Regresé por ustedes luego de un viaje inimaginable.
Regresé por ti mi amor, por ustedes mis queridos hijos, por todos
Al tocar la puerta, no había nadie quien abriera la misma. Veía por las ventanas el vacio, y la casa estaba como la había dejado cuando le dije a Reve por última vez que iría en la misión del Satélite XL. Ha pasado un tiempo considerable, aunque ya no debía preocuparme pues mi hogar era la tierra, y todo lo que en ella se encuentra. El campo se dejaba lucir en su conmiseración de pesar por la falta de alguien.
Golpee con tres toques la puerta nuevamente. Esperé en las afueras, me había despojado de mi traje espacial. Ese que me acompaño por tantas aventuras. Era quizás la última vez que tendría el placer de usar esas ropas que hicieron a mi viaje. Espere tanto, que me quedé dormido, en la plenitud de sol que alumbraba el día. Algo rosaba mi rostro, y entre esos roses, caricias, y en ellas cariños de dulces momentos.
- ¿Vida eres tú? – ¡Eres tú, sí. Has vuelto! – Me dice la dama a la cual amo.
– - ¡Papa ha vuelto! – ¡Si ha regresado!
Clarice y Eduard se lanzaron encima, mío, mientras despertaba de la siesta que renovó mis energías, y la mirada de Reve, con su hermoso cabello oscuro y su sonrisa, fueron los segundos más fantásticos de la vida que tengo, y tendré. Luego su beso me devolvió el alma. Esa que viajó por mucho tiempo, por muchas dimensiones, por muchas épocas. Me sentía extenuado, pero vivo. Al fin estaba en casa. Familia he regresado. He regresado con ustedes.
- ¿Cariño que ha ocurrido? – me pregunta Reve. –
- Solo he estado viajando querida. Un viaje único. Pero he regresado mi familia.
- Nunca te vayas Papa! Nunca.
- No hijos, no me iré. El espacio puede esperar. -
Al mirarnos, nos reímos, disfrutando ese nuevo ciclo.
- ¿Y ahora vida? ¿Has terminado tu viaje? – pregunta Reve.
- No, amor, un viajero nunca concluye su viaje, solo es un trayecto en el cual todos somos parte de éste hermoso periplo del universo. Éste designio de Dios. Juntos para llegar al infinito. Te amo mi bella.
Y nos dimos el beso eterno del final, y del principio, pues todo tiene un nuevo comienzo, y un fin y comienzo. Así es como se ha mandado.
Gregor ha concluido su viaje. No solo ha tenido la experiencia, la vivencia, y el beneficio de ser parte de la historia, sino que ha depurado lo que es, y ello determinara su futuro, que en este instante descansa en los brazos de los que ama, porque esa debe ser la historia de nuestro viajero espacial del tiempo.
Título I: Al final soy parte de la historia.
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Editado: 11.10.2023