Gran Diosa - Hermosa Curvilínea.

Capítulo 11: Los cambios en Lorna.

Al día siguiente, Lorna comienza un estricto régimen, para moldear un poco su figura, se somete a cabalmente a una dieta y al mismo tiempo empieza con su rutina de ejercicios, para mantenerse saludable y gustarle a su marido. Su esposo Gael, se convierte en su entrenador personal.

—Vamos a parar un poco, cariño—advierte Lorna muy exhausta, no está acostumbrada al ejercicio.

—Ja, ja, ja, ¿te vas a rendir?

—Jamás.

—Sabes que me gustas cómo eres, al corazón para latir, no le hace falta dietas estrictas—se le acerca su esposo, con cariño y le da un beso.

—Realmente quiero hacerlo por mí, por mi bienestar y salud. También, seré la nueva gerente de la agencia de modelos, no se vería bien que tengan una jefa curvys.

—En cambio, yo amo tus curvas, el vaivén de tus caderas y tu hermosa sonrisa.

—Vamos a seguir con el entrenamiento, amor.

—¿Y si paramos un poco y nos vamos a la cama un rato? —propone Gael, seductoramente.

—¡Gael!

—Vamos cielo, allí también podemos entrenar—insinúa nuevamente y Lorna, con lo mira con picardía.

*****
Mansión Martell.

—Te muestras, como la enemiga de tu madre, me echas como a un perro sin contemplación, esta también es mi casa, Austin—busca Almudena, de manipular a su hijo.

—Debiste haberlo pensando mejor, antes de enredarte con el cretino de Jerry.

—Tu padre, también me engañó y tú lo aplaudes, no estás haciendo justo conmigo, hijo.

—Vivirás bien mamá, no te faltará nada, es mejor así que te vayas de la mansión. También, está tu comportamiento con Lorna, la torturaste todos estos años por ser gordita.

—Esa es la culpable de todas mis desgracias, la insignificante gorda esa, pero te juro que me las a pagar.

—Ya mamá no comiences, tampoco te vamos a permitir que le hagas daño a mi hermana, te recuerdo que Lorna ahora no está sola, Gael la defenderá de todos, hasta de ti si es necesario.

—No puedo creer, Austin, que permitas que tu madre, sea despojada de sus bienes. No podría vivir lejos de la mansión.

—El chofer te espera, tengo cosas que hacer, luego paso por tu nuevo hogar a verte—puntualiza Austin, evitando caer en chantajes.

—¡Hijo!

*****

Casa de Lorna y Gael.

Su amiga Lissy se encuentra con ella en casa, quiere hacerle una propuesta laboral, por lo que aborda el tema de inmediato:

—Lissy, quiero proponerte que trabajes conmigo en la agencia y seas mi mano derecha.

—No lo sé Lorna, realmente lo que más quiero es diseñar.

—Trabajarás conmigo, no solo en la agencia, también pienso llevar a cabo mi primera colección, muy pronto.

—¿En serio?

—Si Lissy, cuento con el apoyo no solo de mi esposo, sino de mi familia.

—Definitivamente eres otra Lorna, hasta te ves más hermosa. Ahora te cuidas, estás bajando gradualmente de peso y brillas con luz propia. Te felicito, amiga.

—Gracias, todo se lo debo a Gael.

—Ya que veo, lo milagroso que es tu marido.

—Me cambio la vida.

—¡Y de qué forma! ¿Piensan tener hijos pronto?

—No, por ahora no. Quiero centrarme en mis nuevos proyectos, ya pronto nos graduaremos y quiero dedicarme de lleno al negocio, al igual que tú también quiero diseñar.

—Gracias por la oportunidad, amiga. Me brindas, una excelente posibilidad de crecimiento en el negocio, sabes que no cuento con los mismos medios que tú, sin embargo, amo la moda.

—Lo sé, siempre has sido una estudiante destacada y eso es admirable, querida.

*****

Nuevo hogar de Almudena.

Se encuentra con Andrea la ex de Gael, con quien piensa alearse, para llevar a cabo sus malévolos planes en contra de la hermosa Lorna.  

—Todos me las van a pagar, en especial la gorda. Por eso te cite, para que me ayudes a vengarme de Lorna.

—Por mi encantada.

—Sabía que podía contar contigo, y por el trabajo no te preocupes, sigo teniendo buenos contactos, bien puedo ubicarte en una buena agencia de modelos. También se me ocurre, montar una propia con la experiencia que tengo en el negocio, no se me sería difícil.

—¡Serías la competencia de Martell!

—Para todos hay espacio, Andrea.

—Menos mal, que esa gorda no es tu hija, que vergüenza Almudena. Siempre te compadecí por tener una hija, con esa figura y esos muslos regordete.

—Regordeta y todo, muchos la aman, empezando por tu querido, Gael. Quien está de lo más feliz a su lado.

—Hablando de Gael, está más guapo de nunca.

—Claro, si volvió a ser rico, ¿verdad?

—Bueno, yo merezco todo de la vida. Ahora que volvió a ser rico, recuperó su sexapil.

—Si quieres, te puedo ayudar a quitárselo a la gorda.

—Eso sería una estupenda idea. Por allí podría empezar mi venganza, por culpa de Lorna, mi vida ahora es un caos.

—Pero, vives bien. Este apartamento es un lujo.

—Nada como la mansión Martell, mi casa.

—Bueno, eso sí.

—Te ayudaré a que recuperes a Gael. Y eso será, más pronto de lo que te imaginas—señala Almudena, con aires de triunfos.

*****

Casa de Lorna y Gael.

Lorna, recibe la grata visita de su tía, Candice. El padre de Lorna, le había dado permiso, para que echara un vistazo y se cerciorara, que todo marchaba bien en su ausencia.

—Tía, ¿por qué dejaste a mi papá solo en Cambridge?

—No puedo estar tranquila, dejándote sola a la merced de Almudena. También, Marcus me mandó a venir, para que viera como andaba todo.

—Ya esa mujer es cosa del pasado, hasta de la mansión Austin la corrió.

—Esa víbora no es enemigo pequeño, tenemos que estar atentos a cada uno de sus movimientos.

—Creo que exageras, tía.

—Yo por ti daría mi vida, eres prácticamente mi única familia de sangre.

—Yo también te quiero, que bueno que estás aquí, siempre es bueno verte y abrazarte.




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