¿ Gorda yo? ¡ Gorda tu abuela!

Capítulo 3: Qué se cuide.

Lorraine

Después que él idiota de Baran me lanzara a la piscina, salí de allí como alma que lleva el anticristo y todo lo malo con el.

Ese jodido imbécil, lo odio tanto que me atrevo a encerrarlo en una jaula leones y dejarlo allí hasta que vea se o consuman completo.

Pero desgraciadamente no puedo cumplir con mi cometido ya que la sultana me ha prohibido que conspiré en contra de su nieto.

Ese idiota se salva por eso.

Divagó por la habitación que me asignaron, pensando en mis padres y tratando de crear un plan que me ayude a salir de esta inmensa casa.

El problema radica, en que la sultana no quiere que abandone la casa y para cumplir con su objetivo alega que pronto conoceré la verdad.

Tengo una curiosidad inmensa de saber eso que ella quiere que sepa, es por esto que no he intentado escaparme.

Pero todos sabemos que aunque lo intente, no podre cumplir con ese objetivo ya que la sultana tiene más seguridad que el presidente de los Estados Unidos.

Y eso que Donald Trump tiene un séquito de guarda espaldas.

Mi espalda choca en el colchón de esta confortable cama, provocando que suelta un gemido de placer.

Esta cama es súper cómoda, tanto así que podría pasar todo el día durmiendo sin levantarme.

Estoy loca, lo sé.

Cierro los ojos por un momento y me imagino aspirando un aroma compuesto por flores. Caminando por un sendero lleno de preciosas flores.

Daría todo mi ser por ver y aspirar las flores que se encuentran incrustadas en mi mente.

Mi momento de paz y tranquilidad se ven interrumpido, ya que en cuestión de segundos comienzan a tocar la puerta de mi habitación, perturbando mi estado de relajación. Me levanto de la cómoda cama con gran pesar y con un gran enojo haciéndose presente en mi cara.

Tomo la perilla de la puerta y sin esperar más tiempo abro dicho portal y allí visualizó a el perro faldero de Sair.

¿Como es posible que no pueda tener ni un momento de paz?

Miro el rostro de Sair y allí encuentro una media sonrisa incrustada en su boca. Esta sonrisa provoca que también sonría.

Pero en cuestión de segundos recuerdo que el es el amigo de mi enemigo, así que borro aquél reflejo de sonrisa de mi rostro.

-¿Qué quieres? -inquiero cuando pasan varios minutos y Sair no hace amago de abrir la boca.

El tiempo en el que Sair permaneció callado, me ayudó a que pudiera detallarlo al máximo. Dicho chico tiene unos impresionantes ojos color miel claros, en esos ojos podría perderme hasta que llegué el fin de mi existencial.

Estas últimas palabras las desecho cuando me entero de lo que estoy pensando.

No puedo negar que dicho chico tiene unos ojos que le quitan el aliento a cualquiera, pero no es mi tipo. Así que continuare con mi descripción.

Sair tiene el cuerpo atlético y bien bronceado, además de eso lleva un pequeño tatuaje en su mano izquierda, que lo hace ver como de chico malo.

Mi descripción termina cuando el antes mencionado comienza a hablar.

Madre mia, hasta su timbre de voz es perfecto.

Joder, Lorraine concentrate en lo que verdaderamente importa.

-La sultana te envía a decir que te necesita en el salón de visitas -Dice esto y como por arte de magia desaparece de mi vista. Y es allí donde tengo una oportunidad de ver aquél gran trasero que se cargaba aquél chico.

La vida no es justa. Yo queriendo un gran trasero y este chico que no lo necesita si lo tiene.

Joder.

Sin perder más tiempo salgo de la habitación y me dirijo al salón de visitas, y es allí donde puedo visualizar a la sultana, el idiota de Baran, el chico con el trasero más grande que las hermanas Kardashian -Exagere, pero no importa. Y también visualizó a dos chicas, una alrededor de 9 años y la otra de mi edad.

-Lorraine cariño te quiero presentar a mis dos nietas, Zeynep y Brianna. En el momento en que visualizó su rostro. Me puedo dar cuenta que estas chicas y yo nos llevaremos súper bien.

Llego la caballería pesada Baran. En este instante tendré mis compañeras de travesuras.

Así que Cuidaté imbécil.

Han transcurrido varios minutos en los cuales hemos estado hablando con las sobrinas de la sultana. Dichas chicas me han parecido súper interesantes, y espero qué ambas me puedan ayudar con mis planes perversos.

La pequeña Brianna se acerca a los pies de su abuela, y cuando esta allí le lanza una pregunta vergonzosa.

-¿Abuela, como se forman los bebés?




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