Las cosas en la relación estaban muy complicadas, desde que Sebastián se enteró de los planes de Yesica se sintió muy agobiado, que resintió mucho más lo que el catalogaba una traición por parte de la mujer que tanto amaba, Yesica había planificado irse lejos sin antes consultarlo con él, había tomado una decisión pensando solo en ella y olvidandose por completo de él o al menos eso es lo que el sentía en esta ocasión. Llevaba días intentando persuadir la decision de Yesica, pero era imposible hacerla cambiar de opinión, un par de días más y Yesica tendría que viajar para comenzar con el nuevo proyecto de la empresa, respiró profundamente pues su paciencia estaba agotandose, llevaban un muy buen rato discutiendo y aunque ella ya había explicado sus razones, para Sebastián era difícil aceptar la situación.
— Esto es único e irrepetible ¡Cariño por favor compréndeme! es la primera vez que se me presenta una oportunidad para hechar a andar los planes que tengo y cumplir mis sueños y los sueños de mi abuelo, tú más que nadie sabe desde hace cuánto tiempo he anhelado esto.
Dijo Yesica tomándolo por el rostro intentando que dejara de esquivar su mirada y la viera fijamente a los ojos.
— Yesica, ¿no lo entiendes aún? No solo es un proyecto que requiere mucha responsabilidad sino también mucho sacrificio. Se perfectamente que en el tema profesional no habría problema para ti, pero ¿Estás dispuesta a alejarte tanto de mí? Es demasiado facil para tí solo irte y dejar toda nuestra vida aquí, eres consciente que aunque quisiera, con mi cargo en la empresa no podría solo dejar todo y salir detrás de ti. Piénsalo, solo estás complicando todo en nuestro noviazgo. Sí, si se perfectamente sobre tus sueños pero te lo dije, dejame solo tener un poco más de autoridad en la empresa, entonces voy a ayudarte, voy a hacer todo para que puedas lograr todo lo que desees.
Fue su última carta, desesperado por lograr su cometido, una carta que rápidamente se esfumó en el aire cuando una vez más ella se negó rotundamente.
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El día había llegado. Posterior a las innumerables capacitaciones, el papeleo y el traslado a la nueva sede, todo estaba listo. El grupo entero y algunos otros empleados que fueron asignados al proyecto adelantaron días atras todo sobre la mudanza personal. Veía con nostalgia el apartamento que había sido su hogar por varios años, su cálido rinconcito en el que habían tantos recuerdos y vivencias que ahora debían ponerse en pausa hasta que ella volviera después de terminar el proyecto de sus sueños. Una llamada telefónica la saco de sus pensamientos y después de asegurarse que todo estuviera muy bien guardado y cerrado se despidió con la promesa de volver. La camioneta de la empresa que los llevaría hacia la nueva sede estaba a punto de llegar, mientras tanto Yesica miraba con una leve desesperación de un lado a otro con la esperanza de ver a Sebastián, por lo visto él seguía aún molesto que probablemente no iría a despedirse a pesar de que ella había prometido viajar cada fin de semana o en cada oportunidad que se le presentará aprovecharía para estar tiempo juntos tanto como fuera posible. Unos minutos después llegaron por ella, el resto del grupo esperaba en la camioneta de la empresa que minutos atrás había ido a recoger a cada uno, impacientes por el viaje pidieron que ahora los llevarán directo al aeropuerto, el horario del vuelo que los trasladaría hacia su nueva ciudad de trabajo pronto llegaría. Sentados esperaban impacientes los minutos para abordar, mientras Yesica miraba de vez en cuando la entrada del aeropuerto, las pocas esperanzas que le quedaban le daban los ánimos para pararse de vez en cuando y ver si por suerte Sebastián se asomaba por el lugar, después de un par de segundos respiro profundamente decepcionada y molesta por la actitud de Sebastián, se acomodo en la espera de irse de ahí tan pronto como fuera posible.
— ¿ Es el presidente?
Dijo Fermín asombrado por ver que un superior que hace unos días atrás había asumido su cargo iba a despedirlos. El resto del grupo, incluída Yesica se asomaron para corroborar lo dicho por su compañero. Cuando Sebastián estuvo frente a ellos, el semblante desanimado de Yesica cambió rotundamente, su corazón palpitaba de emoción y alivio por saber que se iría de la ciudad con calma.
— ¡Gracias por el compromiso con la empresa, deseo que este proyecto sea un total éxito!
Dijo mirando con intensidad a Yesica, moría por tomarla en sus brazos y despedirse de ella con amor, pero era imposible con el resto de empleados que los rodeaban, lamentó dentro de si haber hecho tanto drama y no haber podido despedirse de ella como lo deseaba en verdad.
— Me tomé el atrevimiento de traerles un obsequio, con la intención de que tengan un buen viaje.
Y sus asistentes que lo acompañaban, repartieron a todo el grupo unos bolsos que desde lejos se veían de muy buena calidad. Un grito de emoción llamo la atención de todos, Aída no pudo contener la emoción al notar que en el bolso, entre todos los obsequios habia uno que llamo su atención de inmediato, el perfume que tanto había querido comprar, era un perfume reconocido por su buena calidad y sobre todo su marca, una de las más lujosas. La emoción recorrió su cuerpo entero que por impulso quiso abrazar al director, quien al verla acercarse sin freno, la esquivó, si no fuera por Fermín que en ese momento estaba detrás de Sebastián, probablemente Aída terminaría dándole el abrazo al suelo. Grecia corrió a jalarla avergonzada por el suceso, Aída solo intentó lidiar con la pena que sintió en ese momento, por la emoción había olvidado por completo que la novia del presidente era la directora de su equipo, la misma que estaba viéndola fijamente en ese momento asombrada por lo que intento hacer. El llamado de los pasajeros al vuelo de su nueva ciudad la salvó rompiendo ese momento tan incómodo. Sebastián se despidió de cada uno de ellos con un apretón de manos, pero aunque intentó evitarlo no pudo contener las ganas de abrazar a Yesica así que sin mediarlo la abrazo con fuerza ,un abrazo que quiso con todo el alma fuera eterno. Ante la mirada de sopresa del resto, Aída y Grecia eran la únicas que sabían lo que ahí ocurría mientras el resto del grupo olvidó ese abrazo tan pronto como subieron al avión.
Editado: 22.05.2025