1775 - 1783: GUERRA DE INDEPENDENCIA DE ESTADOS UNIDOS
Durante la Guerra de los Siete Años, ocurrida entre 1756 y 1763, Inglaterra fue asistida por los colonos norteamericanos en su lucha contra Francia.
Este hecho fue de gran importancia para que los ingleses se llevasen la victoria militar en el frente de América del Norte.
De esa manera, nacieron las primeras milicias inglesas con base en el continente.
Al mismo tiempo que se desarrollaban los acontecimientos bélicos en América, los norteamericanos tuvieron la oportunidad de beneficiarse económicamente. Hasta entonces, los colonos sólo podían intercambiar productos con su metrópoli.
Durante la Guerra de los Siete Años, los norteamericanos fueron favorecidos por el comercio ilegal con las colonias españolas en el Caribe.
Por entonces, el territorio colonial inglés estaba integrado por 13 distritos – Carolina del Sur, Carolina del Norte, Connecticut, Delaware, Georgia, Maryland, Massachussets, Nueva Jersey, Nueva York, Nuevo Hampshire, Pennsylvania, Rhode Island y Virginia -, situados a orillas de océano Atlántico.
Éstos habían sido poblados por ingleses, escoceses, irlandeses, neerlandeses y suecos.
Al término de las hostilidades en América, los ingleses se encargaron de retomar el control sobre las colonias. Primero, desterraron el contrabando, exigiendo que los únicos intercambios fuesen con Inglaterra.
Además, lejos de recompensar el auxilio de los colonos durante la guerra, los ingleses comenzaron a explotar fuertemente la producción y los recursos norteamericanos.
Además, Inglaterra les impidió a los colonos la expansión hacia el oeste. Pero, el mayor punto de conflicto fueron las grandes y numerosas cargas impositivas que los americanos debieron afrontar desde entonces.
En 1763, Inglaterra impuso significativos aumentos al comercio de varios productos esenciales para los colonos – Té, azúcar, textiles, papel, entre otros -.
EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS LUCHARON ENTRÉ SÍ LAS COLONIAS DE EL REINO DE GRAN BRETAÑA, CONTRA LAS COLONIAS BRITÁNICAS QUE SE ENCONTRABAN EN EL NORTE.
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Estos actos, efectuados por la cúpula del reino de Inglaterra, encabezado por el monarca Jorge III, respondían a la consideración que los colonos debían recompensar económicamente los esfuerzos de la metrópoli había ejecutado en defensa de sus propiedades.
Siguiendo esta línea, las tropas inglesas en América gozaron de beneficios legales, que incluyeron hospedaje y comida por parte de los colonos. También, se dictó la Ley de Estampillas, un impuesto obligatorio a la circulación de cualquier escrito.
No pasó mucho tiempo hasta que los colonos se organizaron en protesta de las medidas que se habían tomado. Por entonces, los norteamericanos se sentían ciudadanos de Inglaterra y, también, respetaban la autoridad real en sus tierras, encarnada por el gobernador.
Pese a ello, los colonos nunca habían percibido injerencias políticas de su metrópoli, ya que poseían autonomía para tomar decisiones sobre su territorio.
Estas fueron los primeros conflictos de relevancia que ocurrieron entre las partes.
Por presión de los americanos, en 1765, Inglaterra eliminó la Ley de Estampillas, aunque dejó intactas las restantes normas impuestas.
Además, el reino ordenó el incremento de los impuestos a diversos productos de intercambio con las colonias.
Así, el descontento de los americanos creció y, paulatinamente, empezaron a desarrollarse algunos boicots al intercambio con los ingleses.
Luego, la situación se agravó aún más.
En 1767, se dictaron las Leyes de Townshean, mediante las que se aumentó notablemente la carga impositiva sobre los colonos, en orden de subir los ingresos ingleses por recaudación.
Por ello, la corona decidió enviar tropas hacia América, ubicándolas en su principal puerto, que era la ciudad de Boston, a fin de garantizar el comercio con aquellas colonias.
Sin embargo, ya era tarde. Los comerciantes americanos habían vuelto a pactar un boicot contra los productos ingleses, dejando que los intercambios sólo con productos locales. Además, en los años siguientes, se realizaron varias protestas contra las medidas impuestas por la metrópoli. En 1770, los soldados ingleses mataron a tres colonos que los habían agredido con bolas de nieve.
LA CORONA DECIDIÓ ENVIAR TROPAS HACIA AMÉRICA, UBICÁNDOLAS EN SU PRINCIPAL PUERTO, QUE ERA LA
CIUDAD DE BOSTON, A FIN DE GARANTIZAR EL COMERCIO CON AQUELLAS COLONIAS.
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EL MOTÍN DEL TE. LAS PROTESTAS DE LOS NORTEAMERICANOS SE EXPANDIERON POR TODOS LOS DISTRITOS COLONIALES, AUNQUE TUVIERON SU CENTRO EN BOSTON. EN ESE PUERTO, FRENTE A LOS BARCOS QUE TRANSPORTABAN EL TÉ, ADAMS LIDERABA LA REBELIÓN CONTRA EL COMERCIO INGLÉS, LA CUAL, A FINALES DE 1773, ERA MULTITUDINARIA.
Luego de este hecho, los gobernantes ingleses en las colonias revocaron la mayoría de los impuestos establecidos anteriormente, aunque sólo quedó la carga sobre el té. Este producto era consumido por las clases altas norteamericanas y, por ello, era considerado como un artículo de lujo. Igualmente, algunas protestas continuaron.
En tanto, los colonos comenzaron a efectuar reclamos para administrar el territorio americano por su cuenta, sin la presencia de Inglaterra. El principal impulsor de esta idea fue Samuel Adams, quien consideraba que el Parlamento inglés no tenía autoridad para regir sobre la colonia. Por ello, Adams recurrió a las asambleas representativas de las colonias y empezó a difundir sus ideas, que fueron bien aceptadas por numerosos miembros de las mismas. Estos grupos se denominaron los Hijos de la Libertad.
En 1773, se produciría el primer hecho influenciado por las ideas de liberación de Adams, Ese año, Inglaterra le había concedido a la Compañía Británica de las Indias Orientales, que poseía graves problemas económicos, el monopolio sobre el comercio de té en América del Norte. Además, los ingleses le permitieron comerciar directamente con minoristas, algo que estaba prohibido.Esto despertó la ira de los grandes comerciantes locales, quienes vieron cómo sus negocios caían estrepitosamente. En tanto, para agrandar aún más la furia de los mayoristas, la Compañía Británica de las Indias Orientales vendía el té a precios extremadamente bajos, muy inferiores a los que ofrecían los contrabandistas, que eran a quienes les compraban los mayoristas norteamericanos.
De esta manera, los representantes políticos coloniales hallaron la solidaridad de los irritados comerciantes en su causa independentista. Las protestas de los norteamericanos se expandieron por todos los distritos coloniales, aunque tuvieron su centro en Boston. En ese puerto, frente a los barcos que transportaban el té, Adams lideraba la rebelión contra el comercio inglés, la cual, a finales de 1773, era multitudinaria.
En la noche del 16 de diciembre, un grupo de colonos, liderados por Adams, vestidos como la tribu indígena mohawk, ingresó a tres navíos de Compañía Británica de las Indias Orientales. Desde allí, optaron por arrojar al mar todo el cargamento de té. Con la misión de los colonos cumplida, y la presión de los comerciantes ingleses a cuesta, la corona eligió endurecer su postura contra los norteamericanos.
EL MOTÍN DEL TE Y EL INICIO DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA
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EN SEPTIEMBRE, LOS DELEGADOS DE LAS COLONIAS, MENOS GEORGIA, SE REUNIERON EN EL PRIMER CONGRESO CONTINENTAL.
En 1774, el Parlamento inglés decretó una serie de leyes contra los ciudadanos de las colonias en América. Los ingleses las denominaron como Leyes Coercitivas, mientras que los americanos las llamaron Leyes Intolerables. Éstas restringieron las libertades de los colonos, así como también de exigirles la indemnización por las pérdidas y daños producidos a los bienes ingleses. Además, algunas otras normas le otorgaron mayor influencia a la iglesia católica en el norte del continente.
De esta manera, los colonos afianzaron su unión, derivada del enfrentamiento con Inglaterra. En los meses siguientes, las protestas se recrudecieron. En septiembre, los delegados de las colonias, menos Georgia, se reunieron en el Primer Congreso Continental.
Allí, el documento final se basó en la dependencia de las relaciones exteriores, mientras que las colonias adquirieran autonomía en los asuntos internos. Ni la corona ni el Parlamento inglés aprobaron la petición.
En tanto, ese año, el inglés Thomas Paine difundió su folleto Sentido Común. En ese documento, Paine llamaba a los americanos a librarse del dominio inglés, por medio de la instauración de una república. Estas ideas fueron rápidamente diseminadas por las 13 colonias y, a su vez, sirvieron de apoyo para la causa independentista.
Posteriormente, los colonos se dieron cuenta del inminente inicio de la guerra en su territorio, por lo que debieron organizarse militarmente.
Sin embargo, los norteamericanos, ni siquiera aquellos que se erigieron como líderes, no poseían experiencia alguna en enfrentamientos bélicos, con el agravante que combatirían contra una de las potencias militares más grandes del mundo.
Por su parte, los ingleses trasladaron una pequeña delegación de su ejército, cerca de 700 soldados, hacia América del Norte, a la espera de un sencillo y breve triunfo.
A su llegada al continente, los soldados ingleses se pusieron al mando del general Thomas Gage, quien los condujo hacia las afueras de Boston.
Allí, a mediados de abril de 1775, norteamericanos e ingleses entablaron contacto, aunque los superiores europeos dieron al orden de no disparar a los enemigos hasta que fuesen atacados. Mientras los colonos se retiraban de la zona, los ingleses escucharon un disparo y, instantáneamente, respondieron.
En Lexington, ocho norteamericanos murieron en el inicio de la Guerra de Independencia de Estados Unidos.
THOMAS PAINE.
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SUPERIORIDAD INGLESA Y DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA
EL EJÉRCITO COLONIAL FUE DERROTADO POR LO INGLESES EN BUNKER HILL, EN LAS CERCANÍAS DE BOSTON.
Los ingleses siguieron su ruta hacia la ciudad de Concord y, luego, retornaron a Boston, aunque los colonos hicieron que su camino fuese más complicado. Los ataques de las improvisadas milicias norteamericanas lograron provocar cerca de 250 muertos en las filas de Gage, al tiempo que los caídos locales resultaron menos de 100.
Al mes siguiente, dejando atrás la cautela adoptada al redactar el petitorio anterior, donde la postura de los partidarios de la independencia fue desestimada, los representantes de las colonias se volvieron a reunir en el Segundo Congreso Continental. En esa oportunidad, los congresales tomaron la decisión de emprender un levantamiento armado. Para ello, designaron generales y nombraron al terrateniente George Washington al frente de las milicias americanas.
En tanto, el Segundo Congreso Continental se encargó de administrar a las 13 colonias, así como también su trayectoria militar a futuro. Además de la contienda contra Inglaterra, los representantes aprobaron la invasión Canadá. Pocos días más tarde, el ejército colonial fue derrotado por lo ingleses en Bunker Hill, en las cercanías de Boston. Allí, los norteamericanos sufrieron muchas bajas, lo que reflejaba su pobre organización y formación militar. Igualmente, los ingleses también habían tenido una cantidad significativa de muertos entre sus filas.
Luego de una fallida expedición hacia Canadá, las tropas coloniales debieron retroceder hasta Nueva York, concentrándose en combatir a los ingleses. En ese momento, los revolucionarios norteamericanos tuvieron tiempo para reorganizar sus tropas, ya que los refuerzos ingleses recién llegarían a América a mediados del año siguiente. Luego, los soldados colonos volvieron a establecerse en Boston.
En los meses siguientes, el rey Jorge III intentó convencer a los terratenientes de las colonias del sur a que se uniesen a su bando. Por su parte, este grupo de norteamericanos estaban más pendientes que sus esclavos no siguiesen las actitudes de sus amos y se rebelasen contra ellos. Pero, el gobernador de Virginia les prometió la libertad a los esclavos que se integrasen a las fuerzas inglesas, con lo que la corona se ganó el repudio de los terratenientes sureños.
A principios de 1776, las tropas inglesas abandonar Boston, partiendo rumbo a Nueva York, donde la población y los gobernantes eran más partidarios de la causa real que en otras parte de las colonias. Meses más tarde, a este puerto arribaron los refuerzos, por medio de los cuales, los ingleses aumentaron su número de soldados hasta cerca de 30 mil.
En tanto, el general William Howe sustituyó a Gage en la comandancia.
WILLIAM HOWE.
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THOMAS JEFFERSON.
En junio, algunos de los miembros del Segundo Congreso Continental – John Adams, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, Robert Livingston y Roger Sherman - se avocaron a la redacción de un documento, mediante el que sus intenciones de liberación fuesen explicitadas. Finalmente, el borrador fue terminado por Franklin, quien lo elevó a la votación del Congreso.
El 2 de julio, 12 de las 13 colonias lo aprobaron – Nueva York lo aceptaría pocos días después -. Dos días más tarde, el 4 de julio de 1776, se produjo la Declaración de la Independencia de los Trece Estados Unidos de América, que estuvo regida por algunas de las corrientes de pensamiento más importantes de la época y que, a su vez, se volvería un hecho fundamental para la historia universal, siendo el respaldo de futuras revoluciones y movimientos independentistas a lo largo del mundo.
Por un lado, el documento perseguía las premisas del Republicanismo, una forma de gobierno basada en la libertad y los derechos, respetando la soberanía del pueblo. A su vez, este movimiento también estuvo influenciado por la Ilustración, corriente que promovía el uso de la razón, a fin de terminar con las disposiciones del Antiguo Régimen, entre ellas, la monarquía y el absolutismo. Por último, se fundamentó sobre los conceptos de política vertidos por John Locke, quien admitía que la soberanía, derivada del pueblo, debía ser representada por el parlamento, cuyo poder debía basarse en los derechos del hombre, los derechos humanos.
En tanto, los representantes de las colonias también emprendieron la impresión de monedas y, además, comenzaron a entablar relaciones diplomáticas y negociaciones con algunos estados europeos, como Francia y España. Por entonces, se decidió que Franklin fuese el primer embajador de norteamericano.
Al mes siguiente, las fuerzas coloniales intentaron hacer frente a las numerosas tropas inglesas en Nueva York. Sin embargo, las diferencias en la preparación y la experiencia entre las mismas fueron notables, por lo que los americanos, ordenados por George Washington, decidieron replegarse.
Desde entonces, Washington optaría diezmar a sus enemigos con la utilización tácticas de guerrilla, ya que, pese a todas sus falencias, los colonos conocían el terreno de batalla, algo que sería decisivo a futuro. A su vez, las fuerzas inglesas s encontraron con otro gran problema, sumado a los que ya poseían, que fue la distancia. Este factor se convertiría en un grave inconveniente a la hora de reabastecerse y rearmar el ejército, dándoles la ventaja a los americanos en cuestiones decisivas.
BENJAMIN FRANKLIN. JOHN ADAMS.
ROBERT LIVINGSTON.
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BATALLA DE SARATOGA.
A fines de 1776, las tropas de Washington lograron dos victorias en serie contra los ingleses, que les permitió, sobre todo, incrementar la moral de los soldados. Sin embargo, estas batallas no fueron importantes en otros aspectos y, además, cayeron rápidamente en el olvido con el triunfos ingleses en Brandywine, Pennsylvania. Por ello, el Segundo Congreso Continental debió dejar su base.
En 1777, los ingleses prepararon una gran excursión militar, que tenía como fin la ocupación definitiva de la región norte de las colonias.
Al mismo tiempo que las fuerzas americanas estaban refugiadas, sufriendo los efectos del frío y del hambre, el general John Burgoyne partió desde Canadá, con destino a Nueva York, junto a siete mil hombres y una enorme delegación de indígenas.
Sin embargo, en el camino, las tropas inglesas fueron reduciéndose, a causa de la acumulación de derrotas a manos de las milicias locales, en New Hampshire y Vermont. Así, los ingleses, a cada paso que daban, más complicados se encontraban para continuar con su campaña, debido a la escasez de armamento y alimentos para sus hombres.
Luego, los ingleses decidieron rodear el río Hudson en dirección a Albany. Pero, en esa zona se hallaba el ejército norteamericano, liderado por los generales Horatio Gates y Benedict Arnold. Los ingleses fueron seriamente disminuidos allí, por lo que huyeron en dirección a Saratoga, donde las fuerzas de Gates terminaron por acabar con ellos, tomando a cerca de seis mil ingleses como prisioneros.
La victoria de los norteamericanos en Saratoga fue el hecho militar más trascendental de la guerra, ya que, luego de esta batalla, Francia y España ingresaron al conflicto de lleno. Hasta entonces, los españoles se habían mantenido al margen, mientras que los galos sólo les habían proporcionado armamento a los colonos.
BATALLA DE SARATOGA Y EL CAMBIO EN EL CURSO DE LA GUERRA
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LA INDEPENDENCIA DE LOS TRECE ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA.
A comienzos de 1778, Francia firmó la alianza con las colonias – Tratado de Amistad y Comercio -, rubricando su ingreso a la contienda, por medio del reconocimiento de la independencia de los Trece Estados Unidos de América.
Los ingleses habían mantenido tradicionalmente buenas relaciones con las trece colonias que habían formado en la costa atlántica de América del Norte. Unas fueron fundadas directamente por la Corona o explotadas por empresas que comerciaban con productos tropicales; otras nacieron tras el establecimiento de colonos exiliados de la metrópoli por motivos políticos o religiosos.
En el pacto, los aliados juramentaron combatir hasta el fin del conflicto, así como también respetar las posesiones de cada uno en el continente.
Los galos querían vengarse de los ingleses por las pérdidas territoriales que sufrieron al término de la Guerra de los Siete Años.
Ese mismo año, las flotas de Francia e Inglaterra entablaron batallas en el sur de las costas norteamericanas. En 1779, España también entró en la guerra, en apoyo, sobre todo económico, de los Estados Unidos, luego de firmar el Tratado de Aranjuez junto con Francia. Allí, Francia y España, en lo podría haberse considerado un Cuarto Pacto de Familia, pactaron la recuperación de diversos territorios perdidos en Europa, América y Asia.
Por ese entonces, la guerra entre norteamericanos e ingleses continuaban en el sur.
Allí, pese a la numerosa presencia de soldados coloniales, los británicos lograron una serie de victorias entre 1778 y 1780, en las que diezmaron las fuerzas enemigas, obligando a los locales a combatir con milicias sin ningún tipo de instrucción.
Pero, un año más tarde, los ingleses fueron desterrados del sur.
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EL MARQUÉS DE LA FAYETTE.
En 1780, las Provincias Unidas de los Países Bajos ingresaron en la guerra, ya que los ingleses los atacaron, a causa de la persistencia de los intercambios comerciales entre los neerlandeses y los americanos. Al mismo tiempo, la flota británica debía afrontar una cantidad importante de combates, por lo que se quedó sin fuerza para seguir bloqueando algunos puertos de Francia. Por ello, los galos, liderado por el marqués de La Fayette, pudieron enviar más ayuda naval y militar hacia los Estados Unidos.
En este orden, durante 1781, los ingleses sucumbieron en los mares ante la flota aliada franco – española – neerlandesa, aunque su extensa flota brindaba un recambio constante. En terreno americano, el ejército inglés, comandado por el general Lord Charles Cornwallis, se rindió finalmente luego del sitio de Yorktown. En Europa, luego de haber fracasado en su intento por recuperar Gibraltar, los españoles reobraron el dominio de Menorca.
En 1782, los americanos y los ingleses entablaron el inicio de las conversaciones de paz en París. Luego de meses de negociaciones, en septiembre de 1783, el enviado inglés, junto a los norteamericanos John Adams, John Jay y Benjamin Franklin firmó la Paz de Versalles.
Allí, Inglaterra reconoció la independencia de los Estados Unidos de América. En tanto, los Estados Unidos adquirieron el dominio sobre el norte de Florida, el sur de Canadá y el este
del río Misisipi.
Por su parte, Francia recuperó la posesión de algunos territorios americanos y de Senegal, en África. En tanto, las Provincias Unidas también obtuvieron algunos territorios.
Por su parte, España no pudo recobrar Gibraltar, aunque consiguió reestablecer su control sobre Menorca, parte de Florida y algunos territorios en América Central y el Caribe.
En los años posteriores, los Estados Unidos intentaron culminar su proceso de conformación nacional, por medio de la sanción de una Constitución política. Para ello, en 1786, los representantes de los estados comenzaron las asambleas para confeccionar la carta magna.
FIN DE LA GUERRA Y SANCIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS
La Conferencia de Paz de Versalles constituyó un monumento a la venganza de los vencedores. Los enormes cambios políticos y territoriales estuvieron acompañados por grandes transformaciones en las relaciones internacionales, en la economía y en la sociedad.
JOHN LOCKE.
Finalmente, en septiembre de 1787, la Convención de Filadelfia, que fue liderada por George Washington, dio a conocer la Constitución de los Estados Unidos de América. Este documento, así como también lo hiciese el movimiento independentista, se basó en las ideas de igualdad y libertad, conservando un lugar preeminente para los derechos, de la Ilustración y de John Locke. Con ella, se abría un nuevo capítulo en la historia universal.
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