Gregor Anastasio Cou - Odisea de un viajero

Entonces es cierto.

Desde el cielo ha venido, y ha dado que hablar durante muchos años

 

 

 

 

 

 

 

Qué lugar tan inhóspito. Otra vez los esbirros de la noche me siguen, no sabía de antemano donde podía encontrarme, y realice los estudios previos antes de avanzar. Hay como una planicie que se retracta en las inmediaciones del páramo. No podía ver bien, mi computador arrojó que me encontraba en un punto de los Estados Unidos, el desierto de nuevo México. Estaba en parte de toda una colorida meseta sin un rumbo bien definido, pues no se encontraba nada alrededor, que pudiera indicarme, más los astros del cielo. Me coloqué en una piedra a ordenar mis pensamientos que estaban exhaustos por tanto periplo dimensional. En el cuaderno corroboré las indicaciones de cada punto interesante al que me había expuesto, por cada época determinada de la tierra. y pensar que he creído que era otro planeta. Y estaba desarrollando etapas concretas de una narración de los libros. La noche se encuentra tan bella, fue cuando perpetué en mi mente a mi esposa, e hijos. Tal vez me estén esperando como cuando Odiseo partió desde Ítaca a Troya, y la hermosa Penélope que lo espera tejiendo sueños en los que el regresa. ¿Qué será de ellos? Escribir me daba el beneficio de pensarlos.

 

"Aquí estoy querida mía, nuevamente en la noche en que las estrellas se ilusionan con unirse, y pienso que tal vez lo mismo ocurra, cuando pueda retornar a ustedes, si es que tengo esa suerte. Me han ocurrido muchas aventuras. Raras y a la vez desmesuradas. Y si te dijera que estoy viajando el trayecto más descomunal que podría tener un navegante de las estrellas, no lo creerías. Pero no es lo mismo sin ustedes, y tampoco se de antemano si volveremos a vernos, aunque si tengo la necesidad de escribirles, para decirles lo que mi corazón guarda que son sus imágenes que me dan la vida como motor de existencia. Todos necesitamos una esperanza, y ustedes son la mía. Tal vez vuelva, todo depende del tiempo.

 

Los amo con cariño, Gregor"

 

 

 

 

 

En esta circunnavegación ya no sé si existo, y preferiría de ser así terminar mis días. En un ápice de cierta tristeza, me acurruque en una piedra a soñar. Es el único lugar en el cual podemos desaparecer del mundo, cuando nos patea el trasero, y allí quizás seamos reyes de nuestros propios sentimientos a los cuales darles libertad para explayar todo lo que son. A veces la realidad no nos deja ello por lo que debemos conformarnos con reprimir nuestro corazón. Soy un libre soñador, eso es la mejor parte de mí. Y al soñar también creamos viajes a los cuales he escalado planetas desconocidos en donde otras formas de vivir se me presentaron, y pude experimentar los que otros seres no. Eso que llamamos amor de todas maneras será siempre la piedra angular de mi alma, eso que llamamos amor se encuentra dentro de esas imágenes que vienen a mi mente de momentos únicos e irrepetibles. De personas, situaciones, actitudes, y tantas otras. El sueño me está invadiendo. Realmente no sabría de antemano en que época estoy, pues no importa, ya la averiguaré.

 

En plena nocturno peregrinaje, una estrella se dirigía a toda velocidad hacia un sector montañoso, no muy lejos. El destello, se introdujo en el vidrio de mi casco, y el estallido fatal de un choque me hizo despertar con sonidos muy diáfanos del oeste. Me incorporé de inmediato, y fu hasta el sitio en el cual parecía que había ocurrido un accidente. Proseguí por una ladera que parecía transitable, entre rocas de gran tamaño, y vegetación hostil de cactus, di con aquella forma metálica redonda. No podía creer lo que estaba viendo

 

¿Realmente es cierto? Estaba presenciando un hecho insólito, que no podía entender. Estaba escondido entre la maleza, y otra roca no muy grande que apenas podía cubrir mi cuerpo. Al silencio del choque. Mi computador detectó una cierta onda de radiación que no parecía peligrosa; solicité información al respecto, y solo apunto la fecha y el año indicado. 2 de julio de 1947 ¿Qué había ocurrido? No era una fecha exacta de un suceso. Aguardé con cierta paciencia, hasta que la curiosidad, venció a la ansiedad que solicitaba a gritos que me acercase allí a verificar que ocurrió. Di los primeros pasos sigilosos a fin de poder determinar que había allí dentro. El metal de aquella nave no parecía de este mundo. Incluso tome una muestra que estaba en el suelo. El computador no lo pudo analizar; extraño. Muy extraño.

 

El portón central estaba abierto en todas sus formas, y desde adentro, no se podía ver nada en absoluto. Respiré hondo y me arme de valor sin saber que podría encontrarme allí

 

 

 

 

dentro. Al cruzar del otro lado. Había una siniestra forma que parecía desarrollarse en el interior con el aire gélido. A mi mente vino la criatura Extraterrestre que había aniquilado a toda mi tripulación en la Nave ALPHA, ante la reparación del satélite XL. Había una sala central vacía. Sin nada que pudiera determinar su procedencia. Y luego otra sala, cuya tecnología me era desconocida. Su puerta estaba semi abierta, y el miedo de la criatura venia a mi mente. Me detuve, sin continuar avance por pánico, y retomé la idea de que no podía estar allí sin investigar a fondo el hecho. Mi respiración se había expandido, y hasta podría parecerme a Dark lord Vader en la guerra de las galaxias, por sofocarme con mi casco. Di cinco pasos cruciales, y a medida que los iba cumpliendo, el peso de la gravedad del interior se iba modificando; una energía traslucida se estaba produciendo, y la radiación aumentaba. Al ingresar la sala se tornó de color verde flúor, y luego naranja, y roja, azul, oscuro, y retomaba de sus matices nuevamente, una y otra vez. Un arcoíris se iba reflejando en mi casco, hasta que desde el suelo metálico, se veía aquella figura plasmada en el vidrio de mi yelmo. Estaba como agonizando, y en sus palabras hablaba a mi mente, diciéndome que no tema. Que era amigable. Que no era la criatura. Era un ser pequeño. Con cabeza gigante, cuerpo pequeño, y grandes ojos negros. No tenía nariz, si, dos orificios, y una pequeña boca, negra. Un cuerpo desnudo en su totalidad. Era un extraterrestre. Y el computador arrojó el dato preciso: 02 de Julio de 1947, nuevo México – Roswell, Estados Unidos. -




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