Capitulo X

Jashiro 

Con dolor de cabeza, un cosquilleo en mis dedos más la tensión de mis músculos al sonreír y la respiración entre cortada la cual me inundaba de energía. Esta… esta es la sensación de la guerra, la emoción de una pelea es lo que quería sentir. Lo que ansiaba para poder salir de la monotonía y gracias a los dioses por fin podría pelear. 

Fue solo un instante antes de que el laboratorio explotara, los estudiantes corrían y gritaban en tantos idiomas que me resultaba molesto escucharlos. En mi cabeza solo había espacio para el caos. De los escombros una extraña figura se alzaba, era como ver a un guerrero creado de bronce puro, acompañado de una horda de gárgolas, todas viendo directamente a la puerta de la dirección. 

- Destrúyanlo todo – ordeno el androide el cual tenia una voz como si hubiera interferencia en una radio. 

Las gárgolas salieron disparadas al cielo con un chillido potente. Sus pieles grises y pétreas, sus alas tan similares a las de un murciélago y esas caras iguales como si fueran talladas por el mismo escultor. 

Un grupo empezo a lanzar rocas a la puerta del director, junto a otro grupo que secuestraba a los estudiantes jalándolos al cielo y dejándolos caer al vacío que mostraban las nubes. Esta vez no dejare que nadie quede vivo, me acerque corriendo al androide propiciándole un gran golpe en la cara. 

- Pequeña hojalata. Gracias; pero muere -dije mientras empezaba a separar su cabeza del cuerpo. 

Pensé que había terminado ya que las gárgolas dejaron de hacer sus cosas. Pero no, la cabeza saco unas especie de patas yendo directo a su cuerpo, cuando se volvió a ajustar su cabeza dijo girando sus ojos en forma de cámara. 

- Siento decepcionarte, pero tengo órdenes y no pienso fallar. 

- ¿Decepcionarme? No. Al contrario, me alegra que no hayas muerto – decía mientras sacaba mi espada la cual brillaba cual moneda de plata. 

El androide empezo a lanzar golpes con tal rapidez que apenas se veían sus nudillos, era como si cada segundo aumentara su velocidad. Cada golpe era como si rompieran una cadena menos en mi alma, como si el mundo mismo me pidiera a gritos que diera el siguiente golpe, pero no podía mis músculos no se movían. Solo estaba hay recibiendo cada golpe hasta que mi mano se movió sola. Cuando logre fijarme el androide estaba cortado a la mitad, pero se volvía a construir. 

De una patada potente logro hacerme volar por los cielos, me fije que las gárgolas dejaban de tirar estudiantes para ver como me golpeaban, me estrelle con una puerta, ¿Qué como se que era una puerta?, pues digamos que ya me he estrellado con muchas. La puerta se abrió lentamente mientras yo solo podía mirar al piso, no sabia que pasaba normalmente soy un buen luchador. 

Como si fuese un una ilusión, el suelo empezo a congelarse, siento un frio que me llego hasta los huesos, voltee un poco la cabeza y note con que puerta había chocado era nada mas y nada menos que la puerta de Thanatos. Al abrirse pude ver al querido director con una cara de ira y frenesí, su elegante traje empezo a evaporarse haciendo que las almas hicieran un remolino en el cielo, el cual se oscureció de golpe. 

Thanatos solo puso su mano al frente con su palma mirando al piso, cuando de pronto una enorme oz se empezo a crear, el cabello de Thanatos se empezo a despelucar, su piel blanca cual nieve ahora parecía transparente mostrando sus huesos finamente. Sin mencionar las alas negras que salían de su espalda era como mirar la oscuridad de la muerte misma. Y yo se de que les hablo, he visto esa oscuridad miles de veces. 

- Osan, venir a mi escuela sin invitación, destruir mis muros y sobre todo lastimar a mis estudiantes. Esto no se quedará así. 

El remolino de espectros empezo a bajar y atravesar las gárgolas, las cuales caían como buenas piedras al suelo. Cuando no había mas gárgolas en el cielo los espectros se disiparon y solo quedábamos nosotros tres. 

- Bien echo director. 

Dijo el androide con asentó burlón, mirándome fijamente como si quisiese provocarme a pelear contra el, siguió mirándome hasta que Thanatos le corto la cabeza con su oz. La verdad daba miedo cuando el hacia eso, parecía un ninja matando gente y por alguna razón el robot no se volvió a armar. 

- Tranquilo amigo, ya desactivé el robot, y las gárgolas están muertas. Fueron hechas por magia por eso mis espectros pudieron matarlas 

- Que hay de los estudiantes, y de la escuela todo esta destruido. 

- Tranquilo, mis espectros están trayéndolos ahora mismo hacia acá. En cuanto a la escuela, estará bien digo es mágica se arma sola, solo mira ya esta la mitad rearmada. Y creo que deberías prestarle atención a tu amiga. 

Cuando me fije la niña, estaba hay parada mirándonos, ¿habrá visto como me golpeaban? Solo estaba hay parada viéndonos, hasta que se movió y atrás de ella salió un chico de cabello rubio, me resultaba familiar por alguna razón. 

- ¿Están bien? 

- ¿Si director, que ocurrió aquí? 

- Nada que un poco de magia no arregle. ¿Donde esta el tercero de ustedes? 

- Digamos, que haciendo horas extra de estudio. 

Thanatos normalmente era enigmático y por alguna extraña razón solo se limito a mirarlos, hasta que decidió entrar en su oficina. Los niños vinieron corriendo donde mi preocupados mirándome con nerviosismo, solo me limite a pararme y acompañarlos a su salón. 

- Y bien, niños, ¿como son las misiones? 

- No sabemos, Katherine entro hoy, como sabrá usted la trajo. Y yo nunca he salido de esta escuela ya que vivo aquí. 

- ¿Enserio vives aquí?, y tu familia? 

- Soy huérfano Katherine, el señor Thanatos me encontró y trajo aquí, he vivido aquí toda mi vida y no esta mal digo apenas y controlo mi poder. 

- Ya aprenderás, eres un dios, igual que yo. Tarde o temprano aprenderán. 

Era mi imaginación o ya había llegado al salón de ellos, que por alguna extraña razón tenia dibujado en la puerta con letras rojas FALSOS DIOSES. Típica broma de secundaria creo, la verdad me traía malos recuerdos y uno que otro recuerdo interesante. 

Los niños pueden ser muy crueles a veces, sin embargo, ellos deberán aprender a lidiar con este tipo de agresiones a lo largo de sus vidas, muchas veces oirán a gente decir que dioses paganos o en este caso, falsos dioses. 

- Con su permiso niños debo ir con el director.