Guerra de Palabras

CAPITULO 12

Natasha observaba por la puerta del jardín, con Gato acurrucado en sus brazos, a Jared, quien meditaba con los ojos cerrados junto a un porta sahumerio que desprendía un suave humo.

Se preguntaba qué diablos estaría haciendo, ya que le había visto hacer algo similar antes, caminando por su habitación con un palo que desprendía humo.

—Es un poco raro, ¿no crees? —le preguntó a Gato, quien maulló en respuesta—. Deberíamos molestarlo un poco. —sugirió, mientras acariciaba la cabeza de Gato, que ronroneaba—. Tal vez está haciendo un ritual.

Mamá solía hacer eso, pensó.

Se acercó caminando y se arrodilló frente a él, que estaba sentado en la sombra debajo de un árbol. Levantó a Gato acercándolo al rostro de Jared, diciendo con una voz aguda:

—El humano está teniendo un comportamiento raro, debería eliminarlo. Al parecer, está tratando de comunicarse con entes que no son de este planeta.

Jared abrió los ojos y se encontró a centímetros del rostro de Gato, que maulló tranquila. Natasha ladeó su cabeza con una sonrisa maliciosa al notar su molestia.

—No tienes nada mejor que hacer, ¿cómo escribir un libro? —le dijo tratando de volver a su estado neutro.

Lo hacía. Pero Natasha había abandonado su intento de escribir minutos antes, aburrida.

—Nop — murmuró, dejando a Gato en el pasto.

El gato se dirigió directo a las piernas de Jared, que estaban cruzadas, y se acomodó en el hueco.

La escritora estiró la mano para tocar él porta sahumerio, pero Jared la golpeó.

—No lo toques, le pondrás tus malas energías —exclamó, mientras volvía a poner sus manos sobre sus rodillas, cerrando los ojos de nuevo.

Ella lo miró con expresión molesta y se dejó caer sobre la manta a su lado.

—¿Qué estás haciendo? ¿Es una forma de conseguir inspiración?

Jared la miró de reojo y respondió:

—Se llama meditar, y se hace en silencio. —Natasha frunció el ceño, entendiendo que él quería que se callara.

Pero en lugar de hacerlo, se sentó imitando su postura.

—¿Tienes algún problema que quieras resolver en tu vida? Yo te escucharé.

Él puso los ojos en blanco, sabiendo que la mujer no pararía hasta obtener lo que quería.

—Mi vida es normal, tengo una buena familia, buenos recuerdos y buena salud. No hay ningún problema para que tú resuelvas, no soy uno de tus protagonistas y no tengo ningún pasado oscuro —sonrió irónicamente.

Natasha entrecerró los ojos.

—Todos tienen un pasado oscuro. ¿Sabes lo egoísta que es el ser humano?, aunque tengan todo el amor del mundo desde pequeños se inventan problemas para sufrir. Al parecer la felicidad constante es un peso que pocos quieren cargar.

Jared la miró directamente y respondió:

—Creo que estoy viendo justo ahora un ser humano bastante egoísta, que quiere saciar su aburrimiento molestando a otro.

Ella sonrió maliciosamente.

—Qué buena vista y percepción tienes. ¿Quieres que adivine tus problemas?

La ignoró, cerrando sus ojos de nuevo y enfocándose en su meditación. Natasha suspiró al notar que no le seguiría el juego, pero luego decidió unirse a él. Cerró sus ojos, puso sus manos sobre sus rodillas.

—¿En qué debo pensar cuando medito? —Abrió un ojo para mirar a Jared, quien frunció el ceño, visiblemente molesto por la interrupción—. Solo dímelo y ya no hablaré.

Jared abrió un ojo y la miró.

—Deja tu mente en blanco y escucha el ruido de la naturaleza —le instruyó. Natasha asintió y cerró su ojo de nuevo—. Respira, inhala —dijo Jared, y ella inhaló profundamente—. Y exhala. —agregó, y ella exhaló lentamente—. Ahora relájate y siente en silencio.

Pero Natasha no pudo resistir el silencio por más de cinco minutos.

—¿Quieres escuchar algo interesante? —Rompió el silencio. Jared la ignoró, así que continuó hablando sola—. Descubrí que cuando nos bañamos, las personas suelen ser más creativas.

Jared siguió ignorándola, así que siguió hablando.

—Sabes que es mentira eso de que si te bañas con agua fría en invierno te hace mal, ¿verdad? Además, el cerebro humano utiliza el 20% de la energía del cuerpo, a pesar de que solo representa el 2% de su masa. Y la nariz puede detectar más de 1 billón de olores diferentes, ¿no es increíble?

Jared seguía sin responder, así que Natasha siguió hablando.

—El corazón late alrededor de 3 mil millones de veces en toda la vida de una persona, ¿será por eso que Iron Man le dijo a su hija que la amaba tres millones?

Jared comenzó a tener un tic en el ojo mientras seguía sin responder, así que Natasha siguió hablando como una cascada de información.

—¿Sabes que meditar puede cambiar la estructura del cerebro? ¡Es cierto, acabo de buscarlo en internet! La meditación regular puede aumentar la materia gris en áreas como la corteza prefrontal, lo que puede mejorar la atención, la memoria y la empatía. ¡Es increíble! —hablo mientras veía la pantalla de su celular—. ¿Por eso meditas? ¿Para tratar de conseguir eso? ¿Lleva mucho tiempo?, porque veo que no lo has conseguido todavía.

Chasqueó la lengua con molestia y la miró con una mezcla de frustración y enojo.

—Dime la verdad, ¿te sientes bien? Por qué siento que este tipo de conversaciones tendrías que tenerlas con amigos y no imaginarios. Y no, no soy tu amigo.

Natasha se rio divertida, sabiendo que había conseguido sacarlo de su estado meditativo.

—¿Y qué eres, entonces? —inquirió con una sonrisa—. ¿Un loquito con palo santo que cree en lo espiritual? Solo te hace falta crecer el pelo y ponerte un collar de cuentas para completar el look.

Jared frunció el ceño.

—En primer lugar, eso es racista. —Su mano acarició el pelaje de Gato—. En segundo lugar, ¿qué quieres que haga para que me dejes en paz?

Porque él sabía que ella solo lo molestaba cuando quería algo de él y no paraba hasta que cedía.

Natasha sonrió, sabiendo que había ganado.

—Tengamos una pelea de amantes —propuso y Jared ya se estaba arrepintiendo de dirigirle la palabra.




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