Gruñón Particular

Primera impresión

CAPÍTULO I

 

 

Mi mañana comienza como cualquiera, normal, con la excepción de que hoy es mi primer día de trabajo luego de tener paro laboral por aproximadamente año y medio.

 

Si se preguntan, ¿por qué tengo tanto tiempo sin trabajar? Es verdaderamente simple, sencillo y se los diré ¿PORQUE...? PORQUE QUIERO Y PUEDO.

 

La vida desde mi punto de vista se debe disfrutar al máximo y trabajando simple y sencillamente no se puede, por eso evitó trabajar mucho, solo el tiempo suficiente para subsistir.

 

Amo estar en la comodidad de mi hogar, sola, sin que nadie me dé órdenes.

 

Pero me encuentro en un momento difícil en el que si no trabajo no como y me disculparán, pero la alimentación es importante  en la vida, por eso con el dolor de mi alma hoy inició mi primer día en una de las empresas más importantes de mi país, Tornels  S.A. de C.V.

 

Es una de las empresas más grandes e importantes, en materia de alimentos. Con más de 40 filiales distribuidas en  todas partes de México y algunas más de Latinoamérica como Cuba, Colombia, Chile, etc.

 

Según me informó Google claro esta, porque antes de acudir en cualquier empresa  me documento para no hacer el ridículo.

 

Porque debo admitir que ya hice él ridícula una vez.

 

Me remonto tiempo atrás cuando en una ocasión me tocó acudir a una entrevista para el puesto de  recepcionista en un despacho contable. Cuando me preguntaron si conocía el ¿nombre del bufete? Si, el nombre del bufete. O sea quien en sus cinco sentidos pregunta el nombre del lugar cuando se supone que lo ponen afuera en la parte superior.

 

Claro está que, yo en ese momento ni siquiera me fijé en eso porque todos sabemos que cuando una llega tarde no tiene tiempo para esas tonterías y, si a eso le sumamos los nervios pues resulta un desastre total, como me pasó a mí.

El chiste fue que como se imaginan  no me dieron la vacante, pero igual yo no quería trabajar allí.

 

Desde ese momento a cualquier entrevista de trabajo a la que acudo me ayudó con el señor Google para evitar posibles penas y no llegar tan en blanco en lo que respecta conocimiento general acerca  de la  empresa.

 

Claro, en los casos en los que la empresa es lo suficientemente importante como para encontrar la información en internet.

 

Pero en fin, regresando al presente, como les comentaba hoy inició mi primer día como asistente contable, porque si, aunque no lo crean tengo un título como contadora pública adquirido en una de las universidades de mayor prestigio en mi país.

 

El puesto lo ocupe gracias a mi hermano que trabaja en esa empresa como ingeniero en sistemas, él movió sus hilos y me ayudo a entrar. Según el señor «ya está harto de verme sin trabajo».

 

Y eso que no vivimos en la misma casa.

 

De acuerdo a sus ideas tengo que hacer algo provechoso en mi vida y no podría tener mejor opción de crecimiento en ningún otro lugar más que aquí.

 

Así que bueno, aquí me encuentro en la acera de Tornels, a unos pasos de entrar y volver mi vida robótica. El hecho es, que siempre he pensado que las personas que trabajan en una empresa son eso, robots de la misma.

 

Al entrar al edificio me percato de la magnitud de la empresa; es enorme, todos los muebles o por lo menos los de recepción son de color crema y chocolate —sonará a comida, pero de verdad son de ese color—, llenos de lujos, con un toque elegante. Debo admitir que conozco muchas empresas, pero no son tan bonitas y lujosas como este lugar. Creo que después de todo si me agradara trabajar aquí.

 

Me dirijo a lo que  creo es la recepción y me atiende una chica..., bonita, de unos treinta años, pelo negro, ojos color café, cuerpo creo normal porque claro está que cuando una persona está sentada no se le puede apreciar correctamente. Tiene una cara amistosa.

 

La verdad, espero no equivocarme porque prácticamente se convertirá en la primera cara que veré todos las mañanas al acudir a trabajar, si me llevo bien con ella creo que todo será un poco más fácil. Una buena relación con mis compañeros será lo mejor que me lleve el día que tenga que irme de aquí.

 

—Que tal buenos días, mi nombre es Reichell Montalbo, hoy es mi primer día de trabajo aquí, seré la asistente del señor Sánchez ¿sabes a qué planta debo dirigirme? —le digo mirándola a los ojos, ella se me queda viendo por unos segundos sin ninguna expresión en la cara.

 

¡Dios, qué miedo! Creo que después de todo tiene una cara engañosa.

 

—Hola, ya me habían notificado de la nueva asistente, ven conmigo, te llevo a las puertas de tu nueva oficina —¡oh gracias Dios!, después de todo no me equivoque, si es una chica amistosa.

 

—Gracias sería estupendo. La verdad estoy un poco nerviosa, con cualquier indicación que me des seguro me pierdo en las profundidades de esta empresa, te confieso que nunca había entrado en ella —la chica se me queda viendo con cara extrañada, creo que he cometido un pequeño error.

 

—¿Cómo? —pregunta totalmente confundida—. ¿No se supone que viniste a hacer la entrevista? —¡mierda, mierda¡ ¿Cómo le explico que si estoy aquí es porque mi hermano me metió bajo el agua? Que apenas surgió la vacante inmediatamente ocupó el puesto con mi currículum y por eso casi nadie sabe de mi ingreso.

 

—Bueno, sí, claro —mi voz se traba un poco. Debo recuperar mi seguridad—. Desde luego que he entrado, la verdad no me hagas mucho caso, creo que son los nervios que no me dejan pensar y hablar con claridad.

 

No sé si ella me tira a loca, pero que cambie la plática contribuye a que deje de sudar, porque sí, estoy comenzando a sentir las primeras gotitas de nervio.




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