Katherine
Al salir de la elegante casa pudimos ver a el joven Edward el cual nos esperaba dentro de un bus turístico rojo, al entrar pude notar que el bus era tan frio y cómodo que me sentí que estaba de nuevo en Londres, extraño mucho mi ciudad de Londres, y sobre todo a Black.
Al estar en el bus todos volvieron a estar en bandos, aunque no ayudaba que solo fueran asientos de dos. Kay y Cristopher estaban sentados al frente mío, Airam se sentó junto a mi aunque la note algo apagada, solo sobaba su esfera. En cuanto a Osvaldo y Isaac. Estaban en la parte de atrás con cara de asombro apuntando cosas que se veían por la ventana.
Claro hasta que paramos en un semáforo y por la ventana vimos a un tipo con una capucha el cual caminaba lento, hasta que empezo a correr hasta que le robo el celular a una señora la cual hablaba por teléfono, Osvaldo se levanto y corrió hasta la parte de adelante del bus.
- Abre la puerta!. Debemos ayudarla.
- No, no debes influir en esas cosas. Gracias a acciones como las que quieres hacer el cementerio esta lleno.
- De que hablas Edward, si somos semidioses podemos contra el.
- Y morir?, no gracias, los héroes mueren y se quedan en el cementerio.
- Niño, los héroes no solo mueren, algunos renacen como dioses.
- Claro señor Jashiro, pero aquí es diferente. Ahora, por favor toma asiento Osvaldo.
A Regañadientes volvió a su asiento, y empezo a mirar la ventana. Pero esta vez no era en estado de alegría, sino de rabia he impotencia como si le frustrara no poder hacer nada.
De la nada el bus paro en una calle muy angosta, parecía raro ya que era como viajar en el tiempo. Las casas o mejor dicho edificios me recordaban a los edificios de las personas en esas pelis de tiempos coloniales. Aunque algunas estaban algo descuidadas.
- Bien, ustedes busquen a los grifos mientras yo hablare con mis contactos para ver si logro localizar donde están las torres.
- Gracias Edward. Bien chicos salgan del bus, nos dividiremos en parejas- decía mientras movía su mano que ahora estaba vendada por alguna extraña razón- Cristopher, iras con Anubis. Airam con Katherine, Isaac con Osvaldo y yo iré con Kay.
- Porque no puedo ir con Cristopher?
- Fácil, porque Cristopher no sabe desintegrar fuego sagrado. Y porque tu eres un estudiante problema por lo que se.
Cuando nos separamos fue algo extraño ya que Anubis había creado otro pasillo en el suelo donde el y Cristopher entraron, Isaac y Osvaldo salieron corriendo a un lugar donde se escucho un grito, en cuanto a el costal de plumas y Kay solo salieron disparados al cielo dejando una estela negra como si fuera un rastro de humo pero muy espeso cual agua.
En cuanto a nosotras, pos decidimos caminar por una calle la cual era muy bonita tenia tiendas de artículos con regalos de la nación, como sombreros blancos con una bandera alado, o tazas con paisajes de sitios turisticos. La verdad también quería tener tiempo a solas con Airam. Ya saben tiempo de chicas.
- Dime, como son tus padres Airam?
- Pues mi mama es la diosa Deméter, asique no la he visto nunca y mi papa trato de matarme a los ocho y lo atravesé con un tallo de rosa.
- Ho, lo… lamento?.
- Yo no, era un maldito alcohólico, no se como mama se enamoro de el, y tu familia?
- Pues. Mi hermana es un tormento, pero es buena y mi madre. Ho mi madre, es un ángel caído del cielo – pensé un momento y recordé los ángeles de la iglesia y lo que dice la religión- no me malinterpretes no de esos ángeles.
- Tranquila, entiendo la expresión. Y tu padre?
- El desapareció. Solo me quedan sus pinturas y recuerdos
La verdad no quería hablar de mi papa, me hacia tener los ojos llorosos. Pero no es momento para llorar, se supone que estoy en una misión. No quiero quedar mal con ellos, y menos ya no tener mundo donde pueda estar con mi familia.
Me llamo la atención una plaza tenia caminos de baldosas rojizas cual ladrillo, fuera de esos caminos habían arboles y bancas. Y justo en el centro de la plaza una estatua de un hombre en un caballo que estaba encima de una pilastra blanca con puntos grises.
Un sonido me pareció raro, como si estuviera viniendo desde la pilastra, era débil pero parecía un grito o un chillido muy agudo. Era extraño ya que por un segundo pensé ver que la pilastra se movía. Claro hasta que Airam me dijo que la siguiera, lo cual era misterioso ya que no decía porque.
Cuando paro en seco pude ver porque corría, había una playa y su agua era tan azul que parecía mentira, la vista era tan hermosa, y contrastaba con ese puente tan largo y en forma curva que parecía recorrer el horizonte.
- Mi madre… mi madre me dijo una vez, en un sueño. Que en esta misión encontraría un árbol en medio de la arena, hay se supone que encontrare una caja para mi.
El lugar era hermoso, y mas como se veía los últimos rayos del sol irse, en el horizonte. Claro que seria perfecto si no tuviéramos que volver, lo cual fue incomodo ya que parecía que el camino era mas largo.
Sin mencionar de los hombres los cuales nos decían cosas súper desagradables, apretamos un poco el paso hasta llegar de nuevo al parque, hay pude ver a los chicos los cuales parecían buscarnos junto a el costal de plumas y al señor Anubis.
- Donde estaban?, consiguieron información.
- No Isaac, pero si vimos una playa en medio de este lugar.
- Panamá esta lleno de playas. Es un paraíso por eso decidí vivir aquí.
El señor anubis parecía molesto, o preocupado. La verdad no se distinguía mucho, lo que si sabia es que algo no cuadraba, porque todos estaban o mojados o quemados. Era raro ya que parecía como si hubieran tenido peleas.