No sé en qué momento exacto comenzó a cambiar todo.
Tal vez fue una palabra que ya no se dijo.
Un abrazo que tardó más en llegar.
O simplemente el ambiente… que ya no se sentía igual.
Yo seguía siendo el mismo niño de siempre. Quería reír, jugar, abrazar. Pero algo dentro de casa ya no era como antes. Las conversaciones se volvieron más frías, como si todos estuviéramos caminando sobre algo que podía romperse con solo una palabra de más.
A veces escuchaba discusiones desde mi habitación. Voces elevadas. Puertas que se cerraban más fuerte de lo normal. Otras veces, era el silencio… y eso me dolía más.
Una noche donde parecía normal, vi a mi mamá salir del cuarto, yo era muy chiquito para entender que pasaba pero la vi que estaba aparentemente con alguien más en ese cuarto, no puedo recordarlo pero, de algo estaba seguro, de que ella estaba con alguien más, había veces que por las noches mi mamá nos lleva a mi hermana y a mi en un lugar no sabría decir donde mismo era, pero era como una especie de cancha o plaza, pero no era para salir a pasear o jugar, era más bien para encontrarse con una persona, no podía verlo, pero si escuchaba su voz y su voz me era familiar, pero como todo niño no entendí nada de lo que pasó.
Luego de eso volvíamos a casa mamá me decía que no dijera nada a papá ya que el se podía enojar mucho con mi mamá y conmigo y entonces no dije nada y así fue por mucho tiempo.
Luego de todo eso, quería ir al baño y vi a mi mamá llorando no sabía el motivo ni la razón y mucho menos lo entendía, no sabía si preguntarle o ir al baño ya que no quería ir solito, porque le tenía miedo a la oscuridad, entonces me acerque a ella y le dije mamá.
—¿Estás bien? —le pregunté.
Ella me dijo.
—Sí, mi amor. Solo estoy cansada —me dijo con una sonrisa que intentaba ocultar la tristeza.
Luego de eso le pedí que me acompañará al baño y me llevo, pero de algo estaba seguro, de qué no era solo cansancio. Yo lo sabía.
Y entonces, un día apareció su prima. No venía seguido, pero esa vez se quedó más tiempo. Mamá y ella hablaban mucho, a veces a solas en el cuarto, otras veces en la cocina. No sé qué se decían, pero algo en el ambiente se volvió más tenso. Sentía que planeaban algo… aunque yo no entendía qué.
Semanas después, mamá tomó una decisión, ella empacó todas sus cosas al principio no me dijo nada, pero luego me abrazó fuertemente y me dijo que me quería mucho y me dijo que dentro de un rato ella iba a ir al almacén y que en caso de que mi hermana se despierte la cuidará bien, paso las horas y yo me quedé dormido, luego de unas horas yo desperté y no vi a mi mamá.
Se fue...
Recordé lo que me dijo pero a la vez me parecía raro que ya se tardara mucho en regresar a mi casa, pasaron los segundos, los minutos y ella no regresaba y entonces empecé a preocuparme y empecé a llorar buscando a mi mamá pero no la encontraba, y cuando quería salir la puerta estaba cerrada bajo llave, pero nos dejó a mí y a mi hermana en la casa, solos y encerrados. Éramos apenas unos niños.
Recuerdo el miedo. El silencio por toda la casa, ahí fue cuando más me preocupe y empecé a llorar más, no entendía que paso, no sabía si le paso algo a mi mamá.
No sabíamos si volvería, ni cuándo, mi hermana estaba durmiendo, y yo estaba desesperado buscando a mi mamá en uno de esos momentos grité fuertemente para ver si mi mamá escuchaba mis gritos.
Pero solo empeore más la situación mi hermana se había despertado preguntando por mi mamá yo intentaba mantenerme fuerte, hacer que mi hermana no notara la gravedad de lo que pasaba, pero por dentro estaba perdido.
Yo no sabía qué decirle o hacer. Lo único que sabía hacer era llorar y tratar de tranquilizarme pero no funcionaba, mi hermana empezó a llorar y yo también y todo fue empeorando.
Hasta que alguien le avisó a mi papá.
Según mi papá fue la vecina quién le llamó porque escucho mis gritos.
Y él vino. Rápido. Como si el corazón le hubiera gritado que todo andaba mal.
Entró por la puerta sin decir una palabra, nos abrazó fuerte. Yo nunca lo había sentido así… tan preocupado, tan afectado. Tan consciente de que ahora todo había cambiado.
Ese fue el momento en que mi inocencia se rompió por completo.
A partir de ahí, dejé de creer que el amor era seguro.
Dejé de creer que una familia siempre se mantiene unida.
Y me quedó esa pregunta clavada:
¿Por qué alguien que dice amarte… puede irse así?
Entonces, mi papá empezó a buscar a mi mamá para saber que había pasado, del porque ella nos había abandonado, pero no hubo resultados, nadie sabía dónde ella estaba, ella desapareció como si la tierra la hubiera tragado, se esfumó...
Después de eso, papá decidió que era mejor mudarnos de esa casa ya que era muy lejos para el y tampoco quería dejarnos solo en la casa, entonces empezamos a mudarnos y subimos todas nuestras cosas pero alguien nos faltaba y ese era Tuky, nuestro mejor amigo y nuestro compañero de vida, pero en un intento de quererlo subir en el auto el nos atacó y entonces papá tomó la decisión más dolorosa de nuestras vidas, papá decidió dejar a Tuky en esa casa ya que no había forma de poder llevarlo, mi hermana y yo lloramos mucho por haber deja a nuestra primera mascota y a nuestros compañeros de vida, pero tuvimos que entender la decisión de papá y la de Tuky...
Luego llego los momentos más duros de mi infancia, momentos donde solo quería que todo acabé, cuando mi papá y mi mamá estaban en juicio para ver quién se quedaría con nuestra custodia mi papá nos dejó en la casa de mi abuela paterna, ahí nos quedábamos pero siempre recibíamos maltrato de parte de mis tías y de mis abuelos.
Recuerdo la vez que mi abuela estaba saliendo de la casa y yo quería ir detrás de ella porque yo no quería quedarme en esa casa, porque todos me lastimaban y en un intento de salir, mi abuelo me estira del cabello evitando así que me vaya con mi abuela, el dolor era inmenso y no paraba de llorar, yo era como su titere, ya que ellos podían hacer lo que querían con nosotros, así me decían mis tías y mi abuela...