Capítulo 6

Al día siguiente todos parecíamos agotados tanto físicamente como mentalmente. 

—Por lógica supongo que buscamos a un hombre esta vez—me dijo Demian, éramos los únicos listos para iniciar la búsqueda—. Quisiera que me dejarán a mí hablar.

—¿Por qué?—pregunté volteando a verlo.

—Ustedes son horribles para convencer a las personas, empiezan a decirle toda su vida y dan miedo, de hecho creo que estoy aquí por miedo—contestó en broma.

Tiene razón en que somos terribles para convencer pero mi orgullo no me permitía aceptarlo.

—Estás aquí ¿No?—replique con tono alegre—. Tan malos no somos si estás aquí.

—Estoy aquí porque básicamente me dijeron toda mi vida y porque puede que tú no seas tan mala para convencer—contestó acercándose.

—O tal vez no soy tan mala para convencerte.

Empecé a escuchar pisadas, él se acercó más a mí pero como antes me alejé.

—Estamos listos—dijo Carla hablando por todos.

Que empiece la cacería, Evan abrió la brecha que necesitamos, todos cruzamos y en esta ocasión no fue difícil encontrar el camino.

Estamos en un lugar llamado México, Carla dijo que había estado aquí en alguna ocasión por vacaciones así que se convirtió en nuestra guía.

Cuando llegamos era una casa acogedora, está vez no llego ninguna información a mí pero por el rostro de Hannah y Demian estoy segura que a ellos sí.

—Quiero ser yo quien le explique y lo convenza—dijo Demian con firmeza, al parecer estaba muy decidido de hacerlo.

Tenía ciertas dudas, ¿Por qué no había querido hacerlo con Carla? Aún así decidí apoyarlo cuando vi que los mellizos empezaban a negar con la cabeza.

—Dejen que lo haga, si alguien de nosotros tiene más posibilidades de convencerlo es Demian, además vinimos a buscarlos para que sean parte de nuestro equipo, nuestros iguales, no para darles órdenes—dije intentando ser lo más convincente posible.

Pero ambos seguían escépticos a la idea.

—Peor que ustedes adentrándome en esto no puede hacerlo, tú intentaste clavarme una aguja mientras dormía—dije señalando a Evan que volteó a otro lado—. Y tú me disparaste.

Y está vez si funcionó porque ambos asintieron. Demian y Carla parecían sorprendidos con mis palabras.

—Tengo curiosidad ¿Por qué le disparaste? ¿No se supone que ustedes son nuestros protectores?—cuestionó Carla mientras Evan se acercaba a tocar la puerta.

—Intentaba entrenarla, además aún tienes brazo, olvídalo de una vez—se defendió Hannah.

Luego de que Hannah pronunciara esas palabras, alguien abrió la puerta y Demian tenía razón era un hombre.

—Buenas tardes, soy Demian Muñoz, estoy buscando a Adrián Cruz—se presentó con formalidad.

—Buenas tardes, soy Adrián Cruz—contestó con educación, era un chico de 1.74 aproximadamente, pelo negro y ojos café que parecían radiar energía y tenían un toque de rebeldía en ella.

—¿Crees que pueda hablar contigo adentro?—preguntó Demian y realmente emite un aura de confianza.

Y a diferencia a nosotros él es bueno en esto porque Adrián asintió y dejó que él entrará. Los demás decidimos silenciosamente esperarlo fuera. 

—Tenemos que hablar de esta conexión extraña que hay—dije con firmeza—. Están estas locas revelaciones sobre los demás y el hecho de que la mayoría estamos confiando en los otros a ciegas, como si una fuerza invisible nos obligará a estar unidos. 

Era necesario que hablemos de esto. No es normal que yo confiará en los mellizos por como se presentaron, ni que Carla o Demián confiarán en mí. Algo más poderoso que nuestra habilidad de convencimiento está sucediendo y tenía el presentimiento que lo descubiríamos pronto.

—Tienes razón, todos lo sentimos pero ahora tenemos cosas más importantes en las que pensar—contestó Hannah, su hermano asintió de acuerdo con ella.

—¿Cómo cuales?—preguntó Carla antes de que yo pudiera hacerlo.

—Como lo que haremos al volver a nuestro mundo. Viajar a otro mundo es ilegal pero Lucas se encarga de cubrirnos, le escribí en la mañana para saber cómo están las cosas—explicó Evan, justo en ese momento su teléfono vibró, lo configuró para poder tener comunicación con la Casa de Estudios—. No son buenas noticias.

Según lo que Lucas explicó en su mensaje, las clases en la universidad se han suspendido y han iniciado ataques entre ambas ciudades. No saben mucho, la mayoría de las personas están aterradas y no han querido salir de sus casas.

La guerra había empezado y nosotros no estabamos ahí. Sentía impotencia, por todas esas personas asustadas porque esto es lo que sucede cuando hay una guerra, las voces de los que no dirigen el mundo parecen no importar.

—Debemos volver hoy. 

Esperamos unos momentos más, Carla y Hannah mantenían una conversación mientras Evan y yo guardamos silencio, entonces Adrián y Demián salieron por la puerta, ambos llevaban una mochila en el hombro.

—Bienvenido al equipo, Adrián—dijo Evan por todos.

Al fin el equipo estaba completo.

—¿Qué dijiste para convencerlo?—pregunté a Demián.

—Utilize mis encantos naturales y no le dije toda su vida de repente—contestó con una sonrisa—. Le explique las cosas con calma, enloqueció un momento y empezó a hacer bromas. Luego acepto venir con nosotros.

Maldito arrogante. Sonreí para mis adentros. 

—¿Listos para conocer nuestro mundo?

Los tres asintieron. Todos cruzamos la brecha. Por sus rostros pude notar que nuestro mundo les parecía impresionante, estabamos en la división de ambas ciudades. Donde inició todo.

Y donde acabará. Susurró una voz en mi cabeza que en definitiva no era la mía. 

Inspeccione los rostros de los demás para saber si también lo habían escuchado, creí que había sido la única que lo escuchó. Hasta que la mirada de Carla chocó con la mía, ambas asentimos y entendimos que significa ese movimiento.

Cuidado. De nuevo esa voz.

Estabamos rodeados aproximadamente cincuenta miembros de la guardia de Lux estaban de su lado con armas, listos para atacarnos, debemos huir, solo los mellizos tienen entrenamiento y no son suficientes para salvarnos.