Habibi

Capítulo 6: Nuevas sensaciones

Cuando despierto lo hago debido a luz que se filtra entre las ventanas, por el inconfundible sonido de la lluvia me da la bienvenida a un nuevo día y el frío proveniente del sistema de aire acondicionado que me indica que la energía ha regresado en algún punto de la noche. Al abrir los ojos la mirada insistente de Odín me saluda maullando para luego alejarse hacia su tazón y en el proceso de seguirlo con la mirada noto que me encuentro tirada en la alfombra con un gran peso en mi estómago,

confundida bajo la mirada abriendo los ojos de par en par cuando noto un brazo oliváceo abrazarme con familiaridad, sorprendida por lo que está ocurriendo y sin ganas de formar una escena me giro como puedo estrellándome con el rostro dormido de un Ethan ajeno a todo lo que está ocurriendo a centímetros del mío; su ceño no se encuentra fruncido, sus pestañas abrazan sus mejillas y sus labios entreabiertos indican la profundidad de su sueño. Me quedo ahí, viendo la paz que irradia hasta que me doy cuenta de lo inapropiado de mis acciones por lo que usando todo mi sigilo me desprendo de su agarre y me alejo luego de varios intentos.

Al ponerme en pie me quejo en silencio cuando el dolor en mi cuerpo se instala y me estiro haciendo que algunas partes del mismo chasqueen aliviando así la molestia para terminar de alejarme hacia la cocina por algo de café en donde de paso miro la hora en el microondas notando que son poco más de las seis treinta de la mañana y sin poder permitir que el pobre de Ethan duerma otro minuto más en la deplorable condición que se encuentra dejo el café calentándose mientras troto hacia la habitación de donde me pongo un suéter y tomo un par de almohadas y una manta porque sé lo incómodo que es dormir en el piso y sé que ya ha dormido mal en este apartamento, no sé cuánto tiempo tarde inconsciente pero si puedo darle siquiera unos minutos de comodidad estaré un poco más tranquila.

Al momento de regresar con el noto que su posición ha cambiado; pasó de estar de lado para estar completamente boca abajo, pero parece estar en un sueño profundo por lo que aprovecho para dejar una almohada debajo de su cabeza luego de levantarla con mucho cuidado y la otra a su lado la cual abraza rápidamente, luego pongo la manta sobre él y contenta regreso a la cocina en donde preparo el desayuno mientras bebo una taza del humeante café.

La noche de ayer transcurrió bastante normal, hablamos de todo un poco y comimos, escuchamos música y luego a la luz de las ahora consumidas velas escuché su versión de mi canción favorita, frunzo el ceño y niego levemente con la cabeza al no tener más recuerdos luego de eso, debí dormirme al poco tiempo, pero lo que sí tengo claro es que no recuerdo la última vez que reí genuinamente y esa nueva sensación sin duda es adictiva.

Al momento de terminar todo le sirvo croquetas al gato y miro sobre mi hombro a Ethan solo para verlo enrollado sobre sí mismo en posición fetal.

— Al menos ahora luce cómodo.

Musito a Odín quien lame su pata delantera y me maúlla en respuesta antes de dirigirse a su comida y quedándome sin mucho que hacer decido empezar mi día ignorando al chico tirado en mi alfombra.

Cuando reacciona han pasado al menos tres horas me encuentro viendo la tv a un volumen bajo, para entonces ya he desayunado y me encuentro acariciando a Odín quien perezoso mira a Ethan con la cabeza colgada del sofá, por mi parte al intercambiar una mirada con él no puedo evitar sonreír.

— Buenos días Penélope.

Su voz es rasposa y amable.

— Buenos días Ethan, siento que la pregunta es tonta, pero ¿cómo dormiste?

Ethan aparta el cabello de su rostro y se estira sin hacer las caras que yo hice para luego tomar mi pie e impulsarse hasta quedar sentado.

— He dormido mejor en tu alfombra que en sofá —asegura mientras baja el dobladillo que su camisa dejándome ver brevemente su abdomen de aspecto trabajado. Desvío la mirada a la tv para no ser maleducada.

— Me alegra que hayas podido descansar —admito antes de volver a dirigir la mirada a su rostro— te serviré en lo que te recompones.

No espero su respuesta y me levanto para buscar su desayuno, poniendo en una sartén un poco de tocino y un omelette de queso y champiñones para calentarlos un poco, mientras hago todo esto puedo escuchar como sus pasos se dirigen hacia el pasillo que da al baño en donde asumo se lava el rostro y termina de despertar del todo. Cuando me encuentro emplatando todo y acompañándolo con algo de café y zumo de naranja luego de unos cuantos minutos vuelvo a sentirlo cerca hasta que siento sus labios sobre mi mejilla; aquello me toma por sorpresa, no puedo negarlo, como tampoco puedo negar el jodido revoloteo en mi estómago.

<<Nuevas sensaciones>> la frase vuelve a resurgir de mi cerebro y me confunde lo suficiente como para no apartarme de inmediato.

— Gracias, eres muy amable conmigo y no sé cómo agradecerte.

Sonrío restándole importancia y le ofrezco todo lo servido para luego excusarme.

— Para eso son los amigos.

Digo carraspeando antes de alejarme en busca de un poco de agua.

Encantado y aparentemente ajeno a todo Ethan devora el desayuno con ganas pegado en la encimera, por mi parte evito el contacto visual y me reprendo mentalmente por dejarlo distraerme con facilidad y es que durante estas semanas desde que entró a mi vida me siento mucho más vulnerable y eso me produce sentimientos encontrados porque no soy de encapricharme y desviarme de mis objetivos y ocupaciones.



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En el texto hay: musica, romance, jovenadulto

Editado: 05.08.2022

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