Luego de recuperarme de la sorpresa de volver a verlo en el mismo día regreso a mi cámara y tomo un par de fotos de mis amigos y luego a Ethan quien sumergido en su música ignora por completo las miradas enamoradas de las mujeres y de algunos hombres en el lugar. Rose quien parece conocer la letra de la canción golpea suavemente mi hombro llamando mi atención.
— No creo estar loca todavía, Ethan te ha sonreído ¿de qué va todo eso?
Su pregunta me desconcierta, ciertamente no pensé que alguien lo notara.
— No sé a qué te refieres —aseguro— ¿por qué lo preguntas?
— Por cómo te sonrió al momento de salir a cantar.
Arrugo el ceño intentando descifrar como una sonrisa es sinónimo de algo cuando Rami se acerca para informarnos que una vez la presentación termine su hermano se sentará con nosotros. Encantada ante la idea rose brinda por ello antes de regresar a mí.
— Es guapo, ¿no crees? —Inquiere sobre la música con una maliciosa sonrisa en los labios.
Regreso la mirada a la tarima justo cuando la canción alcanza el final; veo como sus labios se mueven abrazando las palabras que por algún motivo reverberan en mi interior:
♫Ven bebé, deja que el amor se adueñe de esta noche♫.
Recorro con la mirada todo el lugar notando como todos disfrutan antes de regresar la mirada a su rostro y ver como su ceño vuelve a fruncirse, maldigo en silencio cuando una imperiosa necesidad de pasar mis dedos para alisar su frente aparece en mi fuero interno.
Ese es el maldito problema con los músicos; si me preguntan diría que en realidad son una especie antigua de hechiceros que usan su música en busca del control mental, logran que quiera hacer cosas sin sentido, como beber, bailar, llorar, cantar o acariciarle le frente a un desconocido.
— No se parece a Rami —admito finalmente desviando la atención de la pregunta inicial.
— Eso no fue lo que te pregunté. —Sentencia Rose golpeando nuevamente mi hombro.
— Es guapo, supongo.
Admito en voz alta volviendo a las fotos y a la cerveza ignorando como el rostro de mi amiga se ilumina mientras baila al ritmo de una canción imaginaria a la cual además acompaña con palmadas. Es molesta, muy molesta, pero lo que sea que iba refutarle queda en mis labios cuando un chico alto y rubio se acerca a la mesa tomándome por sorpresa cuando me pide de manera muy amable que acepte la bebida que me ofrece y su número de teléfono.
— No he podido quitarte los ojos de encima y no quiero ser molesto.
Sonrío amable negando levemente con la cabeza, solo Dios sabe si ha puesto algo en ese trago. De manera muy educada me niego agradeciendo su gesto e informándole que tengo novio, el chico al escuchar sobre la música se acerca un poco con determinación en la mirada.
— Oh, entiendo, pero no veo a tu novio cerca.
Oh, eres de esos.
Antes de que pudiera responder mi amiga sale al rescate de la peor manera posible al señalar la tarima donde Ethan completamente ajeno sigue enamorando a todos con otras canciones.
— De hecho, si está cerca tonto.
Tras percatarse de que está ocurriendo Rami se acerca bajando la mano de su novia y levantándose para encarar al tipo que no deja de acercarse.
— Ok amigo, creo que mis chicas han dejado todo claro, gracias por el trago yo lo tomaré. —Sonríe tomando lo que parecer ser whisky y aleja de manera educada pero firme al intruso que ahora parece estar molesto.
Rami es alto, pero no tan alto como Ethan, su cabello es algo largo y castaño claro, su rostro es más aniñado y su cuerpo atlético, además de ser todo un caballero, es notorio porqué Rose le encanta tanto. Agradecida por su intromisión necesaria me acerco a él para dejar un beso en su mejilla.
— Creo que lo tenía todo bajo control, pero Rose de mentirosa dijo algo que no debía y creo que estoy en un lío por la noche.
Ante mi comentario Rami suelta una carcajada y asiente pidiendo más cervezas con gestos de sus manos luego de dejar la bebida ambarina en la mesa e indicarnos que no la tomáramos.
— Descuida la he escuchado, para tu fortuna mi hermano está soltero y puede seguir la farsa.
Ugh, niego de manera enfática mientras me levanto con la cámara colgando de mi cuello.
— Sabes que no es necesario, aun así, gracias.
Luego de indicarles que tomaré un par más de fotos me acerco a la tarima en donde siento la constante mirada de Ethan que sin perder hilo de lo que hace parece seguirme con sus movimientos, desterrando esa tonta idea de la cabeza tomo otras fotos incluyendo del público y me doy por bien servida para cuando debe bajarse de la tarima entre aplausos y vitoreos.
El presentador anuncia una pausa para que el siguiente musico se prepare así que la música regresa a su programación habitual lo que para mí desgracia significa solo una cosa; todos querrán ponerse lo suficientemente ebrios hasta querer bailar canciones de Bon Jovi.
— Penny bailemos.
Desde la mesa Rami grita moviéndose al ritmo de la música y a pesar de que hace reír niego con la cabeza aprovechando el momento en que mi amiga se une para tomarles una última foto.