Katherine
La iglesia tenia un olor a incienso, por alguna extraña razón me sentía mareada y asqueada con el sabor a flemas que tenía en la boca. Decidí bajar las escaleras mientras ellos buscaban en la parte de arriba.
Todo el corredor estaba lleno de lo que ahora se, que son tumbas de angelé, hasta las paredes tenían solo había dos puertas, ambas de madera oscura con toques negros los cuales la delineaban dándole un estilo muy elegante. Cuando me decidí abrir una, esta se abrió de golpe gracias a que un señor de pelo rizado rubio con alas cayo con marcas de mordidas y garras las cuales se veían muy grandes.
El señor se volvió polvo que por alguna razón dejo una marca de rayo en el suelo, seguido de un rugido viniendo de adentro de la habitación la que tenia una escalera. Baje con la mayor cautela posible y cuando llegue abajo estaba todo destruido y con llamas azules.
Me escondí detrás de un escritorio volteado que estaba allí, mientras veía como otro ángel salía de las sombras huyendo de algo, pero fue interrumpido bruscamente por dos perros gigantes, del tamaño de un caballo y con pelaje negro.
De la sombras se veían dos puntos brillantes de un verde agua, al acercarse mas a la luz pude verlo era un señor, muy bien parecido a mi opinión. Tenia la piel de del tono negro mas puro y bonito qué había visto en mi vida. Ni las aguas de los ríos en Londres a media noche se veía tan negra. Su ropa era igual: una chaqueta y unos pantalones bien entallados, una camisa impecable y una corbata; toda la pinta de un modelo de revista. Su rostro tenia atractivo sobre humano, como roca tallada. Tenia el cabello corto y peinado hacia atrás como una marea oscura de melena. Sus pupilas brillaban como luciérnagas verdes.
- ¿Qué es lo que dice tu religión?, a si “Y así en la tierra como en el cielo los pecadores deberán caer y bañarse en el azufre de su pecado”, lindas palabras. Pero la verdad prefiero sacarte el corazón y pesarlo a ver si eres digno.
Exclamo aquel hombre mientras los perros gigantes jalaban del ángel hasta partirlo en dos bañando al señor en sangre. Pareció gustarle ya que no dejaba de sonreír, comenzó a dar cariño a los perros mientras decía cosas en un idioma incomprensible.
Claro hasta que decidió lanzarme una ráfaga de fuego azul directo a mi cara, por suerte grite y al parecer el costal de plumas me escucho porque de la nada apareció al frente mío enviando a dos direcciones totalmente contrarias el fuego.
- Hola Anubis. Veo que no has cambiado nada.
- Y veo que ahora todos quieren robar mi territorio, pero escúchame bien Jashiro, no permitiré que vengas aquí y me quites mis dominios.
El señor Anubis empezo a molestarse y una energía azul salía de el junto a las cruces egipcias, los perros ahora estaban gruñendo y con el pelaje erizado, el costal de plumas solo se limito a mirarlo hasta que soltó una carcajada.
- Anubis me conoces desde hace tanto y aun así no te das cuenta de que siempre estoy un paso delante de ti.
De las sombras de la habitación empezaron a salir los chicos armados y listos para pelear, sin hablar que Airam empezo a usar la esfera haciendo que brillara junto a eso raíces salieron del piso atando pies, manos y cabeza del Dios Anubis.
- Porque siempre tratan de amarrarme, acaso no entienden que trabajo mejor suelto.
Empezo a moverse y forcejear inclusive sus ojos volvieron a iluminarse de ese verde agua, sin embargo, no pasaba nada hasta los perros los cuales ahora solo estaban retrocediendo lentamente lo notaron. Era como si no tuviera fuerzas.
- Deja de luchar Anubis, son raíces mágicas, no tienen vida. Asique tus poderes no funcionan.
- Muy bien, libérame y vamos a mi casa. Hay podemos hablar mas a gusto, incluso podremos llegar a un trato.
El costal de plumas movió la cabeza hacia Airam la cual dejo de hacer brillar la esfera, las raíces empezaron a desaparecer hasta que ya no había mas, el señor Anubis solo piso fuertemente y de la nada se empezo a abrir la pared, mostrando un corredor de donde salía un olor a carne quemada.
A lo largo del pasillo se empezo a escuchar gritos viniendo de las paredes, las cuales eran callados cada vez que los perros que nos seguían desde la parte de atrás ladraban. Alertándonos cada vez que lo hacían, y al parecer así era todo el camino.
Al llegar al final pudimos ver una casa muy elegante, aunque algo particular ya que sus paredes eran de un azul agua, acompañado a esto flores en casi todas partes y junto a eso cestas llenas de frutas las cuales tenían un color un tanto tentador.
Anubis empezo a caminar a una silla donde se sentó y como arte de magia los perros los cuales eran gigantes ahora se encogían y por alguna razón empezaron a tener rasgos mas finos y unas orejas más delgadas hasta parecían perros muy flacos. Por arte de magia el dios tenia un vaso de lo que obvio no era jugo de manzana.
- Y, ¿qué hacen aquí?
- Vinimos por tu ayuda.
- Y porque los ayudaría, solo son un grupo de ovejas descarriada del gran Nilo.
- Lo que digas, pero pensé que querías recuperar el ojo de Osiris.
- ¡QUE! ¿Dónde está el ojo?, quien lo robo?
- Un estudiante y para recuperarlo necesito que me ayudes a destruir un nido de gárgolas. ¿Podrás?
El dios empezo a moverse incomodo en la silla hasta que se levanto de golpe y corrió a uno de los ataúdes que por alguna extraña razón estaba lleno de libros. Y empezo a sacar libros, cada vez mas y mas viejos.
- Aquí esta, pensé que lo había perdido en la segunda guerra mundial.
Puso en el suelo un libro sumamente grande el cual tenia un símbolo de un sol transformándose en la luna, empezo a mover las paginas hasta que llego una que tenía una imagen de tres pilastras que hacían un triangulo y en el centro un circulo de color verde, que por el dibujo se veía como si salieran demonios grises.
- He, ¿qué libro es ese?
- El libro de los dioses del conocimiento, en cuanto al nido, si se puede destruir, pero hay que destruir primero las pilastras que le proporciona almas a las esculturas.
- ¿Y cómo lo destruimos?
- Necesitaremos 3 cosas, energía de un dios de la muerte, una pluma de grifo y sangre de un semidiós.
- ¿Y dónde conseguimos eso?
- Bueno la pluma de grifo se puede conseguir, aquí hay un lugar donde hay grifos. Se llama Casco Antiguo. En cuanto la sangre de semidiós creo que uno de ustedes podrá buscarla y lo que no se es como conseguir la energía de un dios de la muerte.
El costal de plumas le toco el hombro haciendo que el automáticamente mirara, pero me quede helada, tenia una sonrisa maniaca y energía negra salía de el, la verdad parecía un gran villano.
- No, ni creas eso Jashiro, la ultima vez casi muero. Y tengo mucho que perder ahora, mi funeraria, mi territorio, mis mascotas y sin hablar de mi afición de play boy.
- Ohh vamos Anubis, esta vez estaré para que no mueras.