciente discusión que tuve con mi padre.

Camino a paso tranquilo dejando que que mis problemas y pensamientos fluyan, mientras siento el viento frío cocar en mi rostro. 

Mi paso se ve interrumpido y ya que por estar en las nubes choco con un chico totalmente guapo, en cuanto tengo oportunidad miro su rostro y con esta acción me puedo dar cuenta que el chico tiene cara de ser egocéntrico, déspota e ingreido. Sin perder tiempo continuo mi camino sin dejar que el pequeño choque con el egocéntrico me afecte pero esto se ve interrumpido ya que cuando escucho las palabras que salen de aquella boca me paralizan.

-No te preocupes Sair, la gorda no me hizo nada.

Al escuchar aquellas palabras giro sobre mis talones y grito aquella famosa frase que escuche en una ocacion: Gorda yo, gorda tu abuela. Estas palabras salen de mi boca y aquel odioso chico camina hacia mi a paso determinado.

-Estas conciente niña que acabas de llamar Gorda a la sultana Melek.

Miro su perfecta pero detestable cara y me encojo de brazos.

-No se quien quien esa dichosa sultana, pero cuando lo sepa tu seras el primero en enterarte baboso.

Giro sobre mis talones para continuar con mi caminata pero esto se ve interrumpido ya que el baboso y su amigo me toman a la fuerza y me adentran en su lujoso auto.

-Púes pronto la podrás conocer y decirle aquellas palabras tu misma.

Joder porque no puedo mantener mi jodida boca cerrada.

Lucho con aquellos dos troglodita pero como sabrán ellos tienen más musculatura que yo. Siendo mi lucha sea casi nula.

Me doy por vencida cuando veo que estamos recorriendo las calles de Turquía a toda velocidad. En cuanto el chofer detiene el auto en una inmensa casa, yo tengo casi a punto de salirse de mi vejiga los orines.

El amigo del despota me ayuda a salir del auto y yo trató de escaparme pero soy atrapada por aquel chico que me llamo gorda. Tenerlo cerca hace que todo los bellos de mi cuerpo se erizen, provoca que en mi un inmenso calor que recorre todo anatomía Miro sus ojos verdes y me pierdo en ellos, Recorro su rostro hasta que me detengo en su deseable y apetecible boca.

Joder, yo metida en tremendo lío y pensando en la apetecible boca de color rosa que se carga este idiota.

-En cuanto pueda te mataré -estas palabras salen de mi boca y el idiota y su amigo se lanzan una carcajada enorme.

-Púes en cuanto yo pueda te coceré la boca por desagradable.

Le lanzo una mirada de odió.

Nos adentramos a la mansión y recordemos alrededor de cuatro salones buscando a la dichosa sultana. De tanto caminar tengo los píes casi al reventar de mis tristes y desgastados zapatos.

En este preciso momento estoy pensado en fingir un desmayo solo para escaparme, pero esta idea se va a la basura cuando veo a una señora regordeta vestida completamente de rosa bailando al ritmo de K-pop.

Y yo que pensaba que era la única que aquellos coreanos volvían loca.

Río al ver a aquella señora moviéndose como si estuviera poseída por un espíritu maligno.

Abuela, me estas avergonzado!

La señora escucha las palabras de su nieto y inmediatamente gira sobre sus talones y se sorprende cuando nos ve.

-Baran te he dicho que avises cuando vas a traer invitados -Exclama aquella señora abanicándose con las manos.

-Melek le he dicho millones de veces que usted no debe bailar aquel tipo de musica en pleno salón de reuniones. Eso es vergonzoso.

La señora regordeta lo mira directamente a los ojos.

-Vergonzoso es el amigos que llevas allí abajo.

Mierda, yo no necesitaba saber eso.

-¡Abuela!

-¿Qué se te ofrece pequeña sabandija?

Me lanzo una carcajada y la señora enfoca su mirada en mi.

-Oh querida lamento que tuvieras que presenciar todo esto -inquiere en cuanto se posiciona a mi lado.




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