—¿Cómo llegaremos hasta la otra persona?—pregunté a Evan.
—No lo sé, no conozco este mundo.
Después de lo de anoche, había vuelto para dormir un poco y Demian hizo lo mismo. A las cinco de la mañana ya estábamos todos despiertos y listos. Necesitamos un plan para buscar a los demás.
—¿Por qué no utilizamos su aparato raro?—sugirió Demian, me había dado los buenos días cuando desperté pero no habíamos vuelto a hablar.
Su idea tenía sentido, si el aparato de transportación nos había llevado directo a su apartamento, tal vez también pueda transportarnos en un mismo mundo.
—Podríamos intentarlo pero alguien debe ir primero para saber que es seguro, ¿Quién se anima?—dijo Evan.
—Yo fui experimento de laboratorio toda esta semana así que no—contesté.
—Iré yo—dijo Hannah.
Todos asentimos, tomamos nuestras mochilas incluido Demian que preparo una también. Evan abrió la brecha con el destino que decía el radar, Hannah atravesó, esperamos unos segundos y luego volvió.
—Es seguro, vamos.
Todos la seguimos, era un lugar impresionante estábamos en lo que parecía ser un parque, el ambiente era perfecto.
—¿Dónde estamos?—preguntó Demian.
—Guatemala o al menos eso dice mi radar—informó Evan.
—Es increíble—dijimos al mismo tiempo Hannah y yo.
Está vez el aparato transportador no nos había dejado enfrente de la casa de la persona que buscábamos, así que empezamos a caminar.
El lugar estaba lleno de personas caminando, niños dando de comer a las palomas, pasaban carros a todo momento e incluso una versión moderna de un ferrocarril.
No tuvimos que caminar mucho, está persona era afortunada de vivir cerca de este lugar.
Era una casa pequeña, nada particularmente impresionante pero se veía acogedora y familiar. Evan tocó el timbre tomando la iniciativa.
—¿Quién es?—preguntaron del otro lado.
Y de repente entendí lo que le había pasado a Hannah cuando encontramos a Demian. Trozos de información sobre la persona que estábamos buscando llegaron a mi mente.
—Buscamos a Carla—contestó Evan adelantándose.
—Necesitamos hablar de esto después—dije refiriéndome a estos trozos de información repentinos, no eran normales y tenía el presentimiento que no estábamos dándoles la importancia que debíamos.
Una chica abrió la puerta, era bonita, mide 1.70 aproximadamente, tiene ojos castaños y su pelo era de un tono castaño realmente claro.
—¿Quiénes son ustedes?—preguntó con curiosidad.
—Necesitamos hablar contigo—dijo Hannah con una sonrisa, parecía más simpática de lo normal.
—Adelante, hablen—contestó Carla tranquila.
—¿Podemos pasar?—preguntó Demian.
—Claro que no, lo que quieran decir pueden decirlo ahí fuera y mis padres están adentro así que no.
Ella sí tenía padres, ¿Será adoptada?
Hannah le contó todo con tranquilidad, Carla parecía procesar sus palabras pero su rostro no mostraba ninguna señal de lo que pensaba pero sabía que estaba dudando si creernos o no.
—¿Tiene una copia de esa profecía?—preguntó cuando Hannah terminó, yo tenía una copia en la mochila así que la saqué y se la enseñé.
Entro a su casa y dejó cerrada la puerta, si algo estaba claro es que no confía en nosotros. Cuando regresó tenía un encendedor en la mano.
Y entonces empezó a quemar el papel. El fuego era azul.
—Dicen la verdad—dijo sorprendida.
—¿Por qué hiciste eso? ¿Qué te pasa?—reclamé enojada, no era necesario quemarla.
—Una de las teorías de los mundos paralelos es que si quemas cosas de otro mundo el fuego es de otro color—contestó encogiéndose de hombros restándole importancia—.Les creo, ¿Qué se supone que quieren que haga?
—Primero debemos buscar a la persona que falta y luego volver a nuestro mundo con ustedes, creemos que la guerra está cerca—contestó Hannah.
—No puedo ir con ustedes.
Espera, ¿Qué acaba de decir? Dijo que nos creía entonces cuál es el problema.
—Aunque les crea, no voy abandonar mi vida por ir y ayudarlos con una guerra que suponen va suceder, además en la profecía dice ¿Serán todas necesarios?—siguió hablando, no puedo creer lo que está diciendo—.Yo soy la luz que no necesitan, feliz tarde.
Estaba por cerrar la puerta pero logré escabullirme y entrar también.
—¿Qué te sucede? Sal de mi casa ahora—exclamó molesta.
—Escúchame, estoy casi segura que encontrarás algo que hable sobre ti en la profecía—le dije con una seguridad que no tenía—.Lo sé porque cuando escuché tu voz, supe de repente quién eras. Sé que te encanta tu país, sé que piensas estudiar ingeniería en sistemas aunque no tengo ni idea de que es y sé que tenías planeado mudarte de esta ciudad, tienes algo llamado beca para una universidad lejos de aquí.
—Sal de mi casa ahora, voy a llamar a la policía, ¿Cómo sabes eso?—dijo alterada.
—Ya te dije cómo lo sé, presta atención. Podrías irte diciendo que vas a la universidad, podrías estudiar en la universidad de mi mundo, tiene mejor tecnología que este—dije con tranquilidad, no quería que pensara que era una amenaza.
Pero al parecer no captó el mensaje porque me dio un puñetazo en la cara que logré cubrir a tiempo gracias a los entrenamientos con Hannah pero su puño impactó en el hombro que Hannah me había disparado.
—¿Qué te pasa? No te estaba haciendo nada malo—dije colocando mi mano en mi brazo, dolía demasiado—Valoro mi cuerpo y salud así que ya me voy.
Ella estaba revisando algo en su teléfono. Antes de que saliera por la puerta me detuvo.
—Creo que encontré algo que habla de mí en la profecía—dijo mostrándome su teléfono donde hay fotos de la profecía—.Eterna primavera, mi país es conocido como país de la eterna primavera.
Eso tiene sentido pero esa frase estaba incompleta en la profecía ¿Qué significaba realmente? Esperaba que nada malo.
—Iré con ustedes. Déjame hablar con mis padres y tomar mis cosas.