Capítulo V

Sumergida en sus pensamientos, comía con diligencia en una de las tantas bancas que tenía la universidad en sus alrededores, le preocupaba no poder entregar todas las tareas pendientes, así que intentaba buscar algún método que le ayudara hacer todo con puntualidad.

—Didisculpa

Dijo alguien, disipando todas las ideas que desfilaban en la cabeza de Yesica, levantó la mirada y con sorpresa vio a dos chicos parados frente a ella, estaba tan distraída que ni siquiera notó la llegada de ese par.

— Quería agrade-cer-cer tu ayu-yuda, aquel día...

Dijo Sebastián con la voz entre cortada por los nervios de verla por primera de vez de frente. Yesica estaba un poco confundida por la situación que no supo que decir, hasta que unos segundos después recordó, la cara de uno de ellos le era familiar.

— Ahhh eres el chico que tuvo el incidente con el cachorrito ¿Cierto?

Cómo lo sospecho Sebastián, era un suceso que ambos jamás podrían olvidar, la verguenza de volver a recordar aquel día lo puso mucho más nervioso de lo que ya estaba, mientras Rodrigo a su lado intentaba contener la risa.

— ¿Podemos acompañarte?

Quiso ayudar Rodrigo al ver a su amigo con los nervios de punta. Yesica accedió moviendo la cabeza de arriba a abajo mientras sonreía por ver una vez al muchacho que había conocido aquel día.

— Gracias, gracias por ayudar a mi amigo, en forma de agradecimiento te trajo este presente.

Acercando una cajita de muy buena pinta hacia Yesica, siguió hablando Rodrigo con la intención de cortar la tensión del momento. Esa acción fue un poco confuso para Yesica que con cuidado abrió la cajita y de reojo vio lo que adentro contenía.

— Esto no es necesario, solo ayude a alguien que estaba en problemas.

Moviendo la cajita hacia los chicos, se puso de pie y con agileza intentó recoger sus pertenencias.

—Lo hice sin el afán de recibir retribución alguna...

Sebastián y Rodrigo comprendieron la situación al instante, así que cuando Yesica estuvo a punto de recoger la última libreta que estaba en la mesa, Sebastián puso la mano sobre esta con la intención de detenerla.

— Perdón, no fue mi intención ofenderte, solo creí que era lo justo, bueno, también lo utilice como una excusa para disculparme por no haberte agradecido en ese instante, solo salí de ahí sin decir nada y...

Yesica no pudo contener la risa e interrumpiendo a Sebastián quien intentaba hacerle entender que el regalo lo hacía sin afán de denigrar. Yesica había olvidado por completo ese suceso, aunque en el momento, fue extraña la reacción de aquel chico, luego fue gracioso cuando entendió la situación. La risa fue tan contagiosa que ambos amigos terminaron también riéndose, toda la presión del momento había desaparecido recordando entre risas aquella anécdota que viéndolo bien sería un buen recuerdo inolvidable.

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Paso de ser una chica que era desapercibida ante el resto a tener todas las miradas sobre ella, aceptar la amistad de los chicos más populares de la universidad fue tal vez su mayor error y pronto se daría cuenta.

— ¿Quien es ella?

Preguntó Andrea fastidiada por ver desde hace varios días como Sebastián corría cada vez que podía hacia aquella chica.

— Su nombre es Yesica y es una niña becada ¡Que locura está situación!

Exclamó Rita frustrada por ver a Rodrigo llevarse muy bien con aquella chica. Para ninguna estaba siendo agradable ver cómo cada día se hacían más cercanos a esa muchacha sobre todo porque ella no pertenencia a su círculo social, por lo que era difícil comprender la razón por la que los chicos estaban tan cerca d ella. Andrea y Rita se tomaron muy personal este tema, especialmente Andrea que celosa por ver la amistad que tenía con el hombre que le gustaba intentó por todos los medios sacarla del camino, la mejor forma de atacar a Yesica fue recordarle y burlarse constantemente de su estatus social, lo peor fue cuando un par de muchachos más se habían unido a Andrea y Rita y así los desprecios se hicieron más recurrentes, Yesica no pudo entender muy bien el motivo por el cual había empezado a recibir malos tratos, pero esa chica era demasiado fuerte que nada de lo que intentaron hacer la lastimaba, aunque debía admitir que se sentía protegida teniendo a dos chicos que se habían convertido en sus muy buenos amigos y que extrañamente cuando estaba con ellos no sufría ningún acoso de parte de ese grupo.

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Estaba decidió a dar el siguiente paso después de acercarse a Yesica en un plan amistoso,algo dentro de si le aseguraba que el sentimiento que sentía por Yesica era recíproco, por varios días habían formado un lazo de amistad muy agradable, pero no podía seguir así, ansiaba con todas sus fuerzas poder tener algo más que una amistad.

Rodrigo fue muy claro al enterarse de los planes de Sebastián, aunque no fue sorpresa saber que su amigo estaba enamorado de Yesica, porque ese amor se miraba a kilómetros, le preocupaba las consecuencias que podría tener Sebastián haciéndose novio de una chica normal, pero le preocupaba aún más Yesica, le había tomado mucho cariño que esperaba que esto no terminara tan mal para ambos.

— ¿Estás seguro de esto Sebas? Solo piensa muy bien antes de hacer cualquier cosa, ¿En verdad estás dispuesto incluso a perder todo para poder estar con Yesi y no dañarle la vida? Sebas, es una chica muy amable, muy cariñosa, que no creo que se merezca pasarla mal. Bueno, más mal de lo que ya lo está pasando.

— ¿Que sucede, por qué la está pasando mal?

Preguntó intrigado Sebastián por la declaración de su amigo.

— Estoy enterandome hace ratos de esto. Al parecer Yesi a sufrido en silencio sin tenernos la confianza de pedirnos ayuda.

Un suspiro entre nostalgia y molestia se escuchó de Rodrigo mientras Sebastián esperaba impaciente por saber la razón por la que Yesica la estaba pasando mal.

—Andrea y la loca de Rita la han estado acosando, con ayuda claro de todo su grupito estupido. Entiendes porque me preocupa que quieras confesarle tu amor, la tratan mal solo por ser nuestra amiga ¿Que hacemos si después de hacerte novio de ella, las cosas empeoran? recuerda el estatus al que pertenece y lo difícil que sería para ella integrarse a nuestra clase de vida, pero será mucho más difícil hacer que el resto la acepte sabiendo el estatus al que pertenece, claro sin contar el caos que se va a formar en tu familia cuando se enteren.